16. Que quede claro, no confiaré en nadie

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Sia - Elastic Heart (1:41 – 2:42)

Sí hay algo de lo que he sido consciente casi toda mi vida, es sobre la importancia de la moda y como la podemos utilizar a nuestro favor. Cuando era más joven veía a mi padre y su esposa vestir de manera impecable, incluso cuando solo estaban en casa. Pronto entendí que era algo que toda mi familia hacía.

Y no solo eso, aprendí la importancia de cada atuendo dependiendo de la situación. Por ejemplo, en las cenas o eventos no podíamos lucir algo menos que impecables.

Tienes que entender la importancia de las apariencias —me decía Diana, la esposa de mi padre—. Y como eso afecta el cómo te miran las personas.

Diana siempre me lo recordaba.

Somos Black, Minerva —comentaba mi padre—. No podemos ser vistos luciendo menos que perfectos.

Todo cuenta. Desde la elección de la tela, hasta el diseño y color.

Es algo que me recuerdo, en especial hoy, porque lo necesito. Necesito que las personas que voy a ver me tomen en serio.

—Vengo a ver a la señora Black.

La secretaria número dos, una mujer de cabello rojo y una sonrisa falsa llena de desdén, me mira de pies a cabeza.

—¿Tiene cita? La señora Black no recibe a nadie sin cita.

—No.

Frunce sus labios y me da una mirada que dice: te jodiste.

—Soy Minerva Black.

—No importa quien seas, si no tienes cita. No puedes entrar.

Le devuelvo la sonrisa y cuadro mis hombros.

Estoy tan cansada que las personas piensen que pueden pisotearme a su antojo.

Sin decirle nada, empiezo a caminar hacia la oficina, la mujer intenta detenerme y entiendo porque, si entro, mi abuela la despide, pero a mí no podría importarme menos.

—Si me tocas, será lo último que harás en tu vida.

Abro la puerta y veo a mi abuela, que está sentada detrás de su escritorio leyendo unos documentos con su laptop plateada abierta frente a ella.

Se quita los lentes.

—Estás despedida —le dice a la secretaria número dos sin mirarla—. Vete.

La secretaria golpea el piso con fuerza con su pie y abre los labios para decir algo, pero lo piensa mejor y sale de la oficina.

Miro a mi abuela y me acerco hacia ella.

—¿Por qué estás aquí, Minerva? Y sin una cita previa. Sabes que odio las sorpresas.

—Mentí.

Sí mi declaración sorprende a mi abuela, ella no lo demuestra, aunque rara vez muestra algo menos que control, porque incluso cuando no lo tiene, finge que si hasta que lo recupera y está podría ser ese tipo de situación.

Los Black son buenos para fingir y engañar.

Creo que sí me acerco un poco hacia ella, podría ver las ruedas dentro de su cabeza girando.

—Tobías no es mi esposo, es mi vecino. La verdad es que mi esposo está en coma, sufrió un accidente justo el día que me pidió el divorcio, pero antes de que eso suceda, ya sabía que mi matrimonio había fracasado. Tenías razón, odio esa vida y la persona en la que me convertí. Así que me mentí.

—Mentiste para regresar a la familia.

No es una pregunta y no me está mirando, pero yo me apresuro aclarar.

Hide and SeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora