≻───── ⋆✩⋆ ─────≺~Siguiendo con Mystoria...~
Mystoria: Esa voz... ¿Acaso será...? ─ pensó impactado ─ ¿¡K-Krest!? ¿Eres tú de verdad? ─ preguntó sorprendido mientras se giraba
Krest: ¿¡Mystoria!? ─ respondió sin poder creerlo aún, viendo como el otro se giraba con la cara igual de pálida a él para después decirle
Mystoria: ¿D-de verdad eres t-tú...? ─ preguntó nuevamente sin poder asimilarlo
Krest: ¡Oh, por Athena! ¿Desde hace cuánto que no nos vemos? ¿La Universidad me parece?
Mystoria: E-eso creo... ─ susurró, para después agarrar al otro del brazo y decir ─ ¡Tenemos que ponernos al día! ─ exclamó con emoción
Krest: P-pero los helados...
Mystoria: ¡Al diablo con los helados, tengo que saber qué ha sido de tu vida en estos últimos años!
Dicho esto empezó a correr mientras seguía tomando del brazo al Krest, el cual trataba de seguirle el paso torpemente. Además, también estaba preocupado por los helados, pobre vendedor, seguramente se quedó esperando...
Luego de unos minutos, llegaron a una banca en donde se encontraban Écarlate y Aiacos, los cuales los miraron con sorpresa y algo de curiosidad por saber quién era ése azabache con el cual venía Myst acompañado
Écarlate: Cariño... ¿Quién es él? ─ preguntó intentando no activar sus celosAiacos: Cierto, a él no lo conozco... ─ aseguró con una ceja alzada mientras veía a Krest
Mystoria: Ay, tú y tu memoria de padaria Écarlate... ¿Que acaso ya te olvidaste de Krest? ─ le preguntó al pelirrojo, el cuál negó confundido ─ Agh... Tendré que recordartelo de nuevo, y de paso contarle a Aiacos sobre él
~Continuando con los niños~
Mientras Milo hacía tremendo drama al no encontrar a la madre de Camus, éste fijó su mirada hacia el banco en donde se hallaban Écarlate y Aiacos. Allí vió que además de la madre de Milo, también estaba su mamá
Así que, se paró rápidamente y le avisó a su contrario, porque la verdad si seguía chillando por eso se le iban a reventar los tímpanos...
Camus: ¡Ya deja de llorar por eso, tonto! ¿Acaso no ves que mi madre está ahí? ─ preguntó señalando a Krest
Milo: ¿Ése de ahí es tu mamá? ─ cuestionó con sorpresa ─ oh... ¿Entonces no te dejó abandonado como yo pensé? Que alivio ─ dijo soltando un pequeño suspiro
Camus: ¿Por qué fuiste tan estúpido como para pensar eso, Milo?
Milo: Oye... Tampoco me trates así... ─ dijo algo desanimado
Camus: Ya, ya, perdón pues... Ven, mejor vamos con los demás ─ se disculpó tomándolo de la mano y llevándoselo con él, cosa que levantó un poco el ánimo de Milo ─ ¡Mamá! ─ gritó llamando la atención de los mayores
Mystoria: ¿¡Él es tu hijo!? ¡¿Tienes un hijo!? ─ le interrogó con impresión
Krest: Sí, dos de hecho, él es el menor... ─ respondió mientras veía a los dos niños acercarse ─ ¿Qué sucede, Camus?
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𝑈𝑛 𝑎𝑚𝑜𝑟 𝒊𝒎𝒑𝒐𝒔𝒊𝒃𝒍𝒆 (Camus & Milo)
Lãng mạnDos jóvenes amigos de la infancia, Camus y Milo, compartían una conexión especial desde pequeños. Fue desde el primer instante en que se conocieron, donde hubo un click especial entre ellos. Durante su adolescencia, Camus comenzó a darse cuenta de...