POV: Ollie.
Después de la espantosa noticia me encaminé a mi habitación como si me fuera la vida en ello. Todavía no comprendía cómo Liam había sido capaz de dejar que Noah andase por casa como si nada. Yo lo dejé porque pensé que él estaría fuera esperando o algo, pero ahora me arrepiento de no haberme asegurado.
La vida de Noah corría grave peligro, y según calculaba, era cuestión de un día y poco más que no volviera a abrir los ojos. Sabía lo culpable que se sentía Liam, y ni hablar de Dariel; me hubiese encantado poder volver para poder consolarlo, no sabía por qué, pero tenía la necesidad.
Entre en mi cuarto e inmediatamente me dirigí a la estantería adornada por libros, libros y polvos.
Los polvos que tenía parecían ceniza, por eso no recibía sospecha alguna, pero en verdad estaban clasificados por utilidad.
De pequeño siempre me han interesado los experimentos mágicos, por eso pasaba mi tiempo inventando y mezclando cosas, pero nunca me salía nada. Eso pasó hasta que recibí ayuda de alguien.
No solamente existía magia negra o magia pura, como erróneamente se creía. Había otro tipo de hechizos y recetas, pero de eso no se encargaban personas con poderes o dones mágicos, sino brujas.
Siempre había creído imposible la posibilidad de conocer a una bruja de verdad, ya que son pocas las que hay. Cada vez su número se reduce más, ya que el interés de las elegidas a ello es más y más pequeño con el paso del tiempo. Lo único que interesa hoy en día es poder beneficiarte a través de poderes, y las brujas sólo hacen recetas o experimentos para contribuir al mundo mágico.
Ese día fue el cumpleaños de Liam, por lo que Beth le había estado insistiendo para ir a un sitio, donde le había preparado una fiesta sorpresa. Yo me quedé explorando un lugar cerca del sitio, estuve buscando gremfos *un tipo de plantas mágicas con poderes de teletransporte* para una poción que quería hacer. Cuando por fin encontré uno, una chica de cabellos marrones con degradado blanco lo aplastó. Me explicó la diferencia entre gremfos y los peligros que conllevaba elegir uno maldito. Me enseñó a hacer la poción que quería, y gracias a ella, cada vez que la necesite me puedo teletransportar a su laboratorio a través de ese polvo.
Agarré el frágil frasco y cogí una pizca de la aparente ceniza, me la restregué en las manos, cambiando el color de las mismas a uno grisáceo, y, susurrando "teletransporte", mi visión se tornó borrosa.
Al abrir mis ojos, el lugar al que había llegado era totalmente diferente del que venía; casi todo era de madera y las luces eran tenues, pero brillaban lo suficiente para otorgarte una perfecta visión. Lo que más destacaba era un enorme caldero de plata, donde justo enfrente se encontraba una mujer, removiendo el contenido de la enorme cacerola.
-Amelia. -Llamé. Claramente se sorprendió, aunque su alivio tardío fue evidente.
-Ollie, qué susto. ¿Qué te trae por aquí? Hacía tiempo que no te pasabas. -Mientras se acercaba.
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Él, siempre fue él
JugendliteraturNoah es un adolescente que vive con su tía. Cuando era pequeño su madre lo abandonó y fue arrebatado de las manos de su padre. Actualmente, su tía es la que cuida de él, y su único amigo es su mejor amigo, Liam. Lo que nadie se esperaba era que Noa...