𝟎𝟗

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𝐢𝐯𝐚𝐧𝐧𝐚

"Te doy un ratito para pensarlo y después me decís" Esas fueron sus últimas palabras antes de irse y dejarme sola abajo de las escaleras, seguramente con la mayor cara de boluda que podría existir. Por unos segundos lo odié por dejarme así, rompiendo abruptamente el mood que él mismo había creado. Pero al mismo tiempo el debate intenso en mí interior comenzó. ¿Qué se suponía que debía hacer?

El resto de la cena yo estuve bastante callada, con la mente totalmente ocupada en la persona que estaba sentada ahora justo enfrente mío. Las miraditas iban y venían entre los dos, y cada vez que hacíamos contacto visual, la sensación que había recorrido mí cuerpo hacia unos minutos cuando Lisandro me había arrinconado bajo las escaleras, se hacía presente de nuevo.

Todo terminó casi que una hora después, Karen y Cristian empezaron a los bostezos y esas fue la señal de que era momento de retirarnos. Los primeros en despedirnos fuimos mis hermanos y yo, saludamos uno por uno y al llegar a Lisandro, me dió un beso en la mejilla simulando un saludo normal, pero antes de alejarnos susurró en mí oído "¿Aceptás?".

Una vez una persona muy importante (mí hermana Guillermina) me había dicho que en la vida me la tenía que jugar un poquito. Decidí que el momento de jugarmela iba a ser este. "Si" respondí después de unos segundos, asegurándome de que mí afirmación pase desapercibida para todos menos él. Su sonrisa característica apareció en su rostro de inmediato y agregó "Cuando tenga todo listo te escribo". Era increíble como habíamos tenido una concisa conversación enfrente de todos, pero nadie se dio cuenta. Yo decidí que el ida y vuelta era suficiente, por lo que asentí y me fui a reunirme con mis hermanos que estaban junto a la puerta, todavía despidiéndose de los demás.

 Yo decidí que el ida y vuelta era suficiente, por lo que asentí y me fui a reunirme con mis hermanos que estaban junto a la puerta, todavía despidiéndose de los demás

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Y ahí estaba, esperándolo en el lobby del hotel después de haberme arreglado un poquito en la habitación. Por suerte mis dos hermanos habían caído rendidos en la cama unos pocos minutos después de llegar de lo del Cuti, por lo que no tuve que inventarme ninguna excusa.

Después de unos minutos, me pareció ver su auto estacionando cerca de la entrada y un mensaje suyo diciéndome que estaba afuera, me lo confirmó. Salí del hotel y cuando me fui acercando al auto, él se bajó del vehículo y dio la vuelta para abrirme la puerta caballerosamente. Después de agradecerle me subí al auto y unos pocos segundos después él también estaba subiendo por el lado del conductor.

-¿Qué te pasa? ¿Estás bien?- Sus preguntas me sacaron del trance. Nosé que cara tendría yo, por ahí un poco de miedo.

-Si, si... Estoy bien- Mis palabras no lo convencieron demasiado.

-¿Segura?- Insistió.

-Si, tranqui- Le aseguré por segunda vez, con una sonrisa y parece que está vez lo convencí, porque finalmente arrancó el auto- ¿Estás seguro que no nos van a conocer, ni nada?... Sobre todo a vos- Esa era otra de las preocupaciones que tenía en mente.

𝙍𝙚𝙙 𝘿𝙚𝙫𝙞𝙡   • 𝘭𝘪𝘤𝘩𝘢 𝘮𝘢𝘳𝘵𝘪𝘯𝘦𝘻 •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora