Capitulo 2

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  - ¿Quién eres? - pregunto un tanto dudoso pues nunca había presenciado a ningún ser celestial pero reconocía perfectamente su figura.

  - ¿Necesitas una mano? - me responde con un tanto de ironía en sus palabras.

Me toma de la mano y como si de juguetes para él se tratara nos levantó de un solo tirón dejándonos caer en el suelo de la azotea.

Mis amigos no hacen más que mirar asombrados y no puedo evitar caer en el asombro junto con ellos.

Nunca había visto a un ángel con mis propios ojos, y ahora tenía uno justo delante. Uno que fue capaz de levantarnos a los tres a la vez sin ningún tipo de esfuerzo.

Tal gesto me hizo caer en cuenta lo realmente fuerte que son los angeles y si fuera posible que en mí residiera al menos la mitad de tal fuerza.

  - ¿Quien eres? - pregunto nuevamente cargado de duda pues aunque me encontrara en estado de shock necesitaba respuestas, y esta era la primera oportunidad que tenía para recibirlas.

  - He venido para verte a tí, y a la vez entregarte un recado de tu padre. -

Esas palabras solo me dejaron mucho más confundido.

¿Mi padre? ¿Quién es mi padre? ¿Por qué de repente muestra interés en mí? ¿Por qué ahora? ¿Qué me querrá decir? Tantas preguntas rondando por mi mente y a ninguna le encuentro una respuesta razonable.

  - ¿Y que es lo que quiere decirme? Tengo tantas preguntas que ... -

- Damian, sé que tienes muchas preguntas pero no puedo responderte a ninguna de ellas, al menos no por ahora -

- Estoy aquí porque ya has cumplido veinte años, haz alcanzado cierto nivel de madurez y experimentado algún que otro encuentro con entes demoniacos y ver la manera en que te has desempeñado ha llamado la atención de varios -

- ¿A qué te refieres con que he llamado la atención de varios? ¿Me puedes decir de quién? -

- Lo sabrás a su tiempo, por ahora solo te puedo decir que ha llegado el momento de que aprendas a utilizar esos dones de ángel que residen en tí gracias a la herencia de tu padre -

Si antes estaba confundido ahora lo estoy el doble, por una parte me siento emocionado pues sería deshonesto si dijera que no he esperado por un momento como este y eso me genera cierta ansiedad.

Pero por otra parte siento como resurge una mezcla entre rabia y desilusión.

Me costaba creer que la primera interacción de mi padre hacía mí sea un mensaje a través de un mensajero y ni siquiera sea para saber de mí o sobre como he estado.

Ni tan siquiera para presentarse, sino para hacerme saber que planea convertirme en uno más de sus súbditos.

  - ¿Que debo hacer? - Pregunto sin ningún tipo de emoción.

  - Nada aún, pero volveré a visitarte pronto para darte instrucciones, por ahora me tengo que ir -

  - Antes que te vayas ¿Puedes decirme cómo te llamas? Es que se me hace difícil creerte si ni siquiera sé tu nombre.

  - De acuerdo, te diré mi nombre. Soy Gabriel, Gabriel Arcángel -

Y sin agregar ni una palabra más expandió sus vistosas alas de manera gloriosa y en cuestión de un segundo desapareció.

Me dejè llevar por la tensión del momento a tal punto que me había olvidado de que no estaba solo en el lugar, Jay y Cass también estaban presentes.

Rápido los busco con la mirada y lo que veo hace que se me dibuje una sonrisa en el rostro de manera inmediata.

Están totalmente perplejos con la boca mosqueada y los ojos abiertos a más no poder, me recuerda a cuando éramos unos niñatos la primera vez que vimos a un demonio en nuetra primera cacería.

El Hijo del Arcángel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora