𝟏𝟎

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𝐥𝐢𝐬𝐚𝐧𝐝𝐫𝐨

Muriel había llegado a mí casa cerca de las ocho de la mañana a buscar sus cosas. La mujer que nos ayudaba en casa en estos días se encargó de acomodar todas las cosas de mí ex novia en cajas y valijas y por más que yo le haya ofrecido mandárselas, ella insistió en que quería venir a buscarlas y asegurarse que de que esté todo. No tenía ganas de envolverme en una discusión nueva, así que le dije que sí y acordamos para hoy. Ella se había ido de casa el día que decidimos terminar la relación, el jueves antes de mí viaje a Londres a la casa del Cuti. Al principio era raro que Muriel no esté, me sentía un poco descolocado y hasta inseguro por la decisión que acabábamos de tomar, más por iniciativa mía que de ella. Pero después de la noche que pasé con Ivanna, mí cabeza había sido totalmente ocupada por ella y ya habían muy pocas dudas. Todo parecía ser un motivo para pensar en ella y en consecuencia mandarle un mensaje para ver como estaba o que hacía. Desde el domingo habíamos intercambiado varios mensajes, incluso una noche nos quedamos hablando por video llamada, pero no habíamos acordado un nuevo encuentro. Me daba miedo intentar un nuevo movimiento ya, sentía que por ahí tenia que darle su tiempo, como yo tenía mis mambos, ella debía tener los suyos.

Rápido dejé el celular dado vuelta sobre la mesa al ver a Muriel acercarse a mí

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Rápido dejé el celular dado vuelta sobre la mesa al ver a Muriel acercarse a mí. Ella parecía que venía a decirme algo, pero mí accionar la hizo frenar y la dejó algo dubitativa.

-¿Qué pasó?- La invité a que hable, mientras me cruzaba de brazos. Habíamos cruzado muy pocas palabras desde que había llegado hacía dos horas, lógicamente el ambiente estaba bastante tenso.

-Ya cargué la última valija- Me informó y asentí. Yo le había ayudado a cargar al auto la mayoría de cosas, ella se había encargado de subir la últimas pertenencias.

-Eh... Bueno, bien. Cualquier cosa si encuentro algo te aviso y te lo mando- Intenté hacerme el copado con la situación, pero la verdad era que la incomodidad en el ambiente era casi palpable. Parecía mentira como se podía llegar a este punto con alguien con el que compartiste años de vida. Ella se quedó unos segundos observando alrededor con algo de melancolía.

-¿Estás seguro de lo que estamos haciendo?...- Resoplé al escuchar que me hacía esa pregunta como por quinta vez- Yo creo que esto tiene solución Li- Insistió acercándose a mí, buscando contacto físico. Puso sus manos en mis mejillas, obligándome a mirarla, pero yo con mucha delicadeza, intenté romper ese contacto que ella buscaba.

-Muri, ya hablamos... Hace una semana decidimos darle un fin a esto ¿O no?- Le recordé, dirigiéndome a ella con todo el amor del mundo, tampoco quería lastimarla. Ella revoleó los ojos al escuchar la misma respuesta de mí parte, y finalmente me soltó bruscamente.

-¿Por qué vos estás tan seguro?- Preguntó con cierta bronca, elevando la voz y dejando atrás ese tono dulce con el que había arrancado la conversación- ¿No te da ni un poco de duda lo que estamos haciendo?... Me tratas como si fuese una mina que conociste hace un mes- Yo enseguida negué, eso no era verdad y ella lo sabía, pero siempre en las discusiones prefería ponerse en lugar de víctima.

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⏰ Última actualización: Jul 28 ⏰

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𝙍𝙚𝙙 𝘿𝙚𝙫𝙞𝙡   • 𝘭𝘪𝘤𝘩𝘢 𝘮𝘢𝘳𝘵𝘪𝘯𝘦𝘻 •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora