06

570 97 8
                                    

—Inicia toma dos. —,Jungkook salió del camerino al igual que Taehyung, el único en no salir fue Hoseok, que se quedó viendo a la nada, estaba lagrimeando, a ese punto, ya no sabía qué hacer, si simplemente volver a su casa o probar en otro lugar.

—Bien, quiero que se junten más, Taehyung, pasa tu brazo por encima del hombro de Jungkook, lo mismo para ti, Jungkook. —, ambos se miraron con asco, pero finalmente lo hicieron.

—Quiero que se junten más. —,lo hicieron, la incomodidad era notoria, Taehyung apretó la mano y luego se acercó más a Jungkook.

—Que sepas que me das asco... que esto lo hago por dinero. —, susurró mientras mantenía una suave sonrisa en los labios.

—¿Crees que me importa lo que alguien tan miserable como tú diga?

—¿Yo miserable...?, sólo mira quién gustó de un pueblerino... pero, te diré algo, Jeon... —, giró para mirarlo directamente a los ojos, ambos estaban de frente, sólo rozando narices.

—Hoseok es mi mejor juego ahora mismo... haz el favor de salir del camino, eres una molestia más, honestamente, me gusta lo estúpido que es. —, Jungkook se quedó viéndolo fijamente y finalmente esa toma, esa toma de Taehyung sonriendo y Jungkook sorprendido, fue tan perfecta.

—Esa toma, esta toma tiene que estar en la revista, es demasiado buena, demasiado. —, el camarógrafo dejó de tomar fotos para luego rápidamente ir hacia la laptop.

Ambos se separaron, más bien, Taehyung empujó a Jungkook y fue a la mesada, donde habían botellas de agua, tomó una y luego giró para ver a Hoseok, sentado en una banca mirando hacia el piso.

Sonrió de lado para luego acercarse a él.

—Levántate, me tienes que sacar el maquillaje, mugroso. —, el chico levantó la vista y luego se levantó, tenía miedo de Taehyung, definitivamente, comenzó a tenerle miedo.

Siguió a Taehyung en silencio, pero cuando iba a subir al ascensor, Taehyung lo empujó hacia afuera.

—No, no, tú vas a subir

—¿Qué?

—Irás por las escaleras... necesitas bajar ya de peso, estás muy, pero muy gordo, no te hará mal... al menos un poco de ejercicio no.

—S-son veinticinco pisos para arriba.

—Sí, yo no te pregunté eso... entonces, empieza a subir. —, presionó el botón y luego Hoseok se quedó viendo como un imbécil, tomó aire y luego comenzó a ir por las escaleras.

Pasaron veinte minutos y Hoseok aún no llegaba al camerino de Taehyung, éste se quedó pensando en si el muchacho tan siquiera seguía vivo.

Hasta que la puerta se abrió, Hoseok estaba sudando, agitado, con la boca abierta tratando de tomar aire, los ojos cansados y el cabello pegado a la frente.

Tuvo una erección.

Taehyung se quedó en shock al sentirlo, inmediatamente se sentó tomando una almohada, ¿qué mierda fue esa reacción?, tomó compostura, carraspó la garganta y luego lo miró por el espejo.

Su erección creció más.

—Veinte m-malditos minutos... —, su tartamudez le hizo morderse la lengua luego de hablar, pero Hoseok ni siquiera estaba interesado en lo que Taehyung hacía.

Rápidamente fue a por una botella de agua para beberla y tras varios segundos de respiros profundos, finalmente pudo hablar.

—Lo siento... —, nuevamente se quedó sin aire.

—¿Ves que estás gordo?, de lo contrario, ¿por qué estarías tan agitado? —, Hoseok tomó un último suspiro y finalmente se repuso.

—Sácame ya el maquillaje, ahora, ya, me quiero dar una ducha y no quiero el maquillaje todo corrido. —, Hoseok asintió yendo rápidamente hacia la mesa para poder iniciar.

—Tú irás a esa cena hoy.

—¿Qué?, no, no voy a ir.

—Sí, sí vas a ir, necesito que alguien esté pendiente a mi pelo y maquillaje.

—T-tu maquillaje está hecho para durar casi un día.

—¿Ah, sí...?, no recuerdo haberte preguntado. Vas a ir, en mi coche, conmigo, pasaré a buscarte.

—N-no... eso no es necesario, puedo... puedo venir hasta aquí.

—No, iré a buscarte, me dirás tu dirección, anota en un papel.

—Yo no quiero ir...

—Es una total pena, una lastima y no te estoy preguntando si quieres ir, te estoy mandando. —, Hoseok se lo quedó viendo un par de segundos, se sintió tan inútil ante Taehyung, el hecho de que no podía decir que no, el hecho de que esté totalmente limitado, se sintió horrible y algo, en su interior, se retorció, sintió un asco por su propia persona.

—Vamos, campesino... quiero que empieces ya y dejes de verme así, me da asco tu forma de mirarme, eres espantoso.

El ModeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora