Noah es un adolescente que vive con su tía. Cuando era pequeño su madre lo abandonó y fue arrebatado de las manos de su padre.
Actualmente, su tía es la que cuida de él, y su único amigo es su mejor amigo, Liam.
Lo que nadie se esperaba era que Noa...
Buenos días/tarde. Volvemos con el capítulo tres de esta historia.
Esperamos que os esté gustando, y que sigáis disfrutando con cada capítulo.
Un saludo 🤍
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POV: Liam.
Sin darme cuenta, llegué a casa. Hogar, maldito hogar...
Entré al inmueble a pasos lentos y silenciosos, deseando lo imposible; que mis padres no me vieran. No tenía ganas de nada, y menos de dar una explicación.
- ¡Lulú! -Me retracto. Quiero que vengan mis padres.
- Nada, que nuestros padres están hablando sobre un tema importante.
- ¿Tema importante?, ¿tú sabes de qué se trata?
- La verdad es que no, pero era algo sobre un diario o yo qué sé. Da igual, ¿tú qué tal, bien? Sigues igual de guapo.
- Ehh, ¿gracias? Tú también, aunque te ves más mayor. ¡No en el mal sentido, por supuesto!
- Tranqui, también has madurado.
De repente sentí que el ambiente era demasiado incómodo entre nosotros.
Aunque, cuando ví a los padres de Beth acercarse supe que mi mala suerte ya había conocido su fin.
- Liam, te llaman tus padres. -Me dio el mensaje Juliett, la madre de Beth. Se veía seria, más de lo habitual. Lo que me faltaba, encima de que me van a reñir, han estado hablando de un tema importante. Por favor suerte, no me abandones tan pronto.
- Sí, ya voy.
Fui a paso rápido y decidido al despacho de mi padre, en donde, al entrar, me encontré con mi progenitor y su mujer sentados del lado contrario a la que supuse mi silla.
- Supongo que ya sabes para qué te llamo, ¿verdad?
- Por el contenido del diario o por su desaparición, ¿cuál es?
- Ambos.
Dios, lo que me espera.
- Liam, cariño, tu padre y yo solo estamos preocupados por tí y por nuestra familia, eso es todo ¿sí? Tómalo con calma.
- Claro, Margaret.
- ¿Y bien?, ¿te dignaras a explicar por qué carajo no me dijiste todo lo que Noah sabía? Recuerda por qué estás con él. ¡Para darnos información, solo es tu puta marioneta!
- Lo sé, padre. Os lo iba a decir hoy mismo. Ayer Noah leyó algo que yo no y se puso a llorar. No supe por qué o qué había leído para ponerse así, lo averigüé ayer por la noche. Siento no haberlo sabido antes. -Agaché la cabeza, en señal de sumisión, a pesar de que era lo que menos se me apetecía.