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"𝐀𝐫𝐤𝐡𝐞𝐝𝐨𝐧"

Dumbledore quedó helado y tardó alrededor de unos dos minutos para por fin dirigirme la palabra. Él me pidió que le contara lo que había sucedido.

Sentí un nudo en mi garganta, pero me obligué a hablar. Mi voz sonaba temblorosa y parecía que en cualquier momento se rompería.

—"El sábado 6 de enero estaba en mi habitación haciendo girar los atrapasueños de cristal usando magia. Utilizaba la luz de una lámpara para que reflejara en los cristales y así se proyectaran luces de colores por toda la habitación. Estaba pensando en el regalo que les tenía a mis padres.

Esa noche me sentía algo melancólica porque al día siguiente tendría que tomar el tren de regreso a Hogwarts. Amaba a Hogwarts y la consideraba mi hogar, pero también extrañaba pasar más tiempo con mamá y papá.

El domingo 7, antes de subir al tren, ellos se despidieron de mí y me entregaron una carta. Además de enviarme cartas a distancia, solían entregármelas cada vez que se despedían de mí en la estación de King's Cross.

Ya de vuelta en Hogwarts, esa misma noche, cuando estuve a punto de quedarme dormida, recordé que no les había entregado el regalo y que ni siquiera había leído la carta.

Normalmente leía las cartas por las noches cuando llegaba a Hogwarts, antes de dormir, porque me ayudaban a tranquilizarme y a evitar pesadillas. Sin embargo, esa vez no llegué a leerla porque estaba tan cansada que me había empezado a quedar dormida mientras pensaba en ellos y en el regalo que no les había dado.

Me dormí mirando la foto nuestra en el guardapelo que ellos me regalaron el primer día que subí al tren para venir a Hogwarts. Realmente los extrañaba.

Pero de pronto me desperté porque la cama empezó a moverse y a hacer sonidos extraños. Me incorporé lentamente, pero mi visión se veía afectada por una luz que brillaba muy fuerte. No sabía de dónde venía esa luz. Esperé unos segundos para acostumbrarme a mi entorno.

Lentamente fui distinguiendo mejor cada cosa, pero nada parecía ser parte de la habitación del dormitorio de chicas. El entorno me resultaba familiar, muy familiar.

Finalmente me di cuenta... estaba acostada en el asiento trasero del coche de mis padres, y ellos estaban adelante.

La fuerte luz que brillaba eran las luces de otros autos que papá intentaba esquivar. Había perdido el control del volante cuando yo aparecí repentinamente en el asiento trasero. Seguro que ambos se asustaron, o se sorprendieron.

Todo sucedió muy rápido... papá no pudo controlar el auto y... chocamos.

Cuando abrí mis ojos y me incorporé rápidamente, ya no estaba en el auto, estaba en mi cama en el dormitorio de chicas, aquí en Hogwarts.

Todo mi cuerpo me dolía, especialmente mi cuello, mis piernas y mi abdomen.

Esperaba que solo fuera una mala pesadilla, pero mi pijama empezó a humedecerse en algunos lugares y al revisar, me di cuenta de que era sangre. Estaba herida.

Me asusté mucho y no sabía qué debía hacer. Pero decidí salir del dormitorio y lo primero que hice fue correr al despacho de la profesora Mcgonagall. Fue a ella a quien le dije que tenía un mal presentimiento con respecto a mis padres.

Ella mandó una carta para verificar que todo estuviera en orden y se quedó despierta conmigo toda la madrugada esperando la respuesta. No me atreví a contarle lo que había ocurrido. Simplemente no pude...

Immortals | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora