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En otro lado de la ciudad, dentro de un pequeño establecimiento donde música alegraba el lugar, jóvenes parejas bailaban al son de la música, muchas divirtiéndose y riendo entre charlas.
A lo lejos, una feroz mirada observaba con curiosidad el lugar, buscando a su próxima víctima de esa noche, su vestimenta elegante y de tal color rojizo lo hacía destacar entre la multitud y ganarse la mirada de varias mujeres del lugar, quienes murmullaban dándo agudos gritillos de felicidad.
Este solamente las ignoraba, tomando del whisky de su copa, disfrutando la bella melodía que brindaba su vieja compañera en el escenario, mientras este se dedicaba a tararear.
──Alastor deberías calmarte has estado exagerando un poco con el número de victimas-, el viejo cantinero llamo la atención del joven sonriente, sacandole una risa burlona- No es que me importe pero, ten cuidado, siendo tan transcurrentes esto no va a terminar bien, no podrás ocultar este jueguito por mucho tiempo.
──Oh! Querido Husker no deberías preocuparte, todo va a estar en orden, quien sospecharia de un noble transmisor de radio como yo!-. Solto con un aire de egocentrismo En su mente todo saldría perfecto, seguía cada paso como debía ser, no dejaba ningún paso sin pensarlo meticulosamente.
O al menos.
Eso creía él . . .
──No será muy fácil ahora que el supermitente de la policía volvió de sus lindas vacaciones con su "Perfecta familia" y la niñita de sus ojos-. Dijo el bartender antes de alejarse a servir a sus otros clientes.
