Noah es un adolescente que vive con su tía. Cuando era pequeño su madre lo abandonó y fue arrebatado de las manos de su padre.
Actualmente, su tía es la que cuida de él, y su único amigo es su mejor amigo, Liam.
Lo que nadie se esperaba era que Noa...
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POV: Noah.
Los seguí tras no poder aguantar una pequeña risa ante la reacción del pelinegro. La noche anterior, mientras Dariel dormía a mi lado, recordé aquella mujer de la que tanto me hablaba mi padre: Amelia. Recordaba vagamente la localización de su pastelería, pues había ido alguna que otra vez con papá.
Mis vagos recuerdos parecieron ser certeros. Llegamos a la pastelería. Esta te daba una cálida bienvenida con sus colores claros y tenues luces. Me adentré en el local, siendo invadido por un mar de recuerdos borrosos pero presentes. Sonreí, pero mi sonrisa fue sustituida por una risa al ver a Dariel correr como un niño hacia el mostrador, donde se daba una buena vista del menú.
-¡Oh Dios mío! Cómo me gustan los bollos de crema... - Casi babeando, pegando su cara al cristal. - Liam, guapo, ¿me quieres rellenar el bollo? - Volviéndose hacia el mayor.
Ví un claro "¿QUÉ?" en la expresión de Liam, lo cual solo lo hizo más cómico. Sin embargo, mi risa fue interrumpida por una voz.
-¡Buenos días! ¿Desean tomar algo? - Dijo una mujer en el mostrador, a escasos metros de nosotros.
-No, gracias. Solo quería preguntar por... - Me detuve al reconocer sus cabellos dorados y sus ojos claros. - ¿Amelia?
Ella me miró confundida. Parecía no recordarme.
-Esto... Soy Noah, el hijo de Kai Brown. - Me recorrió con la mirada por unos segundos, aún confundida. Tras un breve instante, abrió los ojos como platos.
-¡Ay, por favor! ¿Cómo podría olvidarme de esos ojos rodeados de pecas? - Rodeó el mostrador solo para acercarse a mí. - Sí que has crecido...
-Supongo. Han pasado unos 12 años. - Reí leve.
-Qué te trae por aquí, Noah? - Recorriéndome aún con la mirada.
-Bueno, estoy investigando un poco sobre mi padre, y creí que tú podrías ser de ayuda.
No estaba muy concentrado en la conversación, pues no podía ignorar a Liam y Dariel, quienes estaban aún tras la señora. Dariel trataba de apoyarse en el hombro del pelinegro, mientras este le esquivaba, casi haciéndolo perder el equilibrio y caer de boca. Creo que no han terminado de congeniar.
-Es cierto. Hace no mucho me enteré de la muerte de Kai... Lo siento, chico. - Me miró apenada.
-Tranquila, está más que superado. - Sonreí. Una pequeña mentirijilla no haría daño a nadie. - Cambiando de tema. Han sido varios los factores que me han traído aquí, pero hay uno en especial. ¿No sabrá algo sobre los Miller, verdad?
-Oh, pues claro que sí. Ese apellido resuena en cada uno de los callejones de esta ciudad. Tienen una buena posición, supongo que ese es el mayor influyente de su fama.
-No sabrás dónde puedo encontrar algo de información sobre ellos, ¿verdad? - Pregunté curioso.
-No sabría decirte exactamente su dirección, solo sé que viven al Este de la ciudad. Si caminas por allí, te será fácil reconocer su imponente mansión.
