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"𝐔𝐧𝐚 𝐠𝐫𝐚𝐧 𝐚𝐦𝐞𝐧𝐚𝐳𝐚"

Desperté con un fuerte dolor de cabeza y la sensación de que mi cara y cuerpo estaban ardiendo. También sentí un intenso dolor en mi espalda baja y vientre, fue como si estuviera siendo apuñalada una y otra vez.

Mi boca estaba seca, necesitaba agua con urgencia.

Al levantarme, di pasos torpes y lentos debido al dolor. Me dirigí al baño mientras me deshacía de la ropa. La sensación de ardor persistía, así que me apresuré a meterme bajo la regadera.

Mantuve mis ojos cerrados cuando el agua templada tocó mi piel y la sensación de quemazón se intensificó. Logré identificar la zona donde ardía: la mejilla, el mentón, la espalda y el abdomen.

Otra extraña, pero muy familiar sensación se hizo presente mientras el agua corría por mi cuerpo. Al abrir los ojos confirmé lo que suponía: el agua arrastraba la sangre que salía de mí, anunciando el retorno de mi menstruación.

De repente, un déjà vu me invadió.

Un escalofrío recorrió mi piel al recordar la pesadilla. Personas vestidas de negro y con capuchas alrededor de una gran mesa iluminada, todo lo demás estaba oscuro.

Fruncí el ceño de dolor cuando pasé mi mano por el abdomen, sentí grandes heridas. Me apresuré en ir al espejo y mirar mi cuerpo. No eran solo heridas en el abdomen sino también en la cara y la espalda

Eran grandes arañazos, como si lo hubiera hecho una bestia.

Un horrible recuerdo se disparó en mi mente haciéndome estremecer.

Recordé haber despertado muy agitada de mi pesadilla y encontrar manchas de sangre en la cama. Después de ducharme, ver las pisadas de sangre al salir del baño. Buscar mi varita bajo el armario y luego bajar a pedir ayuda en la sala común para alcanzarla. Un viento helado apagó las luces, me vi obligada a correr a mi habitación y encerrarme allí.

Recuerdo un fuerte golpe al otro lado de la puerta y luego todo se volvió oscuro.

¿Había sido solo una pesadilla dentro de otra pesadilla? ¿Nunca había despertado realmente? El dolor en mi cabeza y las heridas en mi cuerpo me dejaban sin respuestas. ¿Me las habré hecho yo misma mientras tenía la pesadilla? La incertidumbre me consumía, y no sabía qué me estaba ocurriendo.

Después de secarme con una toalla, me dirigí a mi armario en busca de algo para vestirme. Con manos temblorosas, accidentalmente tiré parte de la ropa. Recogiendo cada prenda se me ocurrió dar un vistazo bajo el armario.

Tal como lo había hecho en mi pesadilla, me agaché para ver si mi varita se encontraba bajo el armario, pero, a diferencia de la pesadilla, esta vez no había nada allí.

Busqué mi varita en cada rincón de la habitación, inlcuso llegué a desacomodar todo y sacar mi maleta de debajo de la cama. No obtuve éxito.

La desesperación y frustración se apoderaron de mí provocando que le diera una patada a la maleta. Esta se abrió con tal fuerza que logró golpear mi pie.

-¡Mierda!

Mi enojo desapareció rápidamente cuando, dentro de la maleta, divisé el guardapelo de mis padres y al lado, las cartas que solían mandarme cuando estábamos lejos.

Estuve a punto de levantar la última carta que me escribieron, pero me detuve de golpe cuando mis dedos chocaron contra un objeto duro y familiar.

Mi varita.

Había estado dentro de la maleta todo este tiempo, pero ¿cómo llegó ahí?

La agarré con ansiedad y lo primero que hice fue intentar curar mis heridas. Sin embargo, para mi sorpresa, no sentí nada, no hubo magia, no ocurrió nada. Intenté varias veces más diferentes hechizos. Pero la varita era solo un objeto inerte en mi mano.

Immortals | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora