Capitulo 1

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—Veo que a Catnap aún no se le quita su mal humor, y siendo un gatito tan adorable—Dijo la científica riendo por la actitud del felino, quién sin más remedio salió del lugar, yendo a la casa del can para ayudar a Kickin junto a Bubba, quiénes ya e...

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—Veo que a Catnap aún no se le quita su mal humor, y siendo un gatito tan adorable—Dijo la científica riendo por la actitud del felino, quién sin más remedio salió del lugar, yendo a la casa del can para ayudar a Kickin junto a Bubba, quiénes ya estaban bajando las cajas de la oficina.

—Él no suele ser así doctora, discúlpelo, pero ha sido un día pesado para todos nosotros— Hablo el can, en nombre del gato.

—Claro— Dijo la científica riendo y acercandose a Dogday, invadiendo parte de su espacio personal; Dogday todo ese tiempo se había mantenido en alerta, pues su cola se mantenía alzada pero sin ningún movimiento y sus orejas alzadas, aunque con su apariencia alargada no se notaba demasiado. Estaba demasiado tenso al tener que lidiar con personas de la fábrica —Muy bien, mejor vayamos ya al grano, amor—Sonrió con dulzura, tomo la mano del perro y comenzo a jalarlo con ella, acción que puso aun mas tenso al ya alertado experimento, no deseaba volver a la fábrica, pero no tenia elección.

—Hay que partir de una vez, mientras los demás cargan todo y lo llevan a la fábrica. Y ya que eres el líder de los Smiling, supongo que ya te has de dar una idea de que es lo que haremos, ¿No es así?— Pregunto la mujer, comenzando su caminata hacia una camioneta de carga, donde Dogday tuvo que montarse en la parte trasera de esta, gracias a su gran altura, siendo ahora la científica, quién en el asiento del copiloto se volteo a ver al guardián del sol.

—Lo es, aunque no me dieron más detalles, solo la orden de preparar todo respecto a los niños, además de que se requería mi presencia ya que se abrirán nuevas actividades en las que los Smiling Critters tendrán participación, incluyendo de la suma importancia de la presencia de Catnap y la mía, al ser los personajes principales del grupo— Explicó de manera breve lo que tenía el contenido de la carta.

—¡Así es! Ustedes dos son los líderes, si bien tú eres el líder principal y Catnap tu mano derecha, te corresponde el ver primero las nuevas instalaciones, donde tú y los otros Smiling se harán cargo de ahora en adelante— Dijo de manera sonriente, el camino para llegar a la fábrica realmente no era largo, ya se comenzaba a ver la entrada del lugar— Y ya que llegamos, de una vez te avisó... Villa Sonrisa dejará de estar en funcionamiento, por lo menos por un tiempo, en lo que le encontramos una nueva función, por supuesto—Suspira con resignación— Seria un desperdicio de recursos si solo se destruye el sitio, pero de ahora en mas vivirán todos aquí, no tendrán que moverse a ningun lado y los niños podrán seguir con el proceso de adopción desde dentro de la fabrica ¿No es maravilloso?—Pregunto con emoción, Dogday se había quedado congelado desde que había escuchado esa "noticia maravillosa".

¿Villa Sonrisa destruida? ¿Ya no vivirán más ahí? Esas preguntas no dejaban de atacar su mente ¿Cómo se supone que se los explicaría a sus compañeros? ¿Cómo evitaría que a las chicas les pueda dar una crisis nerviosa si ahora su más grande temor se volvía realidad? Dogday iba a continuar con sus preguntas sin fin ahora que no sabia como procesar la noticia, creyó que eso no tenia para nada sentido, Villa Sonrisa siempre ha sido el hogar de todos los chicos, de todos los Smiling  Critters y para los niños era como un sueño el vivir junto con ellos, dado a que la Villa Sonrisa real era idéntica a la de la caricatura, por lo que era como si cada día vivieran una aventura nueva con todos los personajes del programa.

—¿Qué hay de los niños y de nosotros? Para los niños, vivir en Villa Sonrisa es como vivir cada día una aventura nueva como en el programa, y para nosotros, es prácticamente nuestro hogar, cada uno con nuestras casas — Cuestiono Dogday, no iba a permitir que le arranquen su hogar de esa forma, no queria hacerlo.

—En ese aspecto, tienes razon Dogday, pero no son ordenes mías... De ser así, solo querria el traslado de los niños que seleccionaríamos para experimentos y las adopciones, como lo hemos hecho siempre, pero no hay mas que hacer que obedecer ¿Entiendes?— Pregunto la cientifica, aun sosteniendo su voz alegre pese a que parte del tema la irrito un poco.

—Comprendo, pero no lo acepto. Ya tenemos un lugar, además de que mis compañeros ya se sienten de por si estresados por esto, no creo que un cambio abrupto les ayude en algo —Dijo Dogday, sin dar su brazo a torcer, haciendo que la cientifica comenzara a reír un poco al escuchar la respuesta del guardián del sol, le divertía como este no llegaba a obedecer a la primera las ordenes, no cuando no le beneficiaba, aunque ¿Alguna vez algo lo hizo? Lo que si, eso solo le daba mas diversión ya que el can si que cumplía con su papel de la cabeza del equipo de los Smiling Critters. Adoraba a ese can y por ello, cuando lo creo, cuando coloco a Daniel dentro del experimento 1160 supo que seria perfecto, el chico siempre defendía a todos sus compañeros y tomaba responsabilidad ante las travesuras o los errores que cometían sus amigos, ademas de pelear con los niños mas grandes de ser necesario, aunque se ganara una paliza. Le había tomado demasiado cariño.

—No es cuestión de que lo aceptes o no, cielo... Es que hagas lo que se te ordeno y para lo que fuiste creado, no tienes más opciones. Pero descuida, no todo es malo, el estúpido miedo de tus compañeros podrá desaparecer si hacemos un par de truquitos en ellos, ya sabes... Mover aquí y allá, y listo— Dijo, subiendo las escaleras que la guiaban a la entrada del nuevo "hogar" de todos los niños, y el territorio de los Smiling.

—No, no permitiré que sean sometidos a experimentos—Dijo inmediatamente apenas termino hablar la cientifica, no dejaría que sus compañeros sufran más de lo que ya lo hacen.

—Entonces, se un buen chico... Daniel—Dijo la mujer, mirándolo desde su hombro con una gran sonrisa, sus ojos solo destilaban maldad, diversión y locura—Habrán muchas cosas con las que podrán entretenerse, aparte de que podras explorar todo esto, por cierto, quiero que veas algo—Exclamo riendo.

Las cuencas de Dogday, donde estaban sus ojos ahora estaban vacíos, sus manos estaban formados en un gran puño y haciendo mucho esfuerzo de todo su autocontrol, no comenzo a lanzar gruñidos contra la mujer que tenia enfrente, la odiaba, lo hacia demasiado, su hambre estaba despertando y comenzaba a desear querer devorarla, y no dejar nada de lo que alguna vez fue esa cientifica loca. Su creadora. Pero antes de que siguiera con eso, una nueva sección abría paso enfrente de sus ojos, haciendo ver de nuevo su iris, su furia ya estaba pasando a segundo plano, al verse sorprendido por encontrarse con un teleférico frente a él ¿Era esa la sorpresa?

—Sube, el teleférico es bastante resistente, así que soportara muy bien tu peso, tómalo como... ¿Un regalo de una sola vez? ¿Un premio? Que mas da, esta será la única vez que podras usarlo. Cuando el traslado se concluya, todos ustedes se moverán por otro sitio, los niños entraran por aquí y el tren— Dijo la doctora, acercandose a un reproductor y colocando una cinta de VHS, comenzando a reproducirse—En esta cinta, el presidente Elliot habla de la función de la Guardería, que será su nuevo hogar, disfruta de la vista y el paseo, Dogday—Dijo, tomando asiento, el can quien solo estuvo escuchando todo ese tiempo, y pese a su incomoda posicion al estar en un espacio muy reducido para él, se tuvo que sentar en el suelo del transporte y observar la cinta, tratando de mantener una distancia prudente con la mujer, ya que, de tocarlo, querria arrancarle la mano de un solo mordisco.

"Hola, mi nombre es Elliot Ludwig. Cuando ves el mundo de hoy, ¿Qué crees que necesita mas que todo? Le pregunte a muchos. 'Dinero, no tengo suficiente', 'Entendimiento, nunca lo tengo', '¡Fé!, el hombre común la ha perdido', cada respuesta era diferente... Y quizá podía ver cierta verdad en cada una. Pero creo que les faltaba algo, algo sencillo: verán, ninguna de ellas podía crear una sonrisa. Una sonrisa es esperanza, una sonrisaes amor, una sonrisa es comprensiva, y no hay nada mas gratificante para mi alma que ser el motivo de la sonrisa de los niños. Ser la chispa que enciende sus sueños y esperanzas, podemos crear un mundo mejor. Un mundo donde nuestros niños, no tengan que temer, uno donde estén protegidos; porque claro, esta compañía y sus juguetes no significa nada sin ellos. Estos niños merecen sonreír, merecen amar y también merecen un hogar."

Dogday se quedaba estupefacto con cada palabra que escuchaba, si bien su rostro no llegaba de mostrar ninguna reacción o al menos, una que lo deje en evidencia a simple vista, no imaginaba cuanto descaro y mentira había detrás de todo ese asqueroso discurso ¿Ser el motivo de la sonrisa de los niños? Por favor, no estara hablando en serio con eso, no después de lo horrible, todo lo asqueroso, profano e inhumano que ha hecho ¡Y con los propios niños! Eso, si que hacía rabiar mas aun al can, no podia creerlo ¿Un hogar donde estén protegidos? ¿Dónde no tema? Por supuesto, como es pan de cada día el ser experimento, el que te inyecten al cuerpo líquidos desconocidos, que te obliguen a dormir cuando no quieres hacerlo por el miedo. Si eso es vivir protegido, siendo vigilado las veinticuatro horas del día y monitoreado cada rato por sujetos locos con batas blancas, entonces no sabría que es vivir sin esa "protección"... El horror, el miedo, el realmente falta de entendimiento cuando despiertas en un cuerpo que no es el tuyo, el tener que fingir ser una estatua o fingir algo que no eres, para alegrar a niños, cuando experimentaron contigo. Si bien Dogday sabia que la fábrica era un infierno y que su creador, era el mismo maldito demonios, no se imaginaba hasta donde arrastraba esa locura, se hacía la idea, no por nada veía niños nuevos cada cierto tiempo, y no solo uno o dos, sino por grupos algo grandes. Estando muy ensimismado en sus pensamientos, que no había notado que se había llevado una de sus manos a su cara, mientras era observado con detenimiento por la cientifica, quien haya interesante las reacciones del perro, pero aun así, no lo interrumpio.

"Por eso, es que con un enorme placer, como fundador de Playtime Co., les presento ¡La Guardería"

Dogday se levanto un poco, para asomarse por las ventanas del teleférico, y su visión era impresionante, no cabía duda que los trabajadores se habían lucido con la Guarderia, era realmente hermoso para su pesar, probablemente los niños incluso puedan emocionarse por el cambio y quizá, sus compañeros se distraigan lo suficiente con eso para no llegar a pensar demasiado en otra cosa. Casi a la altura del teleférico se alzaban unas nubes artificiales, en el techo del domo se haya una gran ventilador que asimilaba la luz del día, toda la Guarderia estaba dividida en cuatro edificios, mas aparte la gran estatua que hacia de honor a todos los Smiling Critters: CraftyCorn, Bobby Bearhug, Bubba Bubbaphant, Hoppy Hopscotch, Kickin Chiken, Picky Piggy, CatNap y DogDay, se hallaban levantados formando un círculo dandose todos la espalda y dando cara hacia toda la Guardería, pero siendo sus versiones animadas, todo estaba decorado de forma hermosa, sin dudar, lo mas seguro es que sea una gran zona para los niños, pero ¿Por cuánto seria asi? Los niños necesitan de aire fresco real, de luz solar real y de una noche real. No cosas que lo simulen ¿Realmente estaran bien con eso? Antes de que Dogday se perdiera en sus pensamientos, volvió a centrar su atención en la cinta, que continuaba sonando aún.

"Nuestro propio orfanato interior, pero no es solo eso. Es una escuela, un patio, un hogar. Nuestro propio ecosistema debajo de la superficie, con dedicación en cada detalle para lograr sacarle una sonrisa a cada niño. Son profesores y consejeros, madres y padres, hasta ese momento tienen todo eso en ti. Que la Guardería traiga felicidad, inspiración y sonrisas a todos los que entren por las puertas ¿Qué le da sentido a la vida sin una sonrisa?"

En ese momento, la cinta se corto, dándola como finalizada. Dogday en todo ese tiempo no había pronunciado ninguna palabra, no sabia que pensar y como sentirse al respecto ¿Estaba bien quedarse en ese lugar? Pero, aunque se preguntara eso, no había más que una sola respuesta aunque no le gustara, estaban obligados a hacerlo, no quedaba otra opción, y pese a ser así, entonces ¿Ese será su nuevo hogar? ¿Por cuanto tiempo? ¿Hasta que muera? ¿Hasta pudrirse? ¿Siquiera morir le era posible? Su vida era bastante prolongada en forma de juguete, no era inmortal, había visto y escuchado de compañeros que murieron, al ser devorados por otros cuando no eran aceptados por los demás o por nadie, mejor dicho. Solo que, en forma general ¿Vivirá en un maldito domo lo que quede de su vida y de sus compañeros? Quizá... Solo tendrían que acostumbrarse a su nueva realidad, tal y como lo han hecho todos los juguetes que viven en la Estación de Juego: Mommy, Kissy, Huggy, Poppy, PJ Pugga Pillar, Bunzo, etc. Todos ellos desde que los crearon han vivido en esa zona, exceptuando algunos experimentos que han estado en cautiverio al ser demasiado peligrosos.

— ¿Y bien? ¿Qué piensas de esto?— Pregunto la científica, ya habian llegado a la estación, pero el teleférico mantenía sus puertas cerradas a petición de la mujer, aunque afuera y pese a que eran observados, mas no escuchados, estaban algunos guardias que se encargarían del cuidado de la doctora "por las dudas" —Puedes ser sincero, no te reportare ni castigaré si dices algo en contra de esto, incluso puedes insultar— Rio con fuerza. Dogday solo levanto la vista y la dirigio hacia ella —Nadie de afuera nos escuchara, esto se quedará entre tu y yo— Dijo, como si leyera su mente.

El can solo puso una de sus manos y froto su entrecejo y parte del puente de su naríz, simulando un masaje y suspirando respondió—Es una mierda— Ante esa breve respuesta, la científica se carcajeo con fuerza, incluso comenzando a sostener su estomago apretándolo, mientras simulaba limpiarse una lágrima invisible de uno de sus ojos.

—¿Eso es todo? ¿Es lo que piensas?— Pregunto aun divertida por su respuesta, el can solo la miraba fastidiado, aunque la doctora no se inmutaba por eso.

—¿Qué más puedo decir? Es el discurso más doble moral, más hipócrita que he escuchado en mi vida ¿Ser la chispa y el motivo de las sonrisas de los niños? ¿Si quiera sabe que es eso? Yo se lo que se siente, y dudo que ese sujeto tenga el mismo concepto de eso... Es la peor basura que ha existido en la vida— Respondió, recostándose un poco en la puerta trasera del transporte, la mujer solo continúo riendo mientras asentía dandole la razon al guardián del sol, era verdad, pero para seguir con esto siempre era necesario mentir, mostrar una cara falsa, una máscara.

—Tienes razón. Lo es, pero si quiere seguir con todo esto para seguir con sus experimentos, tiene que poner su mejor fachada. Así que, no estas en lo incorrecto, querido— Respondio con simpleza la doctora, levantandose de su asiento y presionando el botón que abría las puertas del teleférico— Ya levántate, es hora de que le des un vistazo a todo esto.

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