Capitulo 1

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Al llegar a casa alrededor de las diez de la mañana, atravesando las enormes verjas de la residencia Nashimura en tu prestigioso Bugatti La Voiture Noire, con la música aún retumbando en el auto cuando tus padres salieron de inmediato a darte una "cálida" bienvenida. Tu madre, con un rostro rojo de ira, y tu padre, mostrando una severidad palpable, te recibieron con desaprobación apenas abriste la puerta. Al salir del auto, una mujer te acompañaba, cuya apariencia, ante los ojos de tus padres, podría fácilmente interpretarse como la de una prostituta de algún club nocturno.

Sin embargo, antes de que pudieras siquiera reaccionar, la mujer se adelantó y te robó un beso apasionado, dejando más marcas de labial en tu rostro. Tu madre, ofendida, observaba con desaprobación las manchas de diferentes colores.

—Nos vemos mañana —acarició tu rostro la mujer con una sonrisa satisfecha.

—Pediré que te lleven a casa —respondiste con un tono seductor.

—No te preocupes, puedo pedir un taxi —dijo la mujer, acomodando su vestido negro corto. Antes de que pudieran reanudar cualquier interacción, un grito resonó.

—¡_____! ¡_____ Nashimura! —tu padre lanzó su bastón, el cual lograste atrapar en el aire.

Tu madre no dejaba de observar con sorpresa a la mujer, casi desnuda por su atuendo.

—Me han dicho que has pasado dos días fuera de casa en discotecas, tomando licor, sin saber dónde estabas, y ahora apareces con una mujerzuela... ¡que parece una dama de compañía! ¿Qué dirán las revistas de esto? Las redes sociales o lo que sea —exclamó caminando con dificultad sin su bastón.

Tomaste aire y, como si fuera objeto de celebración, respondiste:

—¡La increíble hija de los Nashimura tuvo sexo con quince omegas y betas a la vez en un hotel de prestigio! ¡Increíble orgía! —declaraste con la frente en alto.

—¡_____! ¿Qué dices? ¿Piensas que esto es gracioso? —tu madre te gritó.

Entraste a casa con una sonrisa de victoria, como si fuera algo completamente normal. Uno de los mayordomos ofreció a tu padre otro bastón y siguió tras de ti.

—¡Estoy harto de este comportamiento, _____! Cancelaré todas tus tarjetas, sin autos, ni salidas, nada —gritó desde abajo mientras subías los peldaños.

—No hay problema, siempre habrá alguien que quiera pasar una buena noche conmigo —reíste a carcajadas mientras tu madre intentaba identificar el aroma en el aire.

—¿E-eso es marihuana, _____? —preguntó alarmada.

Te detuviste en seco y volteaste antes de subir el último escalón.

—Fue solo un poco —respondiste, siguiendo tu camino.

Al desaparecer de la vista de ambos, tu padre se dejó caer en un sofá.

—No sé qué más hacer, querida —se quejó —. Nada de lo que hagamos hará que pare, no sé si funcionará...

Entonces, regresaste de nuevo al vestíbulo.

—Papá, ¿y mis cosas? ¿Dónde están mis cosas? —frunciste el ceño—. Mi habitación está vacía...

Tu madre suspiró, llena de tristeza y decepción, quería no haber tomado esa decisión.

—No me digan que cambiaremos de casa.

Tu madre negó con la cabeza.

—Hemos decidido enviarte a Tokio y congelar tus cuentas. Tus carros pasaron a nombre de tu padre.

UN DULCE OMEGA (OMEGAVERSE BOKUTO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora