UN DÉBUT INCROYABLE

225 16 3
                                    


TERCERA PARTE

PRIMAVERA



Francia era un país increíble. ¿Qué cómo lo sabía? Porque iba a pasarme una puñetera semana recorriéndola en un precioso Maserati Quattroporte azul eléctrico; bebiendo vino y cenando en los pueblos más bonitos que había visto nunca, de París hasta Rocamoudure, y de allí hasta Toulouse; recorriendo los viñedos, las iglesias, las esculturas y los caminos empedrados y cargados de historia; durmiendo y follando en las casas rurales y hoteles más románticos con el hombre más guapo e increíblemente sexy del planeta tierra, mi novio de verdad, Park Jimin.


Y Karen. Sí, la joven también estaría allí. Bueno, de hecho, ese viaje era para ella. Al menos, oficialmente. Se suponía que yo solo iría porque era el ayudante del señor Park, para hacerles de traductor y para sacarles fotos que enviaba sin parar al señor Lee. Aunque la realidad, como siempre pasaba con nosotros, era mucho más compleja.


Todo empezó cuando a principios de marzo el señor Park tuvo que invitar a Karen a la cena de una gala benéfica. Allí, en una conversación bastante tonta sobre el tiempo lluvioso y húmedo que siempre hacía a principios de primavera, Karen dijo:


—Sí, siempre llueve mucho por esta época. No creo que recuerde uno de mis cumpleaños en los que no haya llovido, aunque solo fuera un poco.

—¿Cumples años en marzo? —le había preguntado yo.


Ya había quedado claro que Jimin no iba a esforzarse demasiado por mantener una conversación con ella cuando yo estaba cerca. Solo se dedicaba a sonreír, asentir y reírse de vez en cuando mientras trataba de tocarme lo más posible o de susurrarme comentarios privados que Karen fingía ignorar.


—A finales, sí, el veinte siete —había respondido ella.

—Oh, yo soy del tres de abril —sonreí—, apenas una semana de diferencia.

—¿Es usted Aries como yo, señor Jeon? —exclamó Karen con sorpresa, como si hubiera sido un descubrimiento arrollador y súper importante—. ¡Estaba muy segura de que sería un Capricornio!


Yo me había reído un poco junto con el señor Park, aunque estaba seguro de que a ambos nos había parecido una completa estupidez lo que a Karen se le había ocurrido decir.


El hecho era que, después de haber descubierto su cumpleaños, se me ocurrió que sería lo apropiado organizar algún tipo de fiesta especial para ella.


—Nada de cenas sorpresa, Kook—me había advertido Jimin cuando le había hablado del tema. Estábamos desayunando en su despacho y el señor Park comía un poco girado hacia mí en su enorme escritorio de ébano.

—Quizá algún restaurante caro y lujoso —había pensado yo en alto—. Podría conseguir sitio con un par de semanas de adelanto. Iré buscando también un regalo apropiado. ¿Qué le parece un colgante?

—Lo que sea —había respondido Jimin sin mucho interés.


Esa fue la idea original, una cena a la luz de las velas en algún lugar romántico e íntimo y un collar caro de una joyería. Pero las cosas cambiaron cuando el señor Lee, director del Departamento de Publicidad y el genio detrás de la relación falsa entre el señor Park y Karen, descubrió los planes. Lee todavía seguía muy molesto por la falta de fotos en San Valentín ya que, según él, «todo el mundo estaba deseando saber lo que habían organizado la pareja del siglo». Lo peor de aquello es que era cierto. Las redes sociales del señor Park se habían llenado de comentarios, críticas y quejas cuando no habían colgado nada más que una foto de ellos juntos con un ramo de rosas y unos bombones. Así que el señor Lee se había propuesto resarcirse con una cena por todo lo alto que, si fuera por él, hubiera retransmitido en streaming como si se tratara de un reality show.

EL JEFE Y EL AYUDANTE - JIKOOK (ADAPTACION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora