Capitulo 9: deja vú

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—Ugh —despertó en un lugar oscuro, estaba en una cama que no conocía y el ambiente olía diferente.

—¿Despertaste? —preguntó alguien a su lado, acto que lo asustó provocando que se enderece rapidamente quedando sentado—no se suponía que nos viéramos tan pronto, pero me alegra verte —dijo sonriente el pelinegro a su lado, mientras él aún estaba alerta con sus ojos bien abiertos—aunque no en las mejores condiciones —dijo analizando con la mirada a su amigo torciendo su sonrisa.

—… —cuando pudo distinguir mejor el rostro del otro su corazón se lleno de una calidez que necesitaba en ese momento y la misma lo dejó vulnerable ante las emociones tan fuertes por las que paso anteriormente. Sin poder evitarlo rompió en llanto cosa que alerto a Tobe.

—oye, oye cálmate —habló nervioso, no sabía cómo actuar sin que resulte rara la situación... “Al carajo” se dijo en su cabeza y antes de seguir perdiendo el tiempo, espantó todo pensamiento inútil y abrazo al más joven, con una mano rodeando su espalda mientras que con la otra acariciaba su cabeza, para después susurrarle al oído—ya, ya… todo estará bien, estoy aquí contigo, y no te voy a dejar… —con eso último dicho pudo sentir como el más bajo tomo su ropa con ambas manos, cada vez apretando más el agarre, así que se acomodo mejor en la cama y se recostaron, sin darse cuenta cayeron al mundo de los sueños.

El más joven abrió sus ojos nuevamente pero todo se veía extraño, no estaba en su casa sino en las afueras de la aldea, avanzó buscando algo o alguien que lo pueda ayudar. Unos pocos pasos fueron necesarios para oír a lo lejos lo que parecía ser una multitud de gente y se escuchaban muy enojados, se acerco con cautela buscando el motivo de tanta conmoción.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca quedo horrorizado, paralizado del horror y acompañada de su expresión lagrimas descendieron de sus ojos recorriendo su rostro, como si estuvieran dejando un rastro del dolor que sentía en ese momento. Frente a sus ojos estaba el cuerpo de Tobe, amarrado de las muñecas y pies a una estructura de madera que estaba sobre una hoguera que ardía con un fulgor que se reflejaba sobre su cuerpo, sentir el calor que emanaba esa llama lo hizo querer acercarse pero algo se lo impedía. Quería correr, gritar, sacarlo de ahí, no quería que muera, no ahora “aún no te eh dicho que…”

-Te amo –murmuro antes de despertar.

Abrió los ojos de par en par, miro a su alrededor intentando ubicarse y se dio cuenta de que todo había sido un sueño, por lo que dejo escapar una gran bocanada de aire. Se había espantado,  eso había sido horrible, respiro profundamente hasta tranquilizarse, cuando estuvo lo suficientemente tranquilo observo detenidamente a su alrededor y obviamente no estaba en su casa. Iba a continuar indagando hasta que cuando se movió sintió un peso sobre su abdomen, miro con precaución no vaya a ser un arma o un detonante para una trampa, se esperaba de todo pero jamás imagino lo que presenciaría en ese momento. Cuando bajo la mirada pudo divisar un brazo cosa que provoco una expresión extrañada en su rostro acompañada de un pensamiento “¿Qué?”. Siguió con la mirada el recorrido hasta llegar al rostro de quien era perteneciente dicha extremidad, nunca se sintió tan sorprendido y nervioso en su vida como en esta situación.
Tobe, el ninja al cual le tuvo un odio correspondido durante muchos años que actualmente era su amigo cascarrabias, el cual dijo y dejo en claro en muchas ocasiones que era receloso ante el afecto o contacto físico con cualquier ser existente en el mundo. Pues ese ser lo estaba abrazando y ambos estaban en una cama muy grande como para ser solo para una persona. Claro, si lo pensaba un poco "tal vez" cambiaron la forma de tratarse mutuamente y si era algo “cariñoso” de vez en cuando, a veces muy pegote y también esta aquel momento en el que casi... Y en ese momento Garu entendió que ambos se comportaban como si fueran una pareja de jóvenes niños después de convivir unas semanas "y eso que somos amigos aún" pensó con una cara incrédula. Eso provoco que un sonrojo se esparciera en su rostro, un calor le recorriera el pecho y se le complico respirar correctamente, al mirar al otro y darse cuenta de que estaba dormido pudo regular sus nervios, lo observo con detenimiento por un momento, se veía tan sereno. Y era de esperar, se notaba que aun eran altas horas de la madrugada, ni siquiera el sol hizo acto de presencia “deben ser las 4” pensó mirando a una ventana que estaba del lado de Tobe.
Volteo nuevamente para ver al susodicho, no lo iba a admitir en voz alta aunque pudiera, pero en el fondo creía que el moreno se veía muy lindo dormido y del mismo sitio de donde surgió ese pensamiento surgió un impuso, del cual no estaba seguro de si proceder o no pero aún así lo hizo. Giró su cuerpo de costado con cuidado de no despertar al más alto, acerco más su cuerpo al contrario y paso su mano por debajo del brazo del susodicho, abrazándolo así por la cintura aferrándose a sus ropas mientras su cabeza quedaba en el pecho de Tobe, no tenía intenciones de soltarlo  y quería sentirlo lo más cerca posible.
Soltó una bocanada de aire por los nervios que lo atormentaban, mientras pedía por favor a sus ancestros que los latidos de su corazón no despierten a Tobe. Con este pensamiento recorriendo su mente volvió a dormirse, pasaron unos minutos y el moreno abrió cuidadosamente uno de sus ojos para comprobar si el otro seguía despierto, al estar completamente seguro de que era así suspiro aliviado. Sentir como el mas joven lo abrazaba con cautela y nerviosismo fue lo más tierno que pudo presenciar en la vida.

-Al parecer no soy el único que actúa de noche –susurró más para si mismo que para otra cosa, acerco su cuerpo al del joven hasta el punto de quedar prácticamente pegados pero no de una forma perversa, simplemente quería sentirlo lo más que podía, no tenia esta oportunidad muy seguido.

Envolvió al muchacho en sus brazos, sintiendo como por inercia el otro se acomodaba mejor, acerco su rostro a los cabellos del joven inhalando profundamente el aroma que emanaba de este y luego libero un suspiro satisfecho, era una hermosa sensación.

—Deberíamos dejar de tener estos momentos a la madrugada  —murmuró para cerrar los ojos y con la necesidad de dejarse llevar besó suavemente la cabeza del joven. "Si vamos a meter las manos al fuego, mejor quemarnos completos" pensó.

Unas horas antes, los ninjas estaban ordenando la guarida, ya que había empezado a llover y no podían entrenar adentro, "reglas del jefe". Cada uno estaba en lo suyo, cuando de repente escucharon como golpearon la puerta, algunos se posicionaron a modo de combate, en caso de emergencia. Mientras uno de ellos, Chyo se acercó para abrirla con la guardia en alto, pero al ver que se trataba de su jefe se apresuró en abrirla por completo. Entró con dificultad ya que no venía solo, en sus brazos cargaba a Garu quien se veía muy lastimado ¿Qué ha ocurrido? Se preguntaron varios de los presentes.

—Ninjas —dijo firme sin detener su andar—traigan vendas, medicina y la caja de emergencia, que sea rápido —dijo mientras desaparecia hacia el interior del pasillo.

Sin cuestionar ni chistar todos se apresuraron a buscar lo encargado y llevárselo rápidamente a su maestro, cuando tuvieron todo lo pedido, los encargados de llevárselo serían Chyo, Shen y Haku. Se apresuraron en subir lo más rápido que podían para detenerse frente a la habitación más grande de la guarida, golpearon la puerta esperando la orden. Al oír un "Pase" con cuidado de no hacer ruido, entraron y ahí estaba su maestro con una mirada sombría mientras sostenía una de las manos de Garu.

—Dejen las cosas ahí —apuntó a la mesa junto a la cama—y les tengo una misión —dijo levantando su mirada para verlos acto que les generó un escalofrío.

—A sus ordenes maestro —dijeron al unísono dando una reverencia...

Volviendo al presente, Garu se removió lentamente en su lugar empezando a despertar, mientras que Tobe permanecía a su lado acostado, observando detalladamente las acciones del contrario. Un gran bostezo no se hizo esperar del más joven, que tardo unos segundos en recordar su situación actual o donde estaba, por lo que muy tranquilo cerro nuevamente sus ojos para abrazar al más alto. Quien sonrió de forma juguetona ante tal escena, así que decidió hablar.

—Me parece que es mi turno de cuidarte —y solo con reconocer aquella voz se paralizó abriendo sus ojos a más no poder.

Lentamente levanto la mirada hasta chocar con la del otro, quien lo veía divertido apoyando su rostro sobre su mano derecha mientras que la otra estaba reposada sobre el cuerpo de Garu.

—... —"ya vali" pensó recordando como el otro casi incendió su casa.

Ese sería otro día muy largo para ambos...

Continuará...

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