Yona escuchaba el den den mushi sonar y sonar, así llevaba más de un mes, al parecer su amada no se rendía.
Pero ella sí lo había hecho, no soportaba más, acariciaba las quemaduras en su cuerpo, Akainu le había dado una paliza al enterarse de su traición, pero la había perdonado al ser esta su mano derecha.
Sí, Yona siempre fue la segunda al mando de Akainu.
Recordaba cuando era una simple marine y Akainu la reclutó, la hizo ser fuerte a la mala, la obligó a participar en genocidios, a torturar y matar piratas a los cuales en realidad solo debió llevar a prisión, ella hizo cosas horribles.
Cosas que Nami no sabía, y agradecía aquello, después de todo, no es que hubiera querido cometer esas atrocidades, pero le temía a Akainu, no era capaz de negarse.
La primera vez que se negó fue por Nami y ahí estaba pagando el precio, él casi la mató a golpes si no fuera por la interferencia de Garp que dijo que no podían perder a alguien tan fuerte por esas cosas, así que ahora estaba bajo el mando del héroe de la marina.
Y a pesar de haberse recuperado físicamente su mente no estaba sanando, todas las secuelas estaban presentes.
Quería que Nami supiera que ella en verdad se había esforzado para estar a su lado, que en verdad había intentado lidiar con Akainu, pero no pudo.
Hizo tantas locuras con tal de estar a su lado, pero como dijo Smoker, eso no terminó bien.
— Por favor, deja de llamar… — Murmuró agarrándose el cabello al oír el den den mushi. — Yo no puedo ser salvada, gatita.
Porque ella no era alguien brillante como su amada, a pesar de que trató de sacar todos esos recuerdos de su mente, a pesar de que intentó dejar el pasado atrás, no podía hacerlo y ya no quería empeorar las cosas, sin duda Nami le había estado ayudando al brindarle cariño y amor, pero ahora que estaban separadas nada tenía sentido.
Recordó cuando la pirata le gritó que la amaba de forma desesperada y lágrimas corrieron por su rostro. Quería estar con Nami, pero no quería empeorar las cosas.
Ella ya no podía cargar con el peso de todo.
En ese momento Garp entró a su habitación y la miró con seriedad, a su lado estaba Smoker.
— Murasaki, vamos.
— ¿Una misión? Enseguida voy, Smoker. — Se levantó del suelo y Garp negó.
— Te vas de la marina.
— ¿Q-Qué…?
—Este no es tu lugar, mocosa, te estás destruyendo a ti misma, vete, yo me haré cargo de las repercusiones y de ese perro rabioso. — Garp le revolvió el cabello de forma brusca. — Sé feliz y saluda a mi estúpido nieto. ¿Quieres?
Yona miraba sorprendida al héroe de la marina y entonces dirigió incrédula su mirada a Smoker el cual asintió.
— Ya sabemos dónde están, te llevaré con los mugiwara.
— ¡Es humitos!
Luffy soltó una risa al ver a Smoker acercarse con su barco, estaba preparado para luchar cuando Nami lo empujó tirándolo hacia atrás.
— ¡Oye, Nami! – Se quejó y entonces vio el rostro de su navegante, la cual portaba ojeras.
— Puede ser… ¡Smoker ¿Dónde está ella?! ¡Necesito verla!
El albino suspiró mientras detenía su barco y miraba a la peli naranja desesperada.
— Siempre les dije que acabaría mal.
— ¡No me importa, déjame verla, llévame con ella!
— ¿Sabías que Murasaki ha matado a piratas sin necesidad? ¿Que ha participado en Buster Calls? Ella es la mano derecha de Akainu. — Reveló, logrando que Nami frunciera el ceño.
— No me interesa eso, la Yona que conozco no es así… Incluso si hizo eso, ¡Ella cambió!
Al oír eso, el vicealmirante se mantuvo en silencio antes de hacer una ceña y dejar ver a Tashigi con Yona.
Nami apretó los puños al ver moretones en el rostro de su amada, pero eso no fue la que la sorprendió, lo que llamó su atención fue verla sin su uniforme de marine.
— Smoker… Gracias, por todo. — Hizo una reverencia.
— No digas estupideces, cuando te bajes de este barco te cazaré, los mugiwara son mi meta.
Al oír eso, Yona soltó una risa y asintió antes de ser agarrada por unos brazos y llevada al Sunny. Luffy la había dejado a un lado de Nami.
— ¡Bienvenida a bordo, shishishi~!
— Yo… Volví con vida, gatita. — Le sonrió algo apenada y recibió una fuerte cachetada. — Supongo que me lo merezco…
— ¡Idiota, no vuelvas a dejarme! — Nami la abrazó con fuerza mientras lágrimas caían de su rostro. — Te amo… No me vuelvas a dejar, Murasaki Yona.
— Perdón… Yo también te amo, Nami.
Y de esa forma la estafadora terminó con su gata ladrona.
ESTÁS LEYENDO
〖Estafadora ✧ Nami〗
NouvellesNami admiraba incrédula la situación que la había hecho pasar una vicealmirante. ¡La estafadora acababa de ser estafada, y por una marine! ❏Nami x fem! oc. -ErrorDai-