En este mundo existen aproximadamente 7350 millones de personas. ¡Grandioso!, ¿Cierto? Millones de personas que ante mis ojos son cada vez más falsas, inseguras e intentando encajar para no ser pisoteado... por desgracia, soy una de ellas.
Mi nombre...
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- Yo opino que... debes aceptar esta oferta de trabajo papá. – dije de una manera tranquila y sonriendo un poco. Al momento que le di la respuesta a papá, vi la felicidad en su rostro.
- Gracias Lazuli, verás que todo saldrá bien y a donde quiera que vayamos estoy seguro que te sentirás mucho mejor que estando aquí, te quiero. – contestó y me dio un fuerte abrazo.
- Amor, ¿esa llamada no se va a hacer sola o sí? – mencionó de una manera chistosa mi mamá, nosotros nos reímos por lo que dijo.
Cuando se retiraron de mi habitación me recostéen mi cama y me puse a pensar en cada una de las cosas buenas que viví enaquella escuela.
Tobías, siempre encontraba la manera de hacerme sonreír cuando estaba triste o cuando ese grupo de idiotas me molestaba, siempre atento a que no le tomara importancia a lo que decían y Elijah aún con sus rarezas lo extrañaré y a los maestros no se diga tan exigentes pero tan amables de esos que ya no hay hoy en día, inclusive el recorrido que hacía de mi casa a la escuela era increíble, no te imaginabas con que te encontrarías cuando salías, y esto último lo digo por ese bonito lugar que descubrí hace tiempo, estaba muy oculto que estoy segura que solo yo lo conozco. Son cosas que llevaré siempre en mi memoria. Cerré los ojos perdiéndome en mis pensamientos hasta conciliar el sueño.
- ¡Rayos! Me quede dormida, de seguro ya cenaron sin mí. – bajé al comedor y ahí estaban sentados empezando a cenar. – ¿Acaso iban a cenar sin mí? – dije un poco ofendida.
- ¡No tesoro!, le pedí a George que te fuera hablar pero dijo que estabas dormida, así que decidimos que descansaras un rato, no ha sido un día fácil hoy para ti. – dijo mi mamá con esa voz de dulzura con la que hablaba siempre. – ¿Cómo sigues? - me preguntó.
- Ya mucho mejor mamá, gracias. – y era la verdad, después de dormir un rato siento que mis ideas ya se acomodaron un poco. A mitad de cena sonó el teléfono de papá, y rápidamente se levantó para ir por él y contestarlo, al parecer son muy buenas noticias, pude ver su rostro de felicidad, después colgó y nos miró.
- ¿Qué creen? – dijo emocionado.
- ¿Qué pasó? – contestamos impacientes.
- Afortunadamente aun nadie ha ocupado el puesto que me habían ofrecido y me lo han dado a mí, ¿Pueden creerlo? nuestras vidas van a cambiar, adiós deudas, adiós a vivir con límites.
Estaba tan contento mi papá que de seguro cualquiera que pasara triste a lado suyo lo contagiaría de su felicidad, pero ¿adivinen qué? Vino algo que nadie de mi familia se esperaba.
- Familia, sé que es muy pronto pero tenemos que empacar ahora mismo, ya que nuestro vuelo sale mañana en la mañana. - dijo y nos miramos entre sí, sorprendidos. - Mi jefe me hablo diciendo que nuestros boletos salen en el primer vuelo a Inglaterra. Porque me quiere contratar de inmediato y que no nos preocupáramos del hospedaje porque la empresa lo pagara en cuanto encontremos donde vivir y de la escuela no se hable, estarán en uno de los mejores colegios del mundo.
