ᶜᵃᵖⁱᵗᵘˡᵒ³

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Nami se encontraba sentada viendo sus mapas, pero no podía concentrarse, debía admitir que en su mente había una confusión de pensamientos

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Nami se encontraba sentada viendo sus mapas, pero no podía concentrarse, debía admitir que en su mente había una confusión de pensamientos.

Todos esos pensamientos eran de cierta vicealmirante.

Sentía molestia por ser estafada, normalmente ella era la que salía ganando si de dinero se trataba y ahora ella era la que perdió, pero no era solo eso, además se regañaba a sí misma.

¿Cómo pudo sonrojarse por una marine?

Ya no era tanto de si era una mujer o no, era el simple hecho de que era una enemiga ¡Era una marine y de alto rango!

– No me puede estar pasando esto, está mal.

Soltó un suspiro mientras se apoyaba en la mesa y frunció el ceño, en ese mismo instante la puerta se abrió y pudo ver a Robin entrar con una sonrisa.

– Ya es de noche, navegante-san ¿Planeas descansar?

– ¿Uhm? Sí, ahora voy a dormir. – Le sonrió y la pelinegra soltó una risa.

– Dudo que vayas a dormir, te han venido a buscar para descansar con cierta persona. – Nami la miró confundida. – Vicealmirante-san está en esta isla, se encuentra esperando en la borda.

– ¿Cómo… ? ¿Cómo sabes de ella, Robin? – Le miró algo tensa.

– Tengo oídos en todas partes, navegante-san. – Le recordó y entonces sonrió. – No te cuestiones tanto si es lo correcto o no, solo haz lo que tu corazón diga.

Al oir aquello la de cabellera anaranjada se sorprendió y se levantó dispuesta a ir al encuentro de aquella marine, planeaba cobrar su dinero, aún así escuchó el “suerte” que le deseo su nakama.

Al oir aquello la de cabellera anaranjada se sorprendió y se levantó dispuesta a ir al encuentro de aquella marine, planeaba cobrar su dinero, aún así escuchó el “suerte” que le deseo su nakama

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– Viniste, pirata. – Yona le sonrió y la contraria le miró con el ceño fruncido.

– Vengo por el dinero que me debes, no confundas las cosas. - Se cruzó de brazos con molestia.

Aquello sacó una risa de la marine que la agarró de la mano arrastrándola hasta una pequeña colina donde se podía apreciar el cielo nocturno fundiéndose con el mar.

– Antes de pagarte, disfrutemos de la vista ¿Quieres? – Yona le sonrió y se sacó su chaqueta de la marine para posicionarla sobre los hombros de la pirata. – Hace frío, abrígate con eso.

– No quiero usar algo de la marine. – Se quejó por lo bajo, pero aún así se abrigó con la prenda.

El silencio las acompañó por unos largos minutos, era pacífico y por más que Nami no quisiera admitirlo, le agradaba aquel pequeño momento que estaba teniendo con la Murasaki.

– La luz de la luna te hace ver hermosa… Estoy tan feliz, estás a mi lado disfrutando mi vista favorita del mar.

– Deja tu palabrería barata y recuerda que debes pagarme. – Le gruñó, pero aún así se encontraba ruborizada por sus palabras. – Ese… ¿No es un barco de un almirante? – Se tensó y la pelimorada la rodeó con sus brazos en busca de tranquilizarla. - ¡O-Oye!

– No te preocupes, sólo es Kizaru y no permitiré que te toque un solo cabello, a mi lado nada te sucederá. – Aseguró besando su mejilla.

Nami no se quejó y de a poco fue acurrucandose en el pecho de la más alta, debía admitir que de alguna forma aquellas palabras le habían causado tranquilidad y seguridad, era extraño, pero no iba a cuestionar mucho aquel sentir.

Ambas admiraban las estrellas ignorando todo a su alrededor, la pirata se dejaba llevar por las dulces palabras que la marine le susurraba al oído, de a poco esta fue quedándose dormida sin darse cuenta que una de sus nakamas se acercaba.

– Vaya, lamento interrumpir su momento, vicealmirante-san, pero Kizaru está caminando hacia ustedes.

– Gracias por la información, Nico Robin. - Yona cargó en sus brazos a Nami y le sonrió a la pelinegra. – Llévala a su barco y váyanse, yo me encargare de mi superior.

– ¿Planeas mentirle? - Robin notó cómo Nami apretaba los labios con fuerza, sabía que ella estaba despierta.

– Así es, pero todo con tal de proteger a mi chica. – Robin soltó una risa al ver el rostro de su nakama ruborizado. – Ella se está convirtiendo en mi mundo, no puedo permitir que alguien la dañe, no me lo perdonaría.

 – Ella se está convirtiendo en mi mundo, no puedo permitir que alguien la dañe, no me lo perdonaría

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〖Estafadora ✧ Nami〗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora