31| Extra

404 15 9
                                    

Au moderno (Hipo fem)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Au moderno (Hipo fem)

——————————

Hipo suspiró con cansancio, volviendo a la cocina del restaurante de Bocón, donde trabajaba como mesera. Su padre era co-propietario del lugar y el encargado del área financiera mientras que el hombre rubio se encargaba de la comida.

—Te ves cansada. —le dijo Estoico con calma mientras le pasaba la comida que la castaña debía llevar —¿Necesitas un descanso?

—Estoy bien, descuida. —le sonrió a medias, restándole importancia a su cansancio

—¿Chimuelo no te dejó dormir otra vez? —preguntó Bocón asomándose desde la cocina

—Ha estado más inquieto de lo normal. —admitió, haciendo una mueca —Estoy considerando que adoptar a Luna no fue buena idea. —su padre soltó una risa ante su comentario

—Esa gatita lo hace sentirse cachorro de nuevo y le hace compañía. Deberías estar feliz de verlo correr de nuevo.  —le recordó el rubio, apuntándole con un cucharón de manera acusatoria

—Me alegro de que lo haga. —se defendió encogiéndose de hombros —Solo que después tiene dolor por no estar acostumbrado a la prótesis. —explicó llevando la charola con platos hasta la mesa donde debía entregarlos

—¿Está siendo sobreprotectora con su gato? —preguntó Bocón a su mejor amigo al ver a la castaña avanzar entre las mesas del lugar

—Siempre lo ha sido. —le recordó el pelirrojo —Más después del accidente.

Ambos mayores hicieron una mueca antes de volver a sus labores. El pequeño minino de Hipo había tenido un accidente un año antes, en el cual había perdido una de sus patitas traseras. Solía ser un gato juguetón y bastante activo, al menos hasta ese día.

Estoico recordaba la angustia de su hija al ver al minino prácticamente inmóvil después de su cirugía y la recordaba llorando cada que el pequeño se quejaba de dolor. No había sido un periodo agradable para ninguno.

Hacía un mes habían rescatado a una gatita blanca que había sido abandonada en una bolsa de basura, la habían llevado al médico y después a su casa, donde había sido recibida con alegría por Chimuelo. Era su nueva amiga y la motivación que necesitaba para volver a ponerse de pie. El pequeño había jugado cada día con ella y con Hipo, volviendo de a poco a ser el alegre cachorro que siempre había sido.

—¡Hipo! —Estoico levantó la mirada y sonrió al ver a su hija ser abrazada con emoción por una chica rubia

—Astrid, hola. —dijo la castaña con calma, devolviéndole el abrazo de manera tímida —¿Pasa algo? —preguntó con una sonrisa

—Nada, descuida. Solo quería verte. —se separó del abrazo y le sonrió alegre, como solo podía sonreírle a ella

—Oh, bueno...

HiccstridDonde viven las historias. Descúbrelo ahora