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Chuuya se encontraba en su habitación junto a su esposo y a su hija recién nacida, era de noche y Chuuya estába más que nervioso, sentía algo que jamás había sentido. Un mal presentimiento y sabía que algo no estaba bien.

- Dazai, hay algo que no me cuadra

- ¿hm?— el castaño quien estaba al otro lado de la cama, leyendo un libro miró a Chuuya—

- siento que algo malo puede pasarnos en cualquier momento ¿entiendes?

- algo

- es enserio

- Chuuya, cálmate. Nada va a pasarnos, no mientras estés bajo mi protección.

- no puedo, no puedo estar calmado si mi hija puede estar en peligro ¿me entiendes?

- no pasará nada, deja de preocuparte.

- no puedo evitarlo, es mi instinto maternal ¿sabes? Una madre al sentir que algo malo le pasara a sus hijos, es por que no estás mal.

- esas son tonterías.

- tu no lo sabes pero yo lo sé, no confío en algo que me hace sentir inseguro.

- Amor— el castaño miró de nuevo a Chuuya, acostándose entre sus piernas y quitándole a su hija de sus brazos para ahora tenerla contra su pecho— no pasará nada mientras esté con ustedes.

- no lo se Dazai, me preocupa.

- preocúpate si es necesario y si algo pasa, avísame para cuidar a nuestra hija.


Dazai y Chuuya con mucho trabajo hicieron a su bebé dormir, pues después de aquella platica,la niña comenzó a llorar a más no poder y por más que lo intentaran, no lograban calmarla.

Hasta que Dazai la arrullo y se calmó, como si se sintiera segura estando con su padre, aunque la pequeña había nacido hace pocos días, ya tenía un lazo muy fuerte con ambos padres.

Chuuya sabía bien cómo calmarla después de comer o después de un cambio de pañal, también que la pequeña de alguna forma reaccionaba al llamado de su madre, pues esté al verla siempre le daba una sonrisa.

El pecho de su padre era su lugar seguro, ahí podía dormir tranquila, cuando se sentía sola o asustada, siempre se calmaba al sentir a Dazai cerca de ella y además que el siempre con solo verla le saca una sonrisa a su hija.

Mientras los dos dormían con Dazai posteriormente acariciando el vientre de Chuuya que lo ayudaba a relajarse y olvidarse del dolor de la cicatriz de la cesaría le había provocando, La Niña comenzó a sentirse un poco inquieta, comenzando a mover sus brazos y piernas pequeñas mientras comenzaba a quejarse por haber despertado, su llanto comenzó a escucharse por las cuatro paredes de la habitación donde dormida con sus papás por al menos sus primeros 6 meses de vida.

Chuuya no le hizo caso ya que estaba muy cansado, aún se estaba recuperando de la cesaría y del embarazo en general y tenía que descansar lo más posible. Dazai fue quien decidí pararse de la cama, ya que el tenía el sueño ligero, con cualquier cosa se despertaba no como Chuuya y su hija de sueño muy pero muy pesado.

La tomó en brazos y la pequeña se comenzaba a calmar, poco a poco pero aún así lloraba y se quejaba, Dazai pensaba que era su pañal o algo pero estaba limpio, de seguro que tenía hambre y quería la leche de su madre pero no quería despertar a Chuuya.

Escuchó pasos fuera de su habitación y pensó "alguien está en la casa" pero no podía arriesgarse a que algo malo pasara, no a su esposo o a su hija por que eso no se lo perdonaría a nadie.

Matrimonio arreglado [MPREG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora