Immortals | Draco Malfoy

•014•

"𝐄𝐧 𝐛𝐮𝐬𝐜𝐚 𝐝𝐞 𝐫𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐚𝐬"

Lo miré con horror.

—¿Escuchas lo que estás diciendo? No es gracioso, Malfoy —dije casi en un susurro.

Él se apartó de mí y se levantó la manga izquierda, revelando su antebrazo y un tatuaje en él.

—Sabes qué es, ¿verdad?

La Marca Tenebrosa, la había visto solo una vez, cuando nos atacaron en la Copa Mundial de Quidditch hace un poco más de dos años. Alguien había conjurado la Marca Tenebrosa en el cielo luego de haber sido atacados por los seguidores de Voldemort.

—¿Qué hiciste, Malfoy? —mi voz temblaba y lágrimas empezaron a formarse en mis ojos mientras veía la marca en su brazo.

Volvió a acercarse y colocó ambas manos contra la pared tras mí, acorralándome nuevamente.

—Ahora soy un mortífago. El Señor Tenebroso confía en mí, y no le fallaré. —Sonrió mostrándose orgulloso de sus palabras.

—Cobarde. Eres una mierda. —Lo empujé con fuerza, pero no logré quitarmelo de encima. —¿Es por eso que te mostrabas amable conmigo todo este tiempo? Me acompañabas solo para que él te viera, ¿no? ¿Solo para ganarte la confianza de Dumbledore?

Draco me miró y una sonrisa fría se formó en sus labios mientras asentía. —Y te llevó darte cuenta ¿cuánto tiempo? Eres lenta.

Él mantuvo su mirada fija en la mía mientras sonreía.

—Dumbledore, Potter, los traidores y los sangre sucia como tú pronto no serán más que polvo. El Señor Tenebroso gobernará muy pronto —dijo con una sonrisa maliciosa y una expresión de burla en su rostro.

—¡Maldito hijo de puta! —le di un fuerte rodillazo en su entrepierna. Draco soltó un quejido de dolor y se encogió un poco, apartándose brevemente de mí.

Aproveché el momento para huir, pero antes de que pudiera salir corriendo, Draco se abalanzó sobre mí, derribándome al suelo. Su peso me inmovilizó, y sus piernas sujetaban mis brazos con fuerza. Con una mano libre, cubrió mi boca.

Me retorcí, intentando liberarme, pero él era más fuerte.

Vi su varita deslizarse por su otra mano, apuntándome directamente.

—Silencius —murmuró y mis gritos ahogados se dejaron de oír instantáneamente.

Lo miré con miedo. Mi respiración y el latido de mi corazón se habían acelerado.

Busqué mi varita en los bolsillos de mi túnica, pero no la encontraba. Y no podía mover mis brazos más allá para tomar mi bolso. Sentí mi pánico crecer mientras él me sujetaba con fuerza.

Intenté empujarlo con mi cadera, pero él me atacó con otro hechizo.

—Immobulus —dijo, y mi cuerpo se paralizó casi por completo, incapaz de seguir moviéndose.

Las lágrimas finalmente brotaron de mis ojos y cayeron por los costados.

No podía saber qué me haría Draco Malfoy. Quizás matarme, o algo peor. Estaba indefensa. Deseaba que alguien pasara por ahí y me ayudara.

Hogwarts es tan grande y siempre hay tantas personas, y fantasmas, y un poltergeist... pero nadie venía a ayudarme, nadie me iba a ayudar.

—Me llegó un mensaje ayer, el Señor Tenebroso llegó a mi mansión. Se quedará ahí durante un tiempo, está ansioso por ver que yo cumpla con la misión.