Entre Ellos [Libro 1]

XVIII: ¿Quien soy? II

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Casa de Athía
Hora: 3:45am
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Athía Flores

Estaba cabreada, eso era obvio. Pero trato de actuar natural, como si no hubiera visto o leído nada. Andrei me mandó un mensaje hace media hora haciéndome saber que ya había llegado a California y que mañana, o mejor dicho, hoy, estaría en el bar a las 7 de la noche para poder tener una "reunión".

Entro a mi casa y mi tío no se encuentra por ahora, pero la casa era un desorden. Ellos habían estado aquí.
Cierro todo el lugar y comienzo a recoger algunas cosas. En uno de los tantos lugares que tenía ocultos, saco la información que me guardó mi tío. Ahora mismo hay fotos y videos en esta caja. Sobre mi esposo y yo. Rompo las fotos, no quería evidencia de nada, cuando termino las dejo en la misma caja y decido terminar de limpiar y prepararme.

Aún me dolía mi cabeza, posiblemente hoy tendría que pelear ya que no tenía lo que Leonardo me había ordenado, pero claramente el no me mataría... al menos no ahora.

Me coloco un pantalón negro, y un top de hacer ejercicio, necesitaba estar cómoda. Me coloco algunas navajas por mis laterales y después de colocarme una de mis tantas armas en mi espalda baja decido colocarme una camisa holgada color café.

Desenredo mi cabello y esta vez me lo dejo suelto, no sin antes hacerme algunas trenzas para que no se vea tan... ¿básico? Me preparo un desayuno, me verifico mi frente e incluso me tomo una siesta antes de ir al bar.

Me levanto y son las 9 de la noche, se que debo ir al bar y cuando suena mi celular ni siquiera miro quien es, solo contesto.

- ¿Dónde demonios estás Athía?- La voz de Richard me hace rodar los ojos. Necesito insultarlo.

-Estoy en mi casa- hablo mientras me coloco mis botas negras

- ¿Como está tu frente?

- ¿Con una venda?- menciono sin entender a lo que se refiere, el sabe que no va a sanar. Fué profundo.

- Osea, Athía... -trata de explicar pero no le salen las palabras- Iré para allá.

-No puedes venir, iré con los mafiosos.

- Eres mi esposa. Ellos pueden esperar.

- Haz lo que te de la maldita gana- cuelgo y lanzo el celular por cualquier lugar, ni siquiera miro en donde.

Cruzo la autopista a paso rápido y entro al bar sin siquiera pensarlo.

El bar estaba repleto de personas. Veo a Jones en la barra y disimuladamente me acerco a su lado, el camarero me da una bebida y me la tomo

- ¿Tu frente?

- Larga explicación.

- ¿Sigues con esa porquería dentro?- le había contado lo de ayer, omitiendo algunas cosas, claramente.

- Me veré con alguien que me lo quitará.

-De acuerdo cariño- dice sin mirarme