«Cap 4»

76 11 69
                                    


≻───── ⋆✩⋆ ─────≺

~Continuando con Aiacos~

Aiacos estaba furioso con Milo, se suponía que no debía hablar con extraños, y esto ya se lo habían explicado miles de veces sus padres. Además, le molestaba más la idea de verlo hablando con personas mucho mayores que ellos

Aiacos: ¡Milo Antares! ─ le gritó acercándose a él ─ ¿Qué se supone que estás haciendo? ─ le preguntó enojado ─ ¿Acaso olvidaste las advertencias de nuestros padres sobre hablar con extraños? ¿Te volviste loco?

Milo: Oye, cálmate hermanito, solamente estaba hablando con él para preguntarle una duda que tenía, nada más. No seas tan paranoico, ya pareces mi mamá, ¿sabes? ─ le explicó ─ Además, él no es un extraño, su nombre es Dégel y el de la izquierda es Kardia

Aiacos: Agh... ¡Eres alguien tan terco! ─ reprochó con molestia ─ mejor deja de molestarlos y vete a jugar con tus amigos o yo qué sé

Milo: Tranquilo, sólo hablaba con ellos, no los estoy molestando... Sólo quería preguntarles sobre alguien y ya, ¿entiendes?

Mü: Ah... Milo, mejor ya vámonos, no quiero causar algún tipo de conflicto, no me gustan ese tipo de cosas ─ le sugirió el peli lila tratando de llevárselo de ahí, pero Milo se soltó de su agarre

Aiacos: ¡Eres tan testarudo como papá!

Milo: Y tú tan paranoico como mi mamá ─ contestó sacándole la lengua

Aiacos: ¡Grosero! ─ lo regaño alzando su mano con la intención de pegarle, pero fue detenido por el peli verde

Dégel: Oye niño, cálmate. Como dijo tu hermano, él sólo vino a preguntarme acerca de alguien que vió ayer, no hay necesidad de que le pegues

Kardia: Vámonos ya, Dégel. Éste niño me da miedo... ─ le susurró aferrándose a sus hombros con un tono de voz aterrada

Dégel: Kardia, por el amor a Athena, sólo son niños. Además no podemos dejar que se peleen por un tema así, entiende que es su hermano mayor y quiere protegerlo, pero esa no es la manera de reaccionar ─ susurró de vuelta ─ Además, el niño sólo me estaba preguntando por mi hermano

Kardia: Dégel, tengo miedo... ─ habló en voz baja al mismo tiempo que se escondía detrás de él y se aferraba más, acción que puso un poco nervioso a Dégel por la cercanía, pero no le tomó importancia

Milo: Ya, Aiacos, Déjame, no soy un bebé, se cuidarme sólo y no necesito que alguien como tú me defienda

Aiacos: ¡Pero sólo tienes 5 años! ¡Es obvio que aún no eres lo suficientemente mayor para hacerlo!

Dégel: Ya niños, no sigan peleándose por eso, es algo inmaduro por parte suya, ¿saben?

Kardia: Son niños, Dégel, obviamente no tienen la suficiente madurez para arreglar esto sin pelearse. No son unos viejitos cómo tú ─ le reprochó viendo como éste lo volteó a mirar con seriedad ─ ¿Qué? Sólo decía...

Dégel: Agh... Mejor dejémoslo así ─ dijo mientras se agachaba hasta quedar a la altura de Milo ─ Oye pequeño, otro día vienes y me preguntas sobre mi hermano, ¿sí? Ahora no quiero meterte en problemas ─ susurró

𝑈𝑛 𝑎𝑚𝑜𝑟 𝒊𝒎𝒑𝒐𝒔𝒊𝒃𝒍𝒆 (Camus & Milo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora