Capítulo 5

38 5 13
                                    

  - ¿Se puede saber que pretendes dando un show como el de hace un rato? - Comenta alguien detrás de mí.

Ni siquiera me tengo que voltear para saber de quién se trata, esa voz es imposible que la confunda.

  - Cass ¿Cuánto tiempo llevas ahí? - le respondo mirando por encima del hombro.

  - El suficiente para ver lo que pasó hace unos instantes - me contesta acercándose por detrás, pegando su cuerpo a mi espalda y llevando sus brazos al rededor de mi cuello

  - No te sentí llegar, últimamente mis habilidades telepáticas están fallando. Tal vez sea por excederme en el encuentro de anoche -

  - Oh, así que mi angelito tuvo un encuentro. Interesante... - agrega con un doble sentido bastante notorio en sus palabras.

  - No es lo que estás pensando, no hablo de ese tipo de encuentro... -  Ni siquiera me dejó terminar de hablar. Me tomó de la mejilla en un solo movimiento me hizo voltearme lo suficiente hasta quedar cara a cara.

Mis ojos se cerraron de manera automática en cuanto sentí sus labios conectar con los míos.

Esta sensación, extrañaba sentirla. Con un solo beso basta para que en mí cabeza se dibujen todos aquellos recuerdos de nuestros secretos del pasado. Todas las veces que hice mía a esta demonio de cuerpo ardiente que se encuentra frente a mí besándome con pasión.

Mis manos buscan agarrar su cintura, solo para deslizarme a su no tan grande, pero firme y redondo culo, apretando una de esas nalgas que a cualquiera llevarían a la locura.

En respuesta deslizó una de sus manos por todo mi abdomen hasta introducirla por dentro del pantalón, agarrando mi polla palpitante por el éxtasis del momento.

  - ¿Me estrañas Angelito? - me susurra en el oído con la voz más provocativa que cualquier hombre a escuchado nunca.

  - Cada parte de mí extraña cada parte de tí Diablita. Solo no comprendo porque haces esto ahora, nos hemos visto todos los días -

  - Porque solamente ha sido eso, vernos. Extraño sentirte dentro de mí, tu cuerpo sudoroso moviéndose para penetrarme en cada embestida. Hecho de menos la etapa en que nos deborábamos a diario. Pero decidiste que era mejor detener esos encuentros y nunca más sucedió nada entre nosotros - Pronuncia Cassandra mientras saca su mano y toma distancia de mí.

  - Sabes bien el por qué tomé esa decisión. Siempre te fuí claro con mis sentimientos Cass, tú nunca fuiste el motivo de que me alejara de tí, la razón siempre fuí yo. -

Tras aquellas palabras aparto mi mirada y la ubico mirando el suelo que yace debajo de mí. Creí haber terminado este tema hace mucho, pero por lo que veo aún quedan cenizas de la llama que nos prendió a ambos.

  - Dami, yo... Lo siento. No sé que me pasó, actúe por impulso. Nunca quice hacerte sentir culpable, yo entiendo perfectamente el porqué tomaste esa decisión. Es solo que extraño como me hacías tuya, siendo una demonio me hiciste conocer el cielo más de una vez. Es normal que te extrañe - Me sonríe pícaramente al pronunciar esas últimas palabras.

Levanto la mirada hasta fijar mis ojos con los suyos. Y me doy cuenta que solo me estaba engañando a mí mismo, lo de Cass sí iba más allá que una simple confusión. A veces me pregunto que hubiera pasado si nuestros encuentros no hubieran cesado. ¿Hubiera escalado a algo más o nuestra amistad se hubiera hechado a perder? Ya es tarde para lamentarse.

  - No tienes que disculparte mi diablita, yo también hecho de menos esos días y no sabes cuánto. Nada va a cambiar entre nosotros sin importar lo que pase, ven aquí. - Y sin decir más la pegué a mi cuerpo rodeándola con mis brazos, quedando así unidos por un abrazo como conclusión a lo que acababa de ocurrir.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 20 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El Hijo del Arcángel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora