«Cap 6»

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~A la mañana siguiente~

~7:04 a.m~

Ese día Milo se levantó con todo el ánimo del mundo, y bueno, todo el mundo sabía que cuando Milo estaba de buenas, todos tenían que estarlo o por lo menos saberlo...

Así que se paró rápidamente de su cama y de un salto salió de ésta. Luego de esto, se dirigió al baño para lavarse la cara y los dientes

Milo: ¡Genial! ¡Hoy es sábado! Y si logro convencer a mamá de llevarme al parque, cabe la posibilidad de volver a ver a Camus, ¡Yaaayy! ─ exclamó muy entusiasmado mientras procedía a tomar su cepillo de dientes y comenzar a lavarse

Después de haber terminado, salió del baño de la habitación que compartía con su hermano y de una vez fue a despertarlo. Pero ya todos sabemos que Aiacos tiene el suelo pesado, así que eventualmente se tardó un poco en despertar

Milo: ¡Levántate Aiacos! ¡Vamos, ya sal de la cama, hoy será un gran día! ─ gritó moviendo bruscamente a su hermano, el cual por su parte sólo ignoró los llamados de atención y siguió durmiendo

Aiacos: Agh... Sólo 5 minutos más, mamá... ─ respondió con pesadez

Milo: "¿Mamá?", ¿acaso piensa que soy mamá? ─ pensó incrédulo, pero esto no lo detuvo de seguir moviendo a su hermano. Aunque de todas formas este no quería ─ Oh, rayos... ¿Qué puedo hacer para que se despierte? ─ susurró mientras se ponía a pensar en alguna idea

Aiacos: Minos... Minos... ─ decía somnoliento, ¿acaso estaba soñando con Minos o qué...?

En eso, Milo tuvo una gran idea, una que tal vez le resulte muy efectiva, y más si se trataba de ya sabemos quién...

Milo: ¡Oh, vaya! ¿Ese de ahí no es Minos? Oye, creo que Minos vino a verte Aiacos... ─ le susurró a su hermano, el cual al instante se levantó nervioso

Aiacos: ¿¡D-dijiste "Minos"!? ¡Ohh, demonios! ¡Dile que no estoy! ¡Tápame, tápame! ¡No puede verme así recién levantado! ─ gritó escondiéndose debajo de sus sabanas. Pero algo le pareció extraño, y eso era que en ningún momento había escuchado o sentido a Minos en esa habitación ─ Oye... ¿Dónde está Minos? ¿No dijiste que había venido?

Milo: Oh vamos, Aiacos. ¿En serio creíste que de verdad había venido Minos? ¿Tan ilusionado estás? Uhhh, que lástima ─ dijo el menor con un tono dramático

Aiacos: ¡Agh! ¡Maldita sea, Milo! ¡Te voy a matar! ¡Ven aquí pequeño demonio! ─ Exclamó parándose rápidamente mientras empezaba a perseguir a su pequeño hermano, el cual huía de él mientras soltaba pequeñas carcajadas

Milo: ¿Acaso estás tan enamorado de ese albino raro de tu amigo al punto de pensar que vendría tan temprano sólo para verte? Wow, de verdad me sorprendes, hermano... Quién diría que alguien como tú que se quejaba tanto del amor, terminó enamorado de su propio amigo

Aiacos: ¡Ayyyy, ya cállate, Milo! ¡Además tú no puedes decir nada, porque seguramente a ti también te gusta un niño extraño con el cual ni siquiera has cruzado palabras! ─ le gritó sin parar de perseguirlo

𝑈𝑛 𝑎𝑚𝑜𝑟 𝒊𝒎𝒑𝒐𝒔𝒊𝒃𝒍𝒆 (Camus & Milo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora