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Había pasado un año y medio desde que los siete pecados capitales se habían separado, la paz por fin había llegado a britania.
En el bosque del rey hada ocurría lo mismo, hadas y gigantes convivían en paz y armonía, por lo que no sería extraño que, en una ocasión importante, hubiese una celebración en todo el bosque.
— ¡Rey Hada! — la hermana del primer rey, Gearhead, se acercó al actual soberano del bosque con una gran sonrisa y emoción.
— ¿Qué ocurre, Gearhead? ¿El capullo está en peligro? — Harlequin le preguntó a su amiga, preocupado.
Sin embargo, la joven negó con la cabeza. — ¡Todo lo contrario! ¡La princesa Odette está a punto de nacer!
— La princesa...
— ¡La hija del rey hada, Gloxinia y la hermana de la princesa Elizabeth, Hela! — exclamó Diane con una sonrisa, ella estaba igual de emocionada que Gearhead.
King realizó un llamado a su pueblo y al de su esposa, las hadas y los gigantes se encontraron en el centro del bosque del Rey Hada para el hermoso nacimiento.
— En cualquier momento tendremos el honor de conocer al fruto del amor entre un hada y una diosa, amor que surgió hace más de tres mil años, cuando la Guerra entre el clan de las Diosas y el clan de los Demonios aún estaba presente. Espero que le den una cálida bienvenida a nuestra princesa. — habló King, listo para que en cualquier momento naciera la pequeña.
Fue un momento algo mágico para quienes no conocía el nacimiento de un hada en el bosque, aquel capullo que contenía a la pequeña niña comenzó a expandir sus pétalos, una hermosa bebé de cabellos rojos dentro de una gran rosa blanca fue lo que se vio.
Gearhead se acercó a la, ahora flor de la recién nacida, y la sostuvo en sus brazo con cuidado, poniendo una pequeña y suave manta echa de pétalos de tulipanes.
— Bienvenida al mundo, Odette.
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— ¡Príncipe Tristan, princesa Odette, por favor esperen!
Un pequeño niño de diez años llevaba casi a rastras a una pequeña niña de cabellos rojizos de la misma edad, el niño parecía alterado mientras que la pequeña trataba de detenerlo.
