Capítulo 9

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Quedé totalmente paralizada, no podía creer lo que había hecho. ¿En qué momento me pareció que era adecuado besar a Kosair? Era una completa locura, algo que estaba fuera de mis planes. No había forma de que estuviera segura junto a él, más recordando mi vida anterior, es claro que no puedo tenerlo en cuenta.

Estaba demasiado nerviosa por lo que había hecho, no me separé de sus labios en ese momento, no quería tener que enfrentarlo. Por lo que me mantuve ahí, besándolo, hasta que tomé el valor para poder mirarlo. Cuándo comenzó a faltarnos la respiración, nos separamos. Nos quedamos viéndonos durante algunos minutos realmente incómodos, muy incómodos.

—Yo... —comenzó a decir él, pero lo interrumpí.

—Lo siento mucho, olvide que esto sucedió —estaba demasiado nerviosa, esto no debía suceder.

—No, no te vayas. No hemos terminado de hablar —él me impidió marcharme y ya no me estaba sintiendo bien. De repente me volví tonta y permití un error en mis planes, eso no debería suceder.

—Joven Trovi, esto no debió suceder, discúlpeme y, por favor, olvídelo —él me quedó observando, como si hubiese dicho algo de mal gusto y se pasó la mano por el rostro con frustración.

—Muchacha, no puedes besar a un caballero y esperar que todo terminé ahí. ¿Qué va a hacer si alguien nos vio? Es consciente de lo que esto significa —estaba molesto, se veía muy molesto. Mis ataques impulsivos y yo, vamos a terminar en un calabozo de nuevo si no se comportan.

—Entiendo su frustración y créame que no dejaré que esto se sepa. No es bueno para usted que lo vean conmigo, soy solo una criada después de todo.

—No eres solo una criada, tienes un gran futuro por delante, solo debes ser muy inteligente. Huir de un problema es todo lo contrario, espero lo entiendas —me observó de una forma que no pude resistirme, ¿Qué es lo que está pasando conmigo?

—No estoy huyendo, ya me disculpé y le dije que lo olvidará.

—No quiero olvidarlo.

—Debería —solté sin más y él solo se comenzó a reír. Lo fulminé con la mirada, ¿cómo se atreve a reírse de mí?

—No porque me digas que lo olvide, voy a olvidarlo, no funciona de esa forma, señorita —sus ojos brillaban cuando se reía, mostraba una sonrisa genuina y completa. No lo veía reír a menudo en la otra vida, pero en esta vale la pena hacerlo.

—¿Qué propone entonces? Dado que no quiere olvidarlo —esperaba una respuesta convincente y una que no incluya mi plan desmoronándose.

—Que se haga responsable y no se aleje —esa fue su respuesta, simple y sencilla. Recuerdo las veces que me insultó en mi vida pasada, en cómo se burló de mí y me humilló. No guardé rencor en su contra, entendí por qué lo hizo e incluso deseaba tener un hermano que me protegiese así. Es solo que en esta vida me desestabiliza y no puedo concentrarme en nada.

—No puedo hacerme responsable, soy una esclava fugitiva y ya viví la primavera del amor con un chico como tú en el pasado y no terminó bien, eso nunca termina bien —le confesé por primera vez. Pocos sabían que yo era una esclava, para esta altura seguía siendo un secreto, pero necesitaba que entendiera por qué lo mejor era olvidarlo.

—Si no terminó bien es porque él no era como yo.

—Era el hijo de un duque como usted —después de decir eso se me quedó viendo.

—¿Por eso es mejor que salgas con el esposo de mi hermana? —preguntó molesto y yo me quedé muy confundida. En esta vida no salí con Sovieshu y tampoco pretendo hacerlo, ¿De dónde sacaba eso?

—¿Qué tontería está diciendo? Yo no salgo con el emperador.

—Lo sé, pero él sí está interesado. Escuché algunas de sus insinuaciones, es claro que la quiere como su amante. Tal vez eso parezca tentador, pero te aseguro que es la peor humillación que podrías atravesar. Es probable que rebajen a mi hermana y hablen mal de ella, pero usted la pasará mucho peor —mientras él hablaba, todos los recuerdos de mi vida pasaban, volvían a mi mente como una película y me reafirmaba por qué había tomado esa decisión.

—No tengo interés en ser la amante del emperador, puede quedarse tranquilo respecto a eso. Tampoco puedo salir con usted, eso sería humillante para ambos. Además, estoy embarazada del hombre que le mencioné y no tengo interés en repetir esa mala historia —mi embarazo pareció sorprenderlo, su mirada cayó de repente en mi vientre. Ya estaba levemente abultado, aunque aún no era del todo evidente.

—¿Embarazada?

—Sí, estoy embarazada —contesté tranquila, quería reafirmarlo y que le quedará claro.

—¿Ese hombre lo sabe?

—No, no lo he visto desde que escape.

—No te preocupes por eso, sabremos manejarlo en el futuro. Solo preocúpate de no estresarte y estar a salvo —se acercó a mí y tomó mis manos entre las suyas— desde hoy yo te protegeré —fue lo último que dijo, besó el dorso de esta y se fue sin decir más.

Me quedé ahí parada, observando el oscuro cielo y preguntándome en qué momento todo se había torcido así. Este parecía un cruel juego del destino, donde de repente yo estaba de la mano de un enemigo, uno que quiso hacerme mucho daño y que, por el contrario, ya no me odia, quiere cuidarme y hacerme sentir bien.

No llegué a entender su planteo sobre el emperador, pensaba que estaba molesto ante la posibilidad de que me metiera con el esposo de su hermana, que por obvias razones sabemos que me detestaba. Aunque también siento que había algo de celos ahí. Es solo que me cuesta imaginarlo, ¿Cómo podría sentir celos de alguien como yo? Cuanto más lo pienso, más absurdo me parece.

En mi anterior vida creía que valía todo eso, el dolor de Navier, la atención de Sovieshu, el puesto de emperatriz, el dinero y el poder. Pero, cuanto más me consumía ese poder, más sola y desdichada me sentía. Cuando morí cruelmente en esa fría prisión, comprendí que yo no valía todo eso.

Yo no valía nada.

Al menos no lo suficiente como para que alguien se sacrifique por mí. 

 

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