crush ⟡ crow x mico

07

Soltó un pesado suspiro, apretando sus hebras castañas, se sentía frustrado y un completo imbecil.

Miro los cigarrillos consumidos y las cenizas de estos regados por todo el suelo de la habitación, sus orbes poco a poco se cristalizaron, se desesperó. Cerro sus ojos con fuerza y lágrimas pesadas recorrieron sus mejillas, apretó los labios y jalo su cabello.

No sabía que hacer, no podía dejar al azabache ahí, completamente desnudo y pegajoso. Miro el reloj sobre la mesita de noche, 5:30 a.m.

Sabía que la fiesta aún no había acabado, podía escuchar la música y los gritos eufóricos de sus compañeros.

Podía simplemente irse, ya estaba vestido.

Pero crow aún yacía dormido, sabía que alguien podría entrar y verlo en ese estado, no quería que el moreno se enojara con él.

Pero si lo despertaba, todo sería tan... incómodo.
No quería hablar con su amigo en ese momento.

Tomo aire, y exhalo cansado. Era obvio lo que tenía que hacer.

Limpio sus lágrimas y se abanicó la cara con sus manos. Se puso ridículamente nervioso.

Giró su cabeza, viendo al moreno dormir plácidamente, se veía tan... lindo.

Se acercó a él, tocando suavemente su hombro. Entrecerró un poco los ojos con un carmín decorando sus mejillas húmedas.

Relamió sus labios, dejando un suave beso en su frente, luego se arrepintió y "limpio" aquella zona frontal del azabache.

soltó un último suspiro y movió delicadamente al chico unas cuantas veces, hasta que esté abrió lentamente sus ojos.

—¿Mico? -soltó mientras frotaba unos de sus ojos, el mencionado solo asintió con una sonrisa tímida.

—vístete, hay que irnos. —mantuvieron contacto visual unos segundos, crow asintió con una pequeña sonrisa. —yo- te esperare afuera. —sin más, dejo la habitación.

Cerro rápidamente la puerta tras el, miro el pasillo, ya no había tanta gente como antes, camino hasta las escaleras con tal de ver que tanta gente había aún en el domicilio.

No tanta como antes, pero aún llena. Escucho una puerta abrirse tras el. Creyendo que era el moreno.

—oye, mira, yo- —al voltear, solo pudo encontrarse con un ceño fruncido de Lola, y a Gray con un semblante deprimido.

—¡Dijiste que ayudarías, te desapareciste casi nueve horas!—soltó molesta, el mimo a su lado solo se limitaba a mirar a Mico y negar con la cabeza. —¿donde estuviste? Robaste botellas de la cocina, ¡no creas que no me di cuenta! —gritó furiosa.

—hey, uhm, lo siento, yo- bueno... —jugó nervioso con sus manos, sudó frío, miro a Gray en señal de ayuda pero este solo suspiro alzando una ceja. —perdón. —agachó la cabeza. Lola se sorprendió.

Viniendo de mico, este gesto le resultó raro, estaba segura que solo soltaría una excusa tonta o una mentira desgastada.
Lo examino de pies a cabeza, se veía demasiado nervioso, estaba despeinado y tenía los labios algo hinchados. Además de un tono de voz bastante apagado. Así que volvió a preguntar.

—¿donde estuviste? —mico se desesperó y apretó sus ropas, Lola notó esto y alzó la ceja. —o... con quie-

El sonido de una puerta siendo azotada llamó la atención del trío.
El moreno salió de la habitación mientras acomodaba su cabello, sintió la mirada del trío frente a él y frunció el ceño.

Las orbes de Mico se iluminaron, pero agachó nuevamente su cabeza. Gray desvió la mirada con un rubor en sus mejillas y Lola le hizo una mueca de disgusto.