CAP 4: LOS MILLER

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POV: Noah

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POV: Noah.

Desde que Liam se fue todo había estado bastante más tranquilo. Por fin esa vieja bruja cerró la boca, pero no sé si fue por asombro o humillación. Estaba agradecido de que alguien me defendiera después de tanto tiempo, mas mi anterior resentimiento no había desaparecido. La noche anterior desperté tras no sentir el calor que desprendía el cuerpo de Liam y, por accidente, escuché aquella profunda conversación entre el pelinegro y la tía Merche. No sabía exactamente cómo sentirme. Su tono expresaba arrepentimiento, mas sus palabras , a pesar de ir de la mano, me sentaron como un balde de agua fría. ¿Cómo había sido capaz de hacerle algo así a su propio hermano? Era consciente de que se sentía miserable por ello, pero en el fondo sentía que se lo merecía.

Poco después de la partida del mayor me decidí por volver a la cabaña, justo como tenía planeado. No sabía muy bien la razón, pero me sentía mucho más cómodo leyendo allí. Además del hecho de que ver la arrugada cara de esa señora me arruinaba el día.

Mis músculos se relajaron con tan solo entrar por la deteriorada puerta de la cabaña y divisar aquellos polvorientos libros que tantos recuerdos me traían. Sin entretenerme mucho me acomodé en una de los asientos del lugar, impaciente por empezar a leer.

Continué mi lectura desde donde lo dejé la última vez. Desde aquel momento, mi mente siempre había tenido presente aquella familia que mi padre mencionaba: Los Miller. Estaba ansioso por descubrir más sobre ellos y saber qué clase de relación tenían con mi padre. Sin embargo, sólo deseaba que mis anteriores sospechas solo fueran fruto de mi imaginación, tal y como dijo Liam...

Las siguientes páginas solo mencionaban el repentino interés de la famila por los hallazgos de mi padre y por ende, sus constantes visitas. Me resultaba extraño a la vez que entrañable, pues desde que tengo memoria papá siempre ha sido tratado de lunático, y como consecuencia, rechazado. Por una parte me alegraba de que pudiera hablar sin miedo al rechazo de aquello que tanta ilusión le provocaba. Sin embargo, el comportamiento de la familia me hacía levantar mis sospechas, aunque papá no parecía darse cuenta.

Hubo una página que llamó especialmente mi atención:


Jueves 22 de diciembre de 1994.

No sé en qué momento ha pasado esto, pero creo que mi vida corre peligro. Mis investigaciones han llegado demasiado lejos y eso parece haber molestado a la familia Miller. Siento que su actitud ha cambiado, y no para bien. Ya llevaban tiempo tratando de convencerme de dejar este mundillo, pues estaban convencidos de que no me llevaría a nada bueno. Sin embargo, decidí seguir adelante con ello, y empiezo a arrepentirme...

He estado recibiendo chocantes cartas de amenaza, que, a juzgar por sus expresiones, juraría que son del señor Miller. A pesar de ello no pienso frenar mi investigación, siento que estoy cerca de algo importante. Tan solo he de ser un poco más discreto...

Él, siempre fue élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora