Capítulo 2

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Una motita de cabello rubio se asomaba por ligeramente en la puerta del armario donde claramente se estaba escondiendo para poder llamar a su mejor amigo y desearle suerte en su entrevista en Industrias Min antes de irse a la universidad. Sin embargo tenía que hacerlo de esta manera ya que su pareja detestaba que el menor tuviera contacto con ese amigo suyo.

-TaeTae, ¿esta en camino a la empresa?.- dijo en un tono muy bajo casi parecido a un susurro.

-Si estoy en camino Jimin-ah, estoy muy nervioso, tengo el estomago hecho un nudo.

-Tranquilo, todo saldrá bien y no tendrás nada de que preocuparte. Ahora debo dejarte, iré a prepararle el desayuno a Taemin. Por favor en cuento salgas enviame un mensaje.

-¿Puedo ir a visitarte más tarde?

-Mejor yo voy a tu apartamento. Cuidate debo irme, adios.- Colgando la llamada.

Salió lo más despacio que pudo y sin hacer ruido de aquel armario que se encontraba en la habitación de invitados, Jimin sabía que a Taemin no le gustaba que tuviera contacto con Kim Taehyung pero el peliazul era su único y mejor amigo desde que tenían 10 años y estaba dispuesto a arriesgarse a recibir un castigo por seguir en contacto con él.

Estuvo a punto de suspirar aliviado por no ser atrapado por su novio cuando justo antes de salir de aquella habitación tiraron de su cabello con fuerza haciendolo caer hacia atras lastimando la espalda del menor por el golpe.

-¡No, por favor no de nuevo! Solo quería saber si él estaba bien. No estoy haciendo nada malo.- solto un gemido por el dolor que invadía por completo su espalda, su voz estaba tan rota como su corazón pero eso a su pareja poco le importaba.

-¡Te dije que no quería que hablaras con él!.- Tomando de nuevo su cabello para jalar de el y luego estrellar su cabeza contra el piso provocando que su ceja se abriera dejando un hilo de sangre sobre su rostro.

-P-pero no es-estoy haciendo nada malo...-dijo sollozando el pequeño Jimin mientras de hacia un ovillo en el piso tomando entre sus manos su rostro para evitar que saliera más sangre y que su pareja siguiera golpeando su rostro.

-No me interesa, no se cuantas veces más debo decirtelo para que te entre en esa pequeña e inutil cabeza tuya, eres mío no te quiero con nadie más y si la única manera en que lo entiendas es encerrandote aquí, así va a ser.- le dió una patada en el abdomen que lo dejo sin aire por unos momentos, antes de salir de la habitación dejando encerrado a Jimin.

En cuanto su agresor salio de la habitación, el rubio como pudo se levanto del suelo con el rostro bañado en lagrimas, se dirigio al baño y se observo en el espejo, el no entendía porque su novio habia dejado de quererlo, el seguía siendo bonito, tenía buen cuerpo aunque ahora tuviera algunas cicatrices y manchas violáceas o verdozas por los golpes que este le dió anteriormente, no entendía porque dejó de ser ese novio cariñoso para convertirse en este hombre que lo golpeaba, lo maltrataba y lo humillaba.

Quisiera poder alejarse de él si Taemin ya no lo amaba, pero tampoco podía hacerlo porque sus padres lo tenían obligado a estar con él por el bien de su empresa, se sentía solo encerrado en aquel departamento que podría ser sumamente lujoso pero para Jimin era únicamente su prisión personal.

Tomó el botiquín de primeros auxilios que se encontraba en el baño, curo sus heridas, la de esta mañana y la del día anterior por haber ido al apartamento de Tae, se dió una ultima mirada en el espejo antes de irse a la cama para meterse en las cobijas y comenzar a llorar hasta quedarse profundamente dormido. Al final, era lo único que podía hacer si Lee Taemin lo había dejado completamente encerrado en la habitación.

Un amor inesperado. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora