capítulo 10

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Obsesión mortal

En la habitación de Charlie, la penumbra se cernía sobre las paredes, creando una atmósfera de misterio y obsesión. La joven demonio estaba sola, rodeada de recuerdos de Alastor que adornaban cada rincón de la estancia. Fotos, cartas y objetos personales llenaban la habitación, formando un altar dedicado al ser que ocupaba todos sus pensamientos.

Charlie, absorta en sus propios delirios, murmuraba para sí misma mientras contemplaba el altar con devoción. "Eres mío, Alastor. Todo mio...", susurraba con una mezcla de pasión y locura, sus ojos brillando con una luz febril.

Una sombra se dibujaba en la pared, apenas visible en la oscuridad. La figura de Alastor observaba en silencio, su presencia palpable en la habitación mientras Charlie se perdía en sus fantasías.

En ese momento, un golpe en la puerta interrumpió los pensamientos de Charlie. Se volvió con brusquedad hacia la puerta, su corazón latiendo con una mezcla de anticipación y nerviosismo.

Vaggie estaba al otro lado, su rostro serio reflejando la urgencia de su mensaje. "Charlie, hay alguien en la puerta para verte. Dice que se llama Mimzi", anunció con tono cauteloso.

Charlie frunció el ceño ante el nombre desconocido, pero la mención de un visitante inesperado la sacó de su ensimismamiento. Se dirigió hacia la puerta con determinación, su mente ya maquinando cómo manejar la situación.

Al abrir la puerta del hotel, se encontró con Alastor recibiendo a Mimzi con un abrazo efusivo. Una oleada de celos la invadió al ver la cercanía entre ellos, su corazón latiendo con furia bajo su pecho.

Alastor, con su característica sonrisa traviesa, observaba a Charlie con ojos brillantes, consciente de los pensamientos turbulentos que la consumían. Sabía que la presencia de Mimzi despertaría la oscuridad que yacía en lo más profundo del corazón de Charlie, y no podía evitar sentirse emocionado por lo que estaba por venir.

Mientras observaba la escena desde la puerta de su habitación, Charlie se sumergió en un torbellino de pensamientos oscuros y retorcidos. "¿Cómo se atreve?", murmuró para sí misma, su voz llena de ira y celos. "Él es mío, solo mío. No permitiré que nadie más se interponga entre nosotros".

Sus pensamientos se volvían cada vez más oscuros a medida que la envidia y la furia se apoderaban de ella. "Mimzi no tiene idea de lo que le espera", pensó, su mente tejiendo planes elaborados para deshacerse de su rival. "Haré que se arrepienta de haberse atrevido a acercarse a mi Alastor".

Mientras tanto, Alastor observaba con una sonrisa siniestra, sabiendo exactamente lo que pasaba por la mente de Charlie. "Ah, mi dulce Charlie", pensó, su voz resonando en la oscuridad de su mente. "Tan predecible en tu locura, tan deliciosa en tu deseo de control. Pronto, mi querida, te mostraré lo que realmente significa poseer el infierno".

Con cada palabra amistosa intercambiada entre Mimzy y Alastor, el corazón de Charlie latía con furia, sintiendo cómo el resentimiento se apoderaba de ella. En su mente, las voces se alzaban en un torbellino de pensamientos oscuros y retorcidos, alimentando su deseo de venganza y posesión.

*"¡Eres mío, Alastor! ¡No permitiré que esa intrusa te aparte de mí!"*, susurraba Charlie en su mente, sus dedos apretados con fuerza mientras observaba la escena frente a ella.

Mientras tanto, Alastor observaba con una sonrisa juguetona, sabiendo que cada gesto cariñoso entre Mimzy y él empujaba un poco más a Charlie hacia el abismo de la locura. Sabía que era solo cuestión de tiempo antes de que su mente se desatara por completo, y estaba ansioso por ver el caos que se desataría.

Corrupción Carmesí (AlastorxCharlie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora