CAPÍTULO 2

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MARTIN:

Una vez estábamos mis padres, mi tío, mis hermanos y yo sentados en la mesa ya con la comida mis padres fijaron la vista en mi y yo miré a mi hermana, la cual me hizo un gesto de no saber nada.

-Martin, ya ha llegado la respuesta sobre la solicitud de la academia de arte dramático de Madrid.- Dijo mi madre mientras me daba el sobre para que lo pudiese leer.

Ahora si que estaba cagado. Había dos opciones, primera y más probable: que me rechazasen  y tener que buscarme la vida,  ya que, durante el verano mi tío nos ofrecía a Ruslana, Chiara y a mi cantar alguna que otra noche aquí en el hotel y recibíamos las propinas de la gente, que no eran muchas, pero lo suficiente para mantenernos.
Y luego estaba la segunda, que me aceptasen: sería perfecta en todos los aspectos, podría cambiar de aires, no vería jamás a Hugo ( mi ex) y sería mejor aún si aceptasen a Kiki y a Rus e ir los 3 juntos.

Miré a mi madre suplicándole que me dejase levantarme de la mesa y llamarlas para ver lo que le habían dicho a ellas. Mi madre asintió con una sonrisa.

-Gracias.- Murmuré bajito, y no se si lo llegó a escuchar.

Fui corriendo al baño para videollamarlas y ver lo que les habían dicho, pero ellas se me adelantaron y yo cogí la llamada y cerré la puerta del aseo detrás de mi.

-¿Os ha llegado?- Pregunté entusiasmado

-¡SÍ!- Gritó Chiara y Ruslana asintió con la cabeza muy emocionada también.

-3,2,1- Dijimos los tres a la vez para marcar el momento en el que abrir la carta  y así fue.

Abrí la carta y fui rápidamente a buscar la palabra clave.

Martin Urrutia, aceptado.

Mi cara reflejaba cada una de las emociones que sentía en este mismo instante.

¡SI!- Gritó Ruslana

-¡Yo también!- Chillé

En cambio, viendo la cara de mi otra amiga, Chiara, no todo podían ser buenas noticias.

-Kiki, ¿todo bien?- Le pregunté,  tampoco quería ser muy directo, sabía muy bien cómo se debía de estar sintiendo ahora mismo.

-Si, aunque no me han aceptado.

Me quedé de piedra, ¿cómo era posible que no hubieran aceptado a Chiara?
Ruslana que estaba con ella se tiró a sus brazos. Lo que daría por estar ahí con ellas y poder achucharla, abrazo marruski.
Después de hablar un rato más colgamos y yo volví a la mesa para contárselo a mi familia.

-¡Estoy dentro!- Dije antes de sentarme y los 5 vinieron a abrazarme.

-¡Enhorabuena!- Me dijo mi padre mientras todos me abrazaban.

Seguimos comiendo hasta terminar y mi tío nos dio las llaves de la habitación. 118 para mi padre y Erik, 119 para mi madre y María y 117 para mí y después de esto cada uno nos fuimos a nuestra habitación.

JUANJO:

Hacían ya 15 minutos que volvimos de la fiesta, lo raro es que me he podido controlar y no he bebido casi nada, por lo que ya estaba casi listo para ir a dormirme.
Justo antes de dormirme oí un ruido y maldije en mi interior. Seguro que eran alguno de mis amigos haciéndome una broma, así que me levanto de mi cama y abro la puerta para ver si el ruido venía de allí. Así era, pero no era quien yo esperaba.

-¿Martin?- Pregunté confuso

-¿Qué haces aquí? - Me pregunta cómo si acabase de ver el mayor horror de su vida

-¿Qué haces tú? Si esta es mi habitación. - Le expliqué muy seguro.

-No, mira.- Me dijo mientras sacaba una tarjeta de sus pantalones vaqueros azules, y muy anchos por cierto. - 117

Me adentré en mi habitación y rebusqué entre unos papeles para coger mi tarjeta.
Me di media vuelta y me volví a acercar a Él, el cual estaba apoyado en el marcó de la puerta.

-117- Dije

Él dejó sus maletas dentro y salió de la habitación dirigiéndose al ascensor, pero mientras iba caminando se giró y me miró.

-¿Vienes o qué?- Me pregunta.

Asiento con la cabeza y entramos en el ascensor bajando a recepción. Martin parecía muy seguro de cada paso que daba y yo le seguía un poco más inquieto mientras el encendía el ordenador del hotel.

-Martin, que es el ordenador del hotel, no lo toques.

-Es de mi tío, tranquilo.- Dijo haciendo un gesto restándole importancia.

Ostia. Martin era el sobrino del dueño de una de las cadenas de hoteles más importantes del país Vasco. Que fuerte.

-Mierda.- Dijo Martin mientras creo que miraba los datos de la reserva.

-¿Qué pasa?

-Cuando reservaste, ¿te salía que el hotel estaba muy solicitado o algo así?- No tenia ni idea.

-Voy a llamar a una amiga que hizo la reserva.

Cogí el móvil y marque su número. Como,por su culpa tenga que dormir con el bigotes la mato.

-¡Juanjo! Me has despertado.

-Bea, ¿cuándo reservaste la habitación salía que estaba muy solicitado?

-Si, ¿no te acuerdas que cuando salimos de la discoteca esa de Madrid el miércoles pasado te dije que tendrías que compartir habitación con alguien?

-Joder Bea, claro que no, iba borrachísimo.

-Pues ya lo sabes, buenas noches.- Me dijo y colgó lo más rápido que pudo.

-Dice que sí.

-Pues ya está.- Me dijo Martin mientras me hacía una señal para que subiésemos otra vez.

Ya en la habitación quité las mochilas de su cama y se acostó mientras yo apagaba la luz.

- Nono, no la apagues porfavor.-Me dijo casi rogándomelo.

-Martin es hora de dormise ya

-Pero porfavor no la apagues.

A Álvaro le pasaba lo mismo y siempre llevaba dos especies de lamparitas, una para enchufarla y otra de repuesto.

-Espera un momento, ahora vuelvo.

Fui a un paso ligero a su habitación e intenté abrir, no se porque pero la puerta estaba abierta y con mucho cuidado abrí su mochila, cogí la luz y me volví a la habitación.
la enchufé cerca de su cama y me volví a la mía.

-Gracias, buenas noches.- Me dijo mientras me dedicaba una sonrisa.

-Adiós.-Le dije- Ah, por cierto, yo soy Juanjo.
Noté una pequeña risa de su parte y en unos segundos ya conseguí dormirme.

☆☆☆

Holaa. Quería daros las gracias
A todos los que estáis leyendo esta historia.
También deciros que voy a intentar
Actualizar 3 o 4 veces a la semana.
Un abrazo

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