CAPÍTULO 3

602 23 0
                                    

MARTIN:

Comencé a abrir los ojos lentamente cuando empecé a oír ruidos por la habitación.

-Buenos días.- Murmuré acompañándolo de un bostezo.

-Hola, ¿te he despertado?- Me preguntó Juanjo, el cual estaba cogiendo algo del armario y se giró para hablarme.

-No, tú tranquilo.- Le dije dejándole una pequeña sonrisa la cual Él me devolvió.

Cuando Juanjo entró al baño aproveché para cambiarme rápidamente y me puse unos pantalones largos negros y una camiseta de tirantes color beis arreglada.
Juanjo salió del baño y le eché una mirada de arriba a abajo. Llevaba un bañador y una camiseta lila de manga corta.

-Martin, ¿sabes si hay alguna cafetería por aquí para desayunar?

-Si, hay una justo aquí enfrente. Voy a ir enseguida con un par de amigas. Puedes venirte si quieres.

Si era cierto que me hacía ilusión que viniese, así podría conocerlo un poco mejor, claramente no lo iba a obligar.

-Ay, joder, gracias. Es que mis amigos siguen durmiendo y no sabía donde desayunar.

Le dediqué otra sonrisa mientras Él se ponía los zapatos y yo le enviaba un mensaje a Kiki y a Rus para avisarle de que Juanjo venía.

-¿Vamos?- Le pregunté y Él asintió.

Bajamos, esta vez por las escaleras en un silencio un poco incómodo pero justo Él me sacó de mis pensamientos.

-¿Cómo se llaman tus amigas?

-Chiara y Ruslana, son muy majas aunque a veces pueden ser un poco intensas, pero te van a caer genial.

JUANJO:

Estaba nervioso. Iba a desayunar con dos chicas que no conozco de nada y un chico que apareció ayer en mi vida de repente, pero que no me disgustó.
Ví como de repente una chica pelirroja saltaba a los brazos de Martin y otra, esta pelinegra se acercaba a un paso más lento. Luego Martin se acercó a la pelinegra envolviéndola en un abrazo que desde mi vista parecía tierno y sincero. Que monos.

-Tú debes de ser Juanjo, ¿verdad?- Me dijo la pelirroja que llevaba un top de manga corta con líneas verdes y blancas y una falda con el mismo estampado.

-Si.

-Guay, yo soy Ruslana, pero me puedes llamar Rus.

MARTIN:

Una vez en la cafetería Kiki y Ruslana ya habían pedido y se fueron a la mesa mientras faltábamos Juanjo y yo.

-Yo quiero un café con leche.- Dijo Él

-Para mí un colacao.

Escuché una risa detrás de mi, de Juanjo.

-¿Qué pasa?- Le pregunté también riéndome. Su risa por lo visto era bastante peculiar pero contagiosa.

-Como los críos pequeños.

Mi respuesta fue pegarle un pequeño golpe en su brazo mientras el seguía descojonándose.

-Pues está muy bueno, ¿vale?

-Sisi.

Minutos más tarde nos lo trajeron todo a la mesa. Juanjo y Rus conectaron muy bien y estuvieron toda la hora hablando de música, fiestas, verano, lo que odiaban las clases...

Y Kiki y yo estábamos en un plan más relax, el cual a veces se cortaba cuando cada minuto cruzaba miradas con Juanjo, pero luego a las 12:00 volvimos al hotel, aunque sólo me invadía el pensamiento de que Kiki aún seguía apenada por ser rechazada. No tenia el mismo brillo que siempre y estaba mucho más callada.

JUANJO:

Estábamos ya en la habitación. Yo estaba llamando a mis amigos, pero ninguno daba señales de vida y Martin en su cama mirando a un punto fijo, llevaba así desde que volvimos de allí.

-Eh.- Dije desde mi cama, cosa que le hizo girarse a mirarme- ¿Estás bien?

Él asintió, pero obviamente no lo estaba. No lo conocía de hace mucho, pero capté muy bien desde el principio que era una persona muy transparente.
Negué con la cabeza y me acerqué a su cama sentándome en el borde.

-¿Qué te pasa?- Le pregunté.

-Es Chiara. A Rus y a mí nos han aceptado en arte dramático en Madrid, -abrí los ojos como platos  a esa academia era casi imposible entrar, así que encima de guapo cantante y bailarín- y a ella no, y está como apagada ahora.

Lo abracé con suavidad y acariciando su espalda con mis manos, el hizo lo mismo dejando alguna que otra lágrima en mi hombro. Le solté y le quité con mi mano algunas lágrimas que tenía en la mejilla.

-Todo va a ir bien.- Le dije y Él asintió, así que me volví a mi cama.

Unos minutos después, cuando ya se había calmado tuve una idea.

-Va, vamos a hacer una cosa.

Saqué de mi mochila un sobre que llevaba preguntas para socializar con la gente. De muy pequeño me costaba muchísimo y también sufría bastante por ello, me frustraba, así que siempre lo llevaba a todos lados.

-Son unas especies de preguntas y pues, hay que responderlas. Se supone que sirve para conocer mejor a alguien.

-Vale.

-¿Nombre y apellido?- Pregunté leyendo la pregunta.

-Martin Urrutia

-Juanjo Bona

-¿Edad?

-18

-20

-¿Bebida favorita?

-Colacao.- Dijo mientras hacía un puchero adorable y yo me reía.

-Cualquier cosa pero que lleve alcohol.

-Ala el otro.

-¿Has tenido novio/a?

Él carraspeó y asintió con la cabeza.

-Era un chico, se llamaba Hugo, pero no acabó muy bien que digamos.- Dijo mientras señalaba todos los moratones que llevaba en los brazos, unos muy hinchados y otros un poco menos.

-Joder, lo siento mucho Martin.

-Da igual, todo era muy tóxico por su parte y yo aún no estaba preparado, he aprendido mucho de eso.- Dijo mientras le caía otra lágrima y yo me volví a levantar para abrazarle.

-Si ese gilipollas no quiere estar contigo Él se lo pierde Martin.

Él no respondió, solo sollozaba cada vez más fuerte.

-Martin, te vas a deshidratar de tanto llorar.- Le dije intentando sacarle una sonrisa.

-Cabrón. - Dijo mientras se le escapaba una risita y yo me aferraba más a Él haciéndole saber que se podía desahogar todo lo que Él necesitase hasta quedarse bien a gusto.

☆☆☆

Holaa a todoss.
Este capítulo lo escribí anoche
un poco improvisado porque quería
actualizar así que espero que os guste.
También daros gracias a todos los que
leeis la historia y no os olvidéis de votar.
Un abrazoo

ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora