Primer encuentro.
Jimin había despertado a mitad de la noche por una resequedad en la garganta y con una mueca por la intensidad del sueño que aún tenía, se levantó sin más opción de su cama para bajar al primer piso en busca del un vaso de agua.
Con pasos torpes y soñolientos entró a la cocina, encendido las luces y buscó entre los mil cajones un vaso Y de paso una pastilla para el dolor.
Había detectado que el picor en su garganta lo más probable se convertiría en una infección y no estaba dispuesto a enfermarse. No tenía tiempo para hacerlo. En el trabajo tenía varios pendientes que que deberían ser resueltos lo antes posible y nadie tenía la prioridad hacerlo más que él.
Se sirvió el agua.
La pastilla fue a la boca y la tragó con un poco del líquido sintiendo como este bajaba hasta llegar a su estómago; el agua estaba muy fresca y sintió alivio por un momento cuando pasó por su garganta pero enseguida se siguió sintiendo el malestar
Sin saber que más hacer, se quedó parado junto a la encima mirando un punto muerto esperando que en un par de minutos la pastilla hiciera su debido efecto.
Los segundos pasaron y metido en su propio mundo no se percató que una cabellera rubia había ingresado a la cocina tarareando una canción en voz baja.
– Oh, hola señor Park – saludo con un bostezo mientras abría el refrigerador – ¿No puede dormir? – preguntó curioso mientras buscaba el recipiente de las fresas ya limpias que su madre había comprado por la mañana. Al encontrarlas, las tomó en sus manos y dando un portazo sacó de sus pensamientos a Jimin.
– ¿Eh? – sacudió la cabeza. Su mirada se posó en el contrario y su mandíbula se tensó.
Una sudadera enorme escondida unos diminutos boxer negros que llevaba por debajo el menor. Los cuales eran inevitable no mirar pues se asomaron al momento en el que Jungkook se estiró por el bote de dulce de leche que se encontraba en uno de los tantos cajones de arriba.
Park se mordió el labio cuando su mirada fue a dar hasta aquellas torneadas piernas desnudas que hicieron su entrepierna sentirse levemente dura de tan solo imaginarselas rodear su cadera.
– ¿Qué pasa? ¿Le comieron la lengua a los ratones? – Jungkook se volteo a mirarlo y se llevó consigo una fresa de la boca, que al morder, la jugosidad de esta se escapó de sus labios manchando su comisura.
Mierda.
Jimin estaba atento a cada movimiento del menor y el como la esencia de la fresa recorrió por sus delgados labios para formar una línea rojita hasta su barbilla.
Su boca aguó, no mentiría. Quería limpiarlo con su propia lengua y degustar lo que hace días se le venía antojando por culpa de las insinuaciones del menor, pues esta no fue la primera ves que Jungkook hacía algo así para llamar su atención. Desde aquel día que Jimin limpió la mermelada de su comisura, mágicamente embarrarse de cualquier cosa dulce en su boquita se volvió la cosa favorita del rubio y más cuando el señor Park estaba presente frente a él.
El mayor se relamió los labios y se acercó hasta él importándole poco lo que significaba el espacio personal entre ambos y posicionó sus brazos, uno a cada costado aprisionando su cuerpo contra la mesa central.
Por un momento dudó de sus pensares y las acciones que lo envolverian si todos cruzaba la línea, sobre todo que posiblemente haría al rubio huir por su cercanía pero no, al contrario, este sonrío coqueto ante su presencia y se llevó el trozo restante hasta su boca para comerlo, tentando así al peli-negro con los ruidos de la jugosidad de la fruta combinada con su saliva.
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Papi Park ◉ Jikook Adap ◉
FantasíaEl señor Park es muy bueno, él me quiere y yo a él, no importa que lo nuevo sea prohibido. ★ Jimin es padrastro, no tiene ningún parentesco de sangre con Jungkook★ ...