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Al poco rato, Odette abrió los ojos sintiéndose mareada y con fiebre, su cuerpo había esta neutralizando el veneno e intentaba sacarlo del cuerpo mediante la sudoración qué le provocaba la fiebre.
Era un proceso un poco complicado, pues su cuerpo no reconocía el veneno y le era más difícil sacarlo, sin embargo pudo levantarse y se permitió continuar curandose.
Ella estaba segura que había estado, por lo menos, una media hora o menos inconsciente, por lo que, preocupada, se levantó de la cama y se acercó a la ventana tambaleandose un poco. Al llegar, empujó suavemente los vidrios de la ventana y se abrieron, permitiéndole ver lo que ocurría y que los demás la vieran también.
Observó a Percival corriendo en vueltas y soltó una pequeña carcajada al ver lo grande que era su cabello.
- ¡Percival! - exclamó desde arriba y el joven la miró con sorpresa, al igual que el herbolario.
- ¡Ah! ¡Eres tú, la dama del lago! - exclamó con emoción y después ladeó la cabeza confundido mientras el de cabellos castaños mantenía su vista en la muchacha, sentía bastante curiosidad. - Pero, ¿y Mel?
- ¿Mel? - cuestionó el otro chico.
- Si, el chanchito. - respondió alegremente. - O bueno, creemos que era chanchita.
- ¿Qué...? - cuestionó confundido, observando al más pequeño. - Pero, yo la vi, el chanchito se transformó en ella. - Nesiens apuntó a la joven pelirroja, quien lo miró con sorpresa.
Percy también observó a la dama del lago con sorpresa. - ¡¿Mel?!
El de ojos miel observó un pequeño contenedor de vidrio en su mano antes de mirar a Percival. - ¿Por qué harías algo tan peligroso? - Odette leyó sus pensamientos y frunció el ceño preocupada.
- ¡¿Tomaste veneno?! - regañó a Percival, quien dió un salto en su lugar y miró a la chica con algo de vergüenza.
- Bueno... - el nombrado rió nerviosamente. - No estoy al tanto de todos los detalles, pero hiciste esa droga para salvar al barranco, ¿cierto? -Oddy salió por la ventana cuidadosamente, no iba a dejar a la vista sus alas de diosa, todo iba mal, no debía empeorar las cosas. - Entonces, ¿está funcionando?
- ¿Quieres salvar el barranco? - preguntó al otro muchacho, quien la observó de forma nerviosa mientras sus mejillas se ponían un poco coloradas.
- Si... Y por lo que veo, es un éxito rotundo. - les informó a ambos.
- ¡¿De verdad?! ¡Eres increíble! - exclamó la de ojos turquesa, seguida por el de ojos violetas. - ¡¡Eso es genial!!
El contrario sintió su corazón palpitar con algo de fuerza mientras los miraba a ambos.
- Mi nombre es Nasiens, ¿y el suyo?
- ¡Percival! ¡Y ella es Mel, un gusto en conocerte! - exclamó el primer nombrado de forma entusiasta, aunque fue interrumpido por la mayor.
