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"𝐄𝐥 𝐚𝐭𝐚𝐪𝐮𝐞 𝐚 𝐁𝐚𝐥𝐭𝐡𝐚𝐳𝐚𝐫 𝐀𝐯𝐞𝐫𝐲"

—¿Qué haces, Draco?

—¡Llevarla a la enfermería, Pansy! ¡¿Qué crees que hago?!

Mi estómago dio un vuelco, y sentí como si todo mi cuerpo estuviera al borde de colapsar. El simple hecho de respirar se volvió una tarea complicada.

Había mucho movimiento, muchas manchas borrosas, y las luces se movían con rapidez. Las voces de Parkinson y Malfoy se alejaban y volvían, sonaban tan cerca pero a la vez tan lejos que apenas podía escucharlas.

Intenté abrir mis ojos, intenté detener los movimientos. Quería levantarme pero era muy difícil entender en dónde estaba y en qué posición me encontraba ya que sentía mis brazos y piernas colgando. Todo a mi alrededor se balanceaba. Todo era demasiado confuso.

Una voz masculina resonó en mi mente. "Eres nuestro mayor orgullo, princesa. Siempre estaremos contigo."

¿Mamá y papá? No los veía pero podía sentir su presencia. Ellos me estaban llevando en brazos hacia algún lugar, probablemente al hospital.

Ellos siempre están conmigo cuando más los necesito...

—¡Recuéstala aquí, rápido! —La voz aguda de Madame Pomfrey cortó el aire. Sentí que me acostaban en una cama fría y dura, pero el contacto hizo que mi piel ardiera aún más.

Mis ojos apenas se abrieron, pero una luz intensa y cegadora me obligó a cerrarlos de inmediato. Había ruido, y muchos murmullos.

—Miss Dumont, ¿puede escucharme? —La voz parecía venir de todas partes y de ninguna a la vez.

¿En dónde estoy? La respuesta parece obvia, pero a la vez no. 

Por un momento, creí que escuchaba a Madame Pomfrey, pero su voz se transformó en la de la profesora McGonagall. No lograba distinguir la realidad de las voces de nadie, había muchos murmullos.

—¡Te mataré, imbécil! ¡¿Qué le hiciste, Malfoy?! —oí a Harry gritar cerca de mí.

¿Por qué está tan enojado y por qué quiere matar a Malfoy? 

Todo a mi alrededor se sentía sofocante, no solo por la fiebre, sino por los gritos y el murmullo. Había mucho caos y yo solo quería dormir. Intenté gritar, decirles que se callaran, que dejaran de hacer ruido, pero no podía ni siquiera mover un dedo.

Cada sonido provocaba un zumbido doloroso en mi oído. Solo quería que todo se detuviera. Quería dormir.

Sentía una presión en mis ojos, como si intentaran hundirlos hasta que el dolor fuera insoportable. Y entonces, de repente... dejé de sentir, y el dolor desapareció.

(...)

Comencé a despertar lentamente, sintiendo una extraña pesadez en todo mi cuerpo. Al abrir los ojos, todo a mi alrededor era borroso. Intenté parpadear para aclarar mi vista, pero el esfuerzo me dejó aún más mareada. Las figuras a mi alrededor eran sombras que apenas podía distinguir, pero poco a poco comenzaron a definirse.

Estaba en la enfermería.

Sentí algo cálido rodeando mi mano, apretándola con suavidad. Giré la cabeza lentamente. La figura borrosa junto a mí se aclaró lo suficiente para que reconociera a Neville, con una expresión de preocupación junto con una sonrisa leve en su rostro.

—¿Cómo te encuentras? —preguntó en un susurro, mientras acariciaba mi mano con su pulgar.

Intenté responder, pero mi garganta estaba seca, como si no hubiera bebido agua en días. Logré forzar una sonrisa débil, aunque sentía la piel ardiendo.

Immortals | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora