ᶜᵃᵖⁱᵗᵘˡᵒ⁵

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Nami se encontraba con aquel den den mushi blanco en sus manos, aquel que le había regalado la marine para que se pudieran mantener en contacto sin que sus llamadas fueran interferidas y así evitar ser descubiertas

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Nami se encontraba con aquel den den mushi blanco en sus manos, aquel que le había regalado la marine para que se pudieran mantener en contacto sin que sus llamadas fueran interferidas y así evitar ser descubiertas.

Aun así nunca lo había utilizado, pero esta vez en plena noche sentía la necesidad de ver a la marine. Había leído en el periódico que esta había asistido a una pelea en busca de Kurohige y se encontraba totalmente preocupada, necesitaba saber que se encontraba bien.

— Vaya… ¡Qué linda sorpresa, si eres tú la que me está llamando, preciosa gata ladrona! — La voz algo débil de la marine se escuchó una vez que Nami alzó el den den mushi.

— ¿Estás bien? Leí de la pelea… ¿Podemos vernos?

El silencio se escuchó por unos minutos para después oír un suspiro algo agotado, eso la hizo pasar saliva algo asustada por su respuesta.

— Creo que veo tu barco desde la lejanía, llegaré en unos minutos a la isla en la que están anclados, espera ahí y te haré pasar a mi barco.

Antes de que Nami pudiera responder, la llamada fue terminada por el otro lado, rápidamente escondió el den den mushi para salir de forma sigilosa de su barco y esperar en la orilla, entonces vio el barco de Yona, pero en vez de ir la peli morada a buscarla apareció otra persona que la hizo ponerse en guardia.

— Smoker… — Frunció el ceño algo tensa, debía ser una broma. ¿Acaso una trampa?

No… No podía ser, Yona nunca le tendería una trampa, no a ella.

— Estaba cuidando de Murasaki, créeme que no estoy de acuerdo con lo que ustedes dos se traen, eres una mugiwara y ella una vicealmirante, arriesga demasiado por una simple pirata. — Comentó con el ceño fruncido. — Pero es la primera vez que me pide un favor, así que haré como que no sé nada, sígueme.

Nami menos tensa siguió al albino mientras sus palabras pasaban por su mente. Era verdad, Yona arriesgaba mucho al verla, pero aun así se sentía feliz de que la marine estuviera dispuesta a tanto por ella; era inmensamente feliz.

 Era verdad, Yona arriesgaba mucho al verla, pero aun así se sentía feliz de que la marine estuviera dispuesta a tanto por ella; era inmensamente feliz

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— Ya sabes, al amanecer dejaré de cubrirte. — Smoker miró a su colega, la cual abrazaba con cariño genuino a la pirata. — Yo… No apruebo esto, Murasaki.

— Lo sé, Smoker, muchas gracias por cubrirme. — Le miró agradecida y el contrario suspiró cansado.

— Hasta el amanecer, ya sabes.

El vicealmirante cerró la puerta y las dejó a solas. Yona enseguida besó a la peli naranja que le miró preocupada al ver cómo esta se encontraba en pijama y con muchas vendas en su torso. Tenía el cabello suelo al tener además vendas en su cabeza.

— Pensé lo peor… No te atrevas a morir, no te lo perdonaría. — Le miró con el ceño fruncido y los ojos llorosos.

— Así que así se siente que alguien se preocupe por ti, es muy lindo el sentimiento que provoca. — Soltó una débil risa. — Pero estoy bien, no te preocupes, algo así no acabará conmigo. — Aseguró. 

Nami le miró con cierta inseguridad mientras empezaba a pasar sus manos por debajo de la camisa de la marine sorprendiéndola.

— H-Hey, gatita, ¿Qué haces? - Le miró algo nerviosa.

— Tú… En verdad eres tan bonita que duele.

Yona suspiraba mientras veía a la pirata desnuda a su lado, estaba por amanecer y ella ya tenía un fuerte dolor de cabeza solo por la situación que se había dado

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Yona suspiraba mientras veía a la pirata desnuda a su lado, estaba por amanecer y ella ya tenía un fuerte dolor de cabeza solo por la situación que se había dado.

No sabía qué hacer, sabía que había sido una mala idea empezar este tipo de relación con esa pirata, sabía que no debía involucrarse con Nami porque los mugiwaras eran de los principales enemigos de los marines.

Pero ella se dejó llevar a penas y vio su cartel de recompensa, no lo pensó y buscó conocerla, así logrando caer cada vez más enamorada de la mugiwara, aun sabiendo que no debería.

Y no podía parar aquel sentir, pero sabía que si Akainu se llegaba a enterar de esa relación la mataría, estaba segura de que él mismo la asesinaría.

— Estoy jodida…

— Estoy jodida…

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〖Estafadora ✧ Nami〗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora