XXII: Muerta en Vida I

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Propiedad de Fabien, Italia
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Athía

Abro los ojos con lentitud mientras me acostumbro a la claridad. No sabía donde estaba, pero esto no era el hospital y no era la habitación de la mansión de Leonardo.

Mi hombro duele y solo cuando voy a tocarmelo es cuando me doy cuenta de como realmente estaba. Tenía una soga, color negra amarrando todo mi cuerpo en la cama, al bajar mi mirada pude ver que mis pies están esposados, unos a los otros, y mis manos estaban juntas, amarradas con una correa. Y mi boca estaba tapada con cinta.

Maldita sea.

Entreabro mis labios, saco la punta de mi lengua y comienzo a humedecer como puedo la cinta. Necesitaba sacármela.

Todo esto es mi culpa. Huí de ellos, sin nada, para variar. Ataqué al jefe de la mafia y después, dejé que descubrieran el maldito celular. Lo único bueno, y de lo que empezaba a arrepentirme, era de que había dicho "tio", cuando contesté. Creo que es lo único que me salvará en estos momentos, pero solo por un tiempo... porque cuando comience a investigar quién es mi tio... van a encajar algunas piezas.

La cinta empieza a despegarse de mis labios y es cuando me permito humedecerlos, pero ni siquiera llego a terminar de despegarmela, Fabien la presiona contra mis mejillas mientras mira mi rostro.

- ¿Necesitas ayuda?- pregunta y me quedo inmóvil. Besa mis labios a través de la cinta y después de unos segundos decide despegarla con rudeza- ¿Mejor?

- Eres un- me da un leve apretón en la herida que tengo por las costillas y guardo silencio.

- Siempre estás al borde de la muerte, ¿no crees?- acaricia mi cintura- ¿Crees que tengas un don?

- No soy una persona que se considera creyente-respondo simple. Necesitaba agua.

- Un pensamiento bastante hipócrita para alguien que no tiene una pizca de pensamiento y actúa con impulsividad.

- ¿Conoces los "ataques de adrenalina"?-pregunto y el sonríe

- Demasiados para alguien cuerdo, diría yo.

Trago con dificultad y el lo nota, Se aleja un momento y cuando regresa tiene un vaso de agua en las manos.

-¿Tienes sed?-pregunta y asiento- Entonces bebé-inclina el vaso dejando demasiada altura, haciendo que el chorro de agua que sale caiga en mi rostro y muy poco en mi boca. Cuando empiezo a tomar el agua desde la distancia el decide virarla toda y acabarla, dejándome seca.

- Fabien, por favor- suplico mientras me quejo. El no podía ser tan cruel.

-Tendrás que decirme algo primero... dicen que las acciones tienen sus recompensas.

No me deja responder. Se trepa encima de mi, haciendo que se me dificulte respirar pero eso no le importa a él y a decir verdad, a mi tampoco. El saca de su bolsillo mi celular. Me lo muestra a la vez que me agarra por el cabello con fuerza.

- ¿ Que es esto?-pregunta mirándome molesto. Sus cambios de humor eran rápidos.

-Se que la tecnología ha tenido un gran avance en los últimos años, pero creo que sabes lo que es... no es tan antiguo, Fabien.

Entre Ellos [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora