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Pasaron segundos, Hoseok no lo dudó para empujarlo con todas sus fuerzas.

—Dios, ni besar sabes. —, Taehyung soltó una risita para después mirarlo, Hoseok estaba en una especie de trance, estaba rojo, pero, en un punto, también se veía aterrorizado.

—Te tengo una propuesta, campesino._, a pasos inestables se acercó a Hoseok para así ponerse frente suyo.

Hoseok era incapaz de mirarlo o de tan siquiera decir una palabra.

—Quiero que seas mi prostituta. —, Hoseok lo miró con los ojos de par en para abiertos.

—¿Qué...?

—Y tampoco escuchas bien, ¿acaso no tienes algo bueno y bien funcionando?, quiero que seas mi prostituta.

—N-no... mi cuerpo no...

—Sí, tu cuerpo sí.

—¡¿Cuál es tu maldito problema?!, ¡¿qué te hace creer que yo necesito tanto dinero como para usar mi cuerpo?!

—Por que lo necesitas.

—No, no voy a aceptar, es el colmo.

—¿Seguro que no...? —, tomó un mechón de su pelo para así jugar por éste.

—Entonces, ¿esperas a enfrentarte una condena de varios años en prisión?

—¿De qué hablas?

—Diré... que tú me robaste mis joyas al venir a mi casa... y que te aprovechaste que yo estaba ebrio.

—N-no te van a creer.

—Pagaré para falsos testigos. —, Taehyung tomó de la cintura ajena, y entonces, por primera vez, Hoseok le dio una cachetada a una persona.

Fue tan, pero tan fuerte que las uñas ajenas arañaron el rostro de Taehyung.

—Vete a la mierda, Kim. —, Taehyung se quedó sorprendido después de esa cachetada, jamás se lo esperó de alguien, mucho menos de Hoseok.

Claramente, no se quedó mirando, tomó del pelo de Hoseok y lo atrajo a él.

—¿Quién te crees que eres para golpearme?, ¿ah?, ¿quién, maldito muerto de hambre?, soy capaz de hacerte desaparecer... ¿y tú te atreves a tocar mi rostro? — Taehyung apretó su agarre en el pelo ajeno

—Mira el lado bueno, te acostarás conmigo, eso sí, nada de ser cariñosos, me daría asco tenerte estúpidamente enamorado de mí.

—No... no voy a aceptar, mi cuerpo no es juguete, Taehyung.

—Tu cuerpo... simplemente lo veo como algo para desquitarme, no es necesario que te mire.

—Por qué me haces esto...

—Por que puedo hacerlo. —, nuevamente se fue pegando más y más a él para luego tocar sus mejillas.

—Tienes un día para que pienses esto, y no, no te estoy dando ninguna opción, un día, campesino. —, soltó a Hoseok y luego se lo quedó viendo, el muchacho estaba llorando, se sentía tan estúpido, tan miserable.

—Me quiero... ir a mi casa, s-sólo vine a ayudarte pero no necesitas.

—Me quiero dar un baño y no podré subir las escaleras. —, Hoseok asintió para después ir hacia Taehyung.

El otro se quedó algo sorprendido, por la razón de que el muchacho, aún, a pesar de todo, lo estaba ayudando nuevamente sin siquiera cuestionar nada.

Hoseok era tan manipulable.

Tan estúpidamente manipulable.

—Me gusta tu olor, oh, vaya, al fin tienes algo bueno. —, Hoseok lo ignoró hasta subir mitad de los escalones, ahí paró, estaba cansado, demasiado y Taehyung era todo, menos liviano.

El ModeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora