[Capítulo 7] ☆

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– Jimin, aquí no – quiso alejarse pero estaba atrapado entre la encimera y el cuerpo del mayor.

– ¿Entonces dónde? Otras veces tú eres el que me pone en situaciones así y ahora que lo hago yo te niegas – acarició la piel suave de las mejillas regordetas con sus pulgares que hizo que con su toque se tomarán rositas.

– Pues si pero normalmente son cuando no hay nadie en la casa, en casa ahorita – desvió la cara con temor hacia la entrada de la cocina, Tae o su mamá pondrían ingresar en cualquier lado y encontrarlos así les traería problemas.

El mayor insistió pero el menor no cedió.

Jimin solo quería mimos chiquitos. Había llegado a casa después de un día laboral muy pesado y solo quería que fuera recibido por los brazos cálidos del menor, pero todo se vino abajo cuando miro a Tae acostado cómodamente en el sofá de la sala con un tazón de palomitas llenas de salsa picante.

Al parecer era el día de pijamada, un día que nunca debía pasarse desapercibido por los menores. Era día importante y aparte lo que calaba más para Jimin es que el tonto peli-chicle debía quedarse pasar la noche con minnie.

Con la presencia de ese individuo no podría obtener los cariñitos que siempre le daba cada noche antes de dormir.

– Solo un besito – rogó con ojitos de cachorrito.

- Jimin, no – abrió los ojos sorprendido y con temor de que haya sido escuchado.

– Uno chiquito, pequeñito, un roce así rápido – se acercó más a él, quedando a centímetros de sus labios.

– Nos van a ver, por favor no insistas – se alejó empujándolo hacia atrás.

Jimin se molestó ante la negación de Jungkook – ¿Por qué tanto miedo esta vez? Otras veces eres más insistente que yo y te importa poco quien este alrededor – reprochó sin alzar la voz – aparte solo te estoy pidiendo un beso, no que satisfagas como te gusta que yo lo haga contigo.

– Lo sé, pero tampoco soy estúpido, lo hago y pido cuando no está mi madre o... Tae en la misma casa – se excusó, cruzándose de brazos.

– Es eso o es más por el hecho de que no quieres que Tae te vea conmigo – su mirada se clavó en él – ¿Es eso verdad? ¿tienes algo con él? – se acercó de nuevo y apretó su brazo cuando este quiso escapar de la cocina.

– Jimin, sueltame – forcejeando.

– ¿Entonces por qué no? Solo te estoy pidiendo una cosa que no toma más de tres segundos hacerlo, tampoco es que te quedes conmigo toda la noche porque sabemos que no es posible.

– ¿Y eso qué? No vas a obtener lo que quieras en el momento que deseas y menos con esa actitud que traes conmigo – retó.

– ¿Ah si? ¿A esas vamos? De acuerdo – lo soltó – ya veremos quién necesita más la atención del otro por las próximas horas.

Y dejándolo con la palabra en la boca, salió de la cocina frunciendo el ceño.

– ¡Hola señor Park! – saludo animado Tae, quién se lo topó en el camino, al parecer el azul iba por otra ronda de palomitas.

El señor Park en cambio no saludó como en otras ocasiones, solo hizo un ademán con su mano en respuesta y se perdió por las escaleras.

– Uuuy, creo que tú papi postizo no está de buen humor hoy – hizo una mueca y fue a buscar otro paquete de palomitas para hacer.

– No es mi papi – rodó los ojos pero sus mejillas se colorearon por el apodo dicho – luego se le pasa, no es la primera vez que anda así.

– ojalá tu mamá le dé un buen polvo – río bajito – es mejor verlo feliz que con esa cara de culo de pocos amigos. Es intimidante – simuló un escalofrío.

Jungkook por su parte no emitió gesto alguno. Las palabras de Tae habían calado de alguna manera y ahora la imagen mental creada no saldría de su cabeza con facilidad

Sintió una amargués en su boca y los celos invadieron sus entrañas. Debería arreglar las cosas con Jimin, no podía permitir que la atención de su mayor se fuera para otro lado. A este punto ya no.

Deseando que el comentario de Tae no se fuera hacer realidad. Ambos siguieron con su noche de películas.

                              Horas más tarde.

– ¿Kookie escuchas eso? – Tae puso pausa a la serie que estaban viendo. Jungkook no entendía a qué se refería hasta que un ruido particular inundó sus tímpanos.

– ¡DIOS! – exclamó el peli-azul cuando detectó qué sonidos eran esos – sí que le está dando tremenda follada a tu mamá – soltó una carcajada.

Los gemidos escandalosos de la madre de Jungkook sonaban en el segundo piso y eso no fue a lo que le agradara a Jungkook. Su rostro se tornó rojo del coraje y celos, aparte las carcajadas de su amigo no ayudaban en controlar sus emociones.

¿Cómo era posible? ¿Cómo se atrevió a meterse con su madre?

Le hervía la sangre del coraje. No era justo, no era justo que Jimin haya rompido el acuerdo que tenían. No cuando una de las tantas noches que compartieron cama él había dicho que no tocaría a su madre, pues había jurado que ya no quería nada con ella y solo quería estar con él.

Por eso mismo el mayor estaba postergando más y más tiempo la disque boda hasta encontrar una solución válida para romper la relación con Sonia sin perjudicar supuesto de la herencia familiar.

Frustrado, tomó uno de los cojines del sillón y se tapó los oídos para dejar de escuchar a su madre delirar y gritar del placer que Jimin le ofrecía.

Estúpido Park.

– Maldito traicionero – pensó en voz alta.

Tae dejó de reír al escuchar las palabras del rubio - ¿Qué dices?

– El idiota me prometió que no lo haría más con
ella – chilló frustrado.

– Kookie ¿De qué hablas? - confundido pero sospechando lo que su mente en algún momento le hizo divagar – Acaso tú y él... – no se atrevió a completar la pregunta.

– Si ¡SI, TAE! Tu sospechas estúpidas son reales pero nunca quise decirte nada, pensé que lo tenía todo controlado y solo era una tontería para sacarle provecho pero no puedo con los malditos celos que estoy sintiendo en estos momentos - aventó el cojín lejos – tengo unas ganas de ahorcarlo y asesinarlo. Es un mentiroso, lo
odio – las lágrimas rodaron por sus mejillas.

Tae se quedó sorprendido ante la revelación que su mejor amigo le había hecho.

Él tenía una idea de que la relación que tenían ellos dos podría parecer que eran algo más si le escarbabas a sus tratos pero era más convencido de que solo eran dos individuos adaptándose a la cercanía del otro, teniendo así que aprender a convivir para llevar las cosas en paz ya que serían una familia política en menos de unas cuantas semanas.

Pero la otra idea descabellada de que su amigo y el señor Park tenían una relación, ganaba el porcentaje más alto y al parecer equivocado nunca estuvo. Ahora entendía porque Jimin se tensaba cada que se acercaba de más a Jungkook.

– Jungkook... – fue lo único que pudo articular.

– No me digas nada Tae. Estoy sintiendo la importancia más grande del mundo en estos momentos y no puedo hacer nada al respecto en ir a callar a esos dos – se levantó del sofá y se encaminó hacia su habitación con un azul siguiéndolo detrás.

– ¿Desde cuándo? – preguntó al entrar y cerrar la puerta para que los sonidos no llegaran a escucharse dentro.

– Mi cumpleaños número 18, no te daré detalles – respondió yendo directo a su cama para dejarse caer boca abajo – solo voy a decir que las cosas se han salido de control por lo que estoy sintiendo en estos momentos.

Tae hizo cálculos en su mente. Hace un mes y medio fue el cumpleaños del rubio.

Ahora entendía porque una parte de la noche desapareció de la fiesta sorpresa que había organizado en su casa y después apareció con el cabello desordenado y sus labios maltratados.

No había estado con Yoongi como lo había jurado, estuvo con Jimin.

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⏰ Última actualización: Jul 12 ⏰

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Papi Park ◉ Jikook Adap ◉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora