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Cierta mugiwara caminaba por las calles de aquella isla rural con tranquilidad, estaba pensando en cómo generar más dinero ahí

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Cierta mugiwara caminaba por las calles de aquella isla rural con tranquilidad, estaba pensando en cómo generar más dinero ahí.

Lo que la pelinaranja no sabía es que cierta marine llevaba siguiéndola como si fuera su presa desde hace ya varias islas.

Aquella marine con el cargo de vicealmirante se decidió y de un salto se quedó frente a la pirata que rápidamente se asustó, sabía por la capa en los hombros de la de cabellera morada que su rango era alto y por lo tanto, no sabía si podría contra ella.

— La gata ladrona, Nami, hasta que nos cruzamos. — Sonrió con sorna la más alta.

— Más bien una emboscada ¿No? — Murmuró pasando saliva.

— Hey, pirata, he oído que te gusta el dinero como a nadie. — Le comentó y con delicadeza tomó la mano contraria dirigiéndola a sus labios. — ¿Cuánto me cobrarías por tener una cita contigo? — Besó su mano sutilmente.

Al oír aquello la contraria quedó en blanco, no comprendía, pero algo sí sabía, una vicealmirante tenía mucho dinero.

— Escucha, salir conmigo no es barato, serán 10.000.000 berries y no es negociable.

Al decir una cifra elevada pensó que la marine la dejaría en paz, pero en cambio escuchó una risa.

— Eres toda una sinvergüenza al decir esa cifra, pero lo pagaré. — Nami frunció el ceño algo incrédula. — Lo vales, gata ladrona.

Lo que la mugiwara no sabía es que resultaría estafada.

Lo que la mugiwara no sabía es que resultaría estafada

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〖Estafadora ✧ Nami〗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora