CAPÍTULO 14

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MARTIN:

Sin pensar en nada aparté mi mochila y me tiré a los brazos rodeando su cintura con mis piernas. No podía creer lo que Juanjo estaba haciendo por mí. No hacía mucho tiempo desde la última vez que vi a mi familia, 2 semanas o así. Pero soy una persona muy cercana a los míos y muy familiar, todo se me estaba haciendo cuesta arriba y esto me parecía brutal.

-Perdonen, - giré mi cabeza para ver quien nos estaba llamando y me encontré a un señor que me podría sacar 2 cabezas perfectamente y que por su ropa debía de trabajar allí- estais interrumpiendo el paso de nuestros pasajeros, debéis de tomar ya vuestra salida.

Juanjo asintió como si fuera mi padre y me bajó cuidadosamente de Él dejándome justamente a su lado.

-¿Ha valido la pena despertarte tan temprano?

-Sisisi.

Me quede embobado mirándole mientras andábamos hasta que noté que me choqué con algo duro.

-Ostia. -Dije tocándome la cabeza para ver si me había salido un chichón más grande que esta.

-Sé que soy un bellezón, pero tienes que intentar controlarte Martin, si no vas a acabar con 40 esguinces distintos.

-Shhh. ¿Y que planes tenemos para hoy?

-Pues mira, he estado hablando con Rus y me ha dicho que han pasado la gala al martes por la noche, entonces nos vamos a quedar aquí hasta el martes por la mañana. Esta tarde vamos a estar en tu casa...

-¿En mi casa?- Me quedé a cuadros. ¿Acaso habría hablado por mis padres? Aunque luego pensé que no me importaba porque les iba caer genial.

-Martin, no dudes de mis dotes para planear viajes ¿vale? Soy multiusos.- solté una carcajada y Él continuó hablando- También he pensado que querrías estar un poco con tus amigos de toda la vida, así que mañana por la mañana he hablado con Arrate y todos ellos para que quedéis mañana por la mañana mientras yo organizo el plan de la tarde que solo te voy a decir que está Kiki.

-¡TE AMO!- Le grité mientras no podía sonreír más. ¿Qué plan habría mejor que este?

Sin duda ninguno.

Unos minutos más tarde subimos al autobús, yo me agarré a una de las barandillas y Juanjo se sentó alado mío después de convencerle de que yo podía estar de pie y que Él se sentase porque debía de estar agotado.

Noté como alguien chocó conmigo haciendo que casi cayese sobre Juanjo y me giré para ver quien era. No podía ser verdad. De 7 millones de personas que hay en el mundo, tenía que ser Él. La persona que me había arruinado la vida y me había dejado en 40 terapias distintas.

-Eh. -Oi ese susurro de Juanjo pero no le hice caso. Seguía mirando a Hugo mientras Él estaba de espaldas con toda la ira que llevaba dentro.

Juanjo me cogió de la cintura y me sentó encima de su regazo a la fuerza y yo le miré con pena, sin embargo en su cara se notaba la confusión. Al ver que ninguno decía nada y Él me estaba mirando en busca de una respuesta decidí romper el silencio.

-¿Ves a ese de la sudadera amarilla?- Le pregunté señalando disimuladamente y Él asintió.- Es Hugo.

Su boca se abrió sorprendido y me cogió de la nuca obligándome a mirarlo.

-Estoy aquí, ¿vale? No voy a dejar que nada malo te pase, jamás.- Yo le sonreí y le abracé hasta que mi camiseta empezó a arder y pude ver a Hugo saliendo del autobús riéndose y con un café en la mano, el cual me había derramado.

-Este tio me va a oir a mí. -Dijo Juanjo mientras me cogía de la mano y corría saliendo del autobús dirigiéndose hacia el chico.

Tenía miedo. Sabía que con Juanjo aquí, Él me iba a proteger todo lo que pudiese, pero no olvidaba todo lo que había llegado a hacerme y ese escalofrío de miedo que me recorría hace unos meses cada vez que lo veía volvió a apoderarse de mí.

-¡EH TÚ!- Gritó Juanjo hacia donde estaba Hugo y este chico rio caminando hacia nosotros.

-Ay, que el pequeño Martin no sabe defenderse solo y tiene que traer a su nuevo noviecito. -Iba a hablar pero Juanjo me interrumpió, y se lo agradecí bastante la verdad. No sabía lo que podía salir de mi boca en este instante.

-¿Tú eres gilipollas o qué? ¿De qué vas? Antes de decirle nada a Él, mírate tú primero porque de solo verte das asco.

Hugo se acercó hacia mi y empezó a tocarme los brazos y yo me intenté apartar pero no pude, así que Juanjo tiró de mi brazo dejando a Hugo en el suelo y empezamos a caminar bastante rápido sin decir ni una palabra.

-No deberías de haberle dicho nada Juanjo.

-Ostias que no, ¿te crees que le iba a dejar irse tan tranquilo después de todo lo que te ha hecho?

-Es que me da miedo Juanjo. Cada vez que lo veo es como si fuese una máquina en el tiempo y me llevase a los momentos en los que me hacía todas esas heridas, y se que no tendría que ser así, pero no puedo evitarlo.

-No te voy a dejar solo y mucho menos que ese idiota te vuelva a tocar, porque si eso pasa, te juro que ese tio no sale vivo.

Le dediqué una sonrisa y abrí mi portal para entrar en el edificio. En el espejo del ascensor Juanjo me peinó un poco el pelo y me secó unas cuantas lágrimas que había derramado durante el camino y me cogió de la mano para entrar a mi casa.

-Holaa- Dije y Juanjo saludó con la mano, parecía que estaba nervioso y eso no me podía hacer más gracia.

Vi como mi hermana bajó su mirada a nuestras manos y abrió los ojos como platos y ahí ya no pude aguantarme la risa. Juanjo y yo pasamos y abracé a toda la familia, cuando termine le sonreí a Juanjo indicándole que no se preocupase si le daba vergüenza. Saludó con dos besos a mis padres y a mis hermanos con un corto abrazo y le volví a coger de la mano para llevarle a mi habitación.


***

Holaa. Os dejo este capítulo

con un poco más de drama y todo el que se  viene jeje.

Espero que os guste y no os olvideis de votar, comentar 

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⏰ Última actualización: Apr 20 ⏰

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