Capitulo 17. Tormenta

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Esta parte es narrada por un narrador omnisciente

Esta noche amenaza con ser sofocante. Masas de vapor pesan sobre las nubes. Relámpagos de deslumbrante intensidad vienen a iluminar el horizonte. Se acentúa el retumbar de los truenos, pero aún son ruidos redondos, sin ángulos de explosión. El terrible viento no está lejos.

A la una de la madrugada un vivo relámpago seguido de un potente trueno indica la llegada de otra nueva tormenta. De pronto el horizonte desaparece en medio de una bruma húmeda. Los rayos y truenos son continuos. El viento se ha convertido en huracán. De repente en el aire resuena un tableteo, semejante a disparos de fusilería y empieza a granizar con gran violencia. Aún así todos duermen en el interior de la casa.

O casi todos...

En la oscuridad de la noche una puerta se abre y unos pasos libianos pisan las frías losas de piedra.

La dama en cuestión observa con cautela las puertas que la separan de su gran obsesión.

Para ella fue fácil encandilar a ese estúpido de Lord Bailey, una caída de pestañas, un suspiro en el momento adecuado y ese hombre ya estaba a sus pies.

El siguiente paso fue fácil, gracias a la ayuda de su madre. Solo tendría que quedarse a solas con ese estúpido y que su padre los viese.

Con el compromiso ya en marcha, su plan de acercarse a Lord Campbell ya estaba más cerca de hacerse realidad.

Nunca pensó que esa mosquita muerta pudiese opacar su presencia, cada momento cerca de ella era un verdadero martirio pero ya quedaba menos. En cuanto escucho decir que el Lord se quedaría a dormir en la casa su mente se ilumino.

Pasaría la noche con él y de paso se divertirán. Cuando llegase la mañana esos dos idiotas romperían sendos compromisos y ella partirá del brazo de su adorado Lord.

Debió de prestar más atención cuando cada uno ingreso en su habitación, pero estaba tan nerviosa que por un momento desvío la mirada y ahora está indecisa.

En una de las habitaciones estaba su sueño, su anhelo, su amado, el ladrón de sus suspiros y el dueño de su corazón. En la otra un viejo Lord, primo del difunto dueño y señor de las tierras, viudo desde hacía unos años o eso creyo escuchar durante la recepción.

Giro el pomo de la habitación con sumo cuidado, entrecerró los ojos para poder vislumbrar al ocupante de la cama, aunque lo intentó varias veces le fue imposible vislumbrar más allá de una silueta arropada con varias mantas.

Unos sonidos estridentes la hicieron retroceder, ese de verdad no podía ser su adorado galán. Cerró la puerta con sumo cuidado y se introdujo en la siguiente. Con sumo cuidado se deshizo de su camisón, retiro las mantas y se colocó a la espalda de su amado.

Con picardía acerco sus turgentes pechos a la espalda del caballero y coloco su mano en la virilidad del caballero, friccionando una y otra vez, pronto se vio envuelta en un torrente de sensaciones pero ninguna fue como ella esperaba.

Ni en el mayor de sus sueños habría pensando que la primera vez con un caballero fuese tan desagradable.

Su madre ya le advirtió que había caballeros que no eran atentos ni delicados pero que con suerte al ser un hombre joven el sería diferente.

No hubo besos, caricias, ni palabras de amor. Solo algo mecánico y animal. De un movimiento la coloco a cuatro patas y de un golpe se introdujo en su interior.

Sintió la necesidad de gritar, pero ahogo sus gritos con la almohada, de ninguna de las maneras ella se vería débil.

Aunque no grito no pudo evitar derramar lágrimas en silencio, la noche que ella había soñado nunca llego.

Al menos el tormento no fue largo y en pocos minutos, su amado se retiró de ella. Se dio la vuelta y quedó dormido.

Ni siquiera lo miro, se levantó cogió su camisón y se introdujo en la cama. Se reconfortó pensando en que quizás la próxima vez el fuese más dulce y amable. Después de todo el era su amado.

Los primeros rayos de sol se vislumbraron en el horizonte, solo tenía que aguantar un poco más en la cama y su plan estaría completo.

Sus padres no deberían de tardar en llegar, su madre y ella lo habían planeado todo. Nunca pensó que fuese tan rápido pero no podía quejarse, cuando subieran a despertarla no la encontrarían en la habitación y la buscarían por toda la casa.

Sabía que se armaría un escándalo, pero como su madre siempre le dijo. Dos no regañan si uno no quiere.

Era verdad que ella se había metido entrada a la madrugada en su cama, no portaba ropa y acercó su cuerpo al suyo, pero si él tanto amaba a su prometida porque aceptó sus atenciones.

Quizás pensó solo en utilizarla, pero eso no pasaría. Había luchado y esperado lo suficiente para que de una vez por todas la novia fuese ella.

Noto como su amado se removía, cuando un revuelo se levantó en el pasillo, paso sus pálidos brazos desnudos por el cuerpo del caballero y cerro los ojos. Este emitió un sonido pero siguió durmiendo plácidamente.

La puerta se abrió de golpe, ni siquiera se tomaron la molestia de llamar, abrió los ojos y se tapó con las sábanas cuando reconoció la voz de su padre exigiendo una explicación.

Se sentó sobre la cama y miró hacia la puerta, en esos momentos su mundo perfecto se derrumbó. Detrás de su prometido se encontraba el Lord de sus sueños, por un momento creyó que aún dormía pero los gritos de su padre y el sonido de una voz ronca a su espalda la devolvieron a la realidad, una realidad que ella misma había buscado.

Tapo su cabeza con las mantas sintiendo una irá y una vergüenza jamás inimaginadas.

A su mente llegó una pregunta, que ni ella misma se quería responder, con quién diablos había pasado la noche...

Lo prometido es deuda! Espero hayan disfrutado el capítulo...

Amarte es mi pecado ( Pausada )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora