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—¡San! —Jadeo cuando lo empujó contra la puerta y comenzó a mordisquear su nuca, sujetándolo de la cintura, metiendo sus manos bajo su ropa. —E-estas muy raro, espera... —Se mordió los labios cuando sintió su erección y negó. —Vamos a hablar, San, tranquilízate.

—¿De qué vamos a hablar, Wooyoung? Te gusta jugar conmigo y volverme loco, pero no eres capaz de hacerte cargo.—Dijo frustrado por haber tenido una ereccion por varias malditas horas, a Wooyoung le encantaba volverlo loco en los conciertos, desabrochandose el saco y casi desnudandose frente a miles de personas, frente a él, para después sonreírle como si nada pasara. Respiró fuertemente y bajó los pantalones del chico, pisandolos el mismo para arrancarselos de una maldita vez. —Todavía te atreves a decir que me detenga. —Resopló con una sonrisa cuando vio que no traía ni ropa interior. Masajeo sus glúteos y dejó caer dos golpes firmes, observando como su piel se tornaba rojiza, escuchando al menor gemir. —Shh, quédate justo así. —Lo rodeó con sus brazos, acariciando su abdomen y su pecho, comenzando a besar cerca de su oreja, sintió al menor temblar cuando movió sus caderas contra el. —Wooyoung, te quiero comer entero.

—No puedes. —Susurró y se aferro a la puerta, sintiendo los movimientos de San, como si lo estuviera follando en seco, lentamente, el vaivén de sus caderas, se sentía exquisito, antes le avergonzaba cuando miraba mucho ese hábito que tenía San de mover sus caderas aunque no fuera parte de la coreografía y se preguntaba como sería San en el acto, después chillaba y golpeaba su cabeza contra la almohada porque estaba mal pensar eso y además ellos se odiaban... Tal vez aún se tengan algo de resentimiento pero al parecer odio ya no es.

—¿Por qué no puedo? —Jadeó sobre su oreja y eso lo ponía demasiado caliente, sentir la respiración húmeda de San, sus jadeos entrecortados y algunos roncos gemidos que se le escapaban cada vez que su polla se restregaba contra su culo desnudo.

Maldijo, estaba demasiado excitado, mañana tendrán otro concierto, porque al parecer su tortura nunca terminaba, no podían simplemente follar y aparecerse mañana todo dolorido, eran tres horas de estar bailando.

—Wooyoung... —Lo llamó, pidiendo una respuesta, quería que Wooyoung se lo dijera, que le pidiera que se lo follara.

—Mira, solo si me haces una buena lubricacion y me compras una jodida pomada, porque eres un bruto, pero solo porque estoy jodidamente caliente, ¿bien?

—Por supuesto... —Chupo su nuca. —Una polla es una polla, ¿no? ¿Eso dirías? ¿También te dejarías coger por Mingi si estas jodidamente caliente como ahorita?

—Oh, cállate, no sigas con eso. —Chilló cuando volvió a azotar su glúteo.

—Responde.

—No, San, no...

—¿No que?

—No quiero cualquier polla, vamos, follame, solo tu... —Suplicó y joder, ya mañana se arrepentiria.

Sintió como San se arrodillaba detrás de él y sus manos se aferraron a sus glúteos.

—Separa las piernas.

Tragó duro y aunque la idea le pareciera algo desagradable no se negó, se abrió a San, y sintió como este empujaba sus paredes con sus pulgares para comenzar a lamer su entrada. Se derritio contra la puerta, soltando un largo gemido.

—San, San... —Murmuró con un quejido y volteó hacia atrás, topandose con la sucia imagen de San entre sus piernas, agarrando con ansias su culo para abrirlo más, su lengua escalando más profundo, se estremeció y tembló, lloriqueando mientras se aferraba a la puerta para no caer, comenzando a sentirse cada vez más húmedo.

WooSan - SanWooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora