MARTIN:
Una vez estábamos mis padres, mi tío, mis hermanos y yo sentados en la mesa ya con la comida mis padres fijaron la vista en mi y yo miré a mi hermana, la cual me hizo un gesto de no saber nada.
-Martin, ya ha llegado la respuesta sobre la solicitud de la academia de arte dramático de Madrid.- Dijo mi madre mientras me daba el sobre para que lo pudiese leer.
Ahora si que estaba cagado. Había dos opciones, primera y más probable: que me rechazasen y tener que buscarme la vida, ya que, durante el verano mi tío nos ofrecía a Ruslana, Chiara y a mi cantar alguna que otra noche aquí en el hotel y recibíamos las propinas de la gente, que no eran muchas, pero lo suficiente para mantenernos.
Y luego estaba la segunda, que me aceptasen: sería perfecta en todos los aspectos, podría cambiar de aires, no vería jamás a Hugo ( mi ex) y sería mejor aún si aceptasen a Kiki y a Rus e ir los 3 juntos.Miré a mi madre suplicándole que me dejase levantarme de la mesa y llamarlas para ver lo que le habían dicho a ellas. Mi madre asintió con una sonrisa.
-Gracias.- Murmuré bajito, y no se si lo llegó a escuchar.
Fui corriendo al baño para videollamarlas y ver lo que les habían dicho, pero ellas se me adelantaron y yo cogí la llamada y cerré la puerta del aseo detrás de mi.
-¿Os ha llegado?- Pregunté entusiasmado
-¡SÍ!- Gritó Chiara y Ruslana asintió con la cabeza muy emocionada también.
-3,2,1- Dijimos los tres a la vez para marcar el momento en el que abrir la carta y así fue.
Abrí la carta y fui rápidamente a buscar la palabra clave.
Martin Urrutia, aceptado.
Mi cara reflejaba cada una de las emociones que sentía en este mismo instante.
¡SI!- Gritó Ruslana
-¡Yo también!- Chillé
En cambio, viendo la cara de mi otra amiga, Chiara, no todo podían ser buenas noticias.
-Kiki, ¿todo bien?- Le pregunté, tampoco quería ser muy directo, sabía muy bien cómo se debía de estar sintiendo ahora mismo.
-Si, aunque no me han aceptado.
Me quedé de piedra, ¿cómo era posible que no hubieran aceptado a Chiara?
Ruslana que estaba con ella se tiró a sus brazos. Lo que daría por estar ahí con ellas y poder achucharla, abrazo marruski.
Después de hablar un rato más colgamos y yo volví a la mesa para contárselo a mi familia.-¡Estoy dentro!- Dije antes de sentarme y los 5 vinieron a abrazarme.
-¡Enhorabuena!- Me dijo mi padre mientras todos me abrazaban.
Seguimos comiendo hasta terminar y mi tío nos dio las llaves de la habitación. 118 para mi padre y Erik, 119 para mi madre y María y 117 para mí y después de esto cada uno nos fuimos a nuestra habitación.
JUANJO:
Hacían ya 15 minutos que volvimos de la fiesta, lo raro es que me he podido controlar y no he bebido casi nada, por lo que ya estaba casi listo para ir a dormirme.
Justo antes de dormirme oí un ruido y maldije en mi interior. Seguro que eran alguno de mis amigos haciéndome una broma, así que me levanto de mi cama y abro la puerta para ver si el ruido venía de allí. Así era, pero no era quien yo esperaba.-¿Martin?- Pregunté confuso
-¿Qué haces aquí? - Me pregunta cómo si acabase de ver el mayor horror de su vida
-¿Qué haces tú? Si esta es mi habitación. - Le expliqué muy seguro.
-No, mira.- Me dijo mientras sacaba una tarjeta de sus pantalones vaqueros azules, y muy anchos por cierto. - 117
Me adentré en mi habitación y rebusqué entre unos papeles para coger mi tarjeta.
Me di media vuelta y me volví a acercar a Él, el cual estaba apoyado en el marcó de la puerta.-117- Dije
Él dejó sus maletas dentro y salió de la habitación dirigiéndose al ascensor, pero mientras iba caminando se giró y me miró.
-¿Vienes o qué?- Me pregunta.
Asiento con la cabeza y entramos en el ascensor bajando a recepción. Martin parecía muy seguro de cada paso que daba y yo le seguía un poco más inquieto mientras el encendía el ordenador del hotel.
-Martin, que es el ordenador del hotel, no lo toques.
-Es de mi tío, tranquilo.- Dijo haciendo un gesto restándole importancia.
Ostia. Martin era el sobrino del dueño de una de las cadenas de hoteles más importantes del país Vasco. Que fuerte.
-Mierda.- Dijo Martin mientras creo que miraba los datos de la reserva.
-¿Qué pasa?
-Cuando reservaste, ¿te salía que el hotel estaba muy solicitado o algo así?- No tenia ni idea.
-Voy a llamar a una amiga que hizo la reserva.
Cogí el móvil y marque su número. Como,por su culpa tenga que dormir con el bigotes la mato.
-¡Juanjo! Me has despertado.
-Bea, ¿cuándo reservaste la habitación salía que estaba muy solicitado?
-Si, ¿no te acuerdas que cuando salimos de la discoteca esa de Madrid el miércoles pasado te dije que tendrías que compartir habitación con alguien?
-Joder Bea, claro que no, iba borrachísimo.
-Pues ya lo sabes, buenas noches.- Me dijo y colgó lo más rápido que pudo.
-Dice que sí.
-Pues ya está.- Me dijo Martin mientras me hacía una señal para que subiésemos otra vez.
Ya en la habitación quité las mochilas de su cama y se acostó mientras yo apagaba la luz.
- Nono, no la apagues porfavor.-Me dijo casi rogándomelo.
-Martin es hora de dormise ya
-Pero porfavor no la apagues.
A Álvaro le pasaba lo mismo y siempre llevaba dos especies de lamparitas, una para enchufarla y otra de repuesto.
-Espera un momento, ahora vuelvo.
Fui a un paso ligero a su habitación e intenté abrir, no se porque pero la puerta estaba abierta y con mucho cuidado abrí su mochila, cogí la luz y me volví a la habitación.
la enchufé cerca de su cama y me volví a la mía.-Gracias, buenas noches.- Me dijo mientras me dedicaba una sonrisa.
-Adiós.-Le dije- Ah, por cierto, yo soy Juanjo.
Noté una pequeña risa de su parte y en unos segundos ya conseguí dormirme.☆☆☆
Holaa. Quería daros las gracias
A todos los que estáis leyendo esta historia.
También deciros que voy a intentar
Actualizar 3 o 4 veces a la semana.
Un abrazo
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Contigo
RomantizmMartin era un alma rota Juanjo no lo sabía pero estaba dispuesto a curarla ¿Acabarían los dos mejor o solo complicaría más la situación?