II

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En pleno febrero Juli cayó a la casa de su amigo sin avisar, lo dejó pasar Marta, la dueña de la casa y le aviso que Enzo había salido a comprar pero que ya volvía.Con la costumbre habitual puso la pava y cambio la yerba lavada del mate y se sentaron a charlar un rato. Para Marta el castaño era como un hijo, vivía en su casa y si no estaban ahí estaban en la casa del otro.

-¿Te quedas a cenar?

-¿Me invita?

-Hace años que ya cocino para cuatro, me ofende que preguntes- Juli le sonrió, la quería una banda, sus viejos no eran los más presentes, desde el divorcio que no le daban bola, su vieja se había mudado a España con sus hermanos hacía ya dos años y su viejo rara vez estaba en la casa.

Apenas termino de hervir el agua, llegó Enzo y se sorprendió por la escena de el mas bajo lavando los platos del almuerzo. -¿Me equivoque de casa o vos vivís acá?- Le dijo desde la puerta de la cocina -Llegaste, joya, te quedan las ollas a vos- y se giró para saludarlo.

Enzo lo estaba por putear, ya había juntada el aire y todo pero se desinflo del susto cuando le vio la cara -¿Que mierda te hiciste?- Pequeñas argollas de metal brillaban en la piel blanca del más bajo, uno en la nariz y dos en oreja derecha. -Bue gracias la puta madre, yo venía chocho a mostrarte- tiró el repasador en la mesada, se le daba genial el drama.

-Perdón, no te queda mal, me sorprendió nomas, todos de una te hiciste, sos un enfermo.

-Es que si los hacia de a poco lo iba a patear una banda, junte huevo para ir hoy, ahora no tengo que volver más- se explico -Aparte había dos por uno y aproveche.

-Pero te hiciste tres gil.

El castaño lo miró como analizando la respuesta pero sólo le sonrío y le paso la esponja de los platos.

-¿Te dolió mucho?

-El septum nomas, ya había hecho los otros y pensé que no iba a ser tan terrible pero dolió una banda, encima no lo puedo tocar hasta que cure y está chueco. Me desespera verlo así.

-Jaja mal, hasta cuando vas a estar asimétrico?

-Dos semanas creo, me dijo que mientras más lo deje sin tocar mejor, pero me conozco y la próxima vez que me vea en  un espejo lo voy a acomodar.

. • ○ • .

Esa noche se fueron a una joda, era miércoles pero las vacaciones no eran eternas y no pensaba desperdiciar una noche. Fueron con dos amigos, Mati y Ciro, también mejores amigos pero la diferencia es que ellos venían en paquete, podían invitar sólo a Ciro y Mati iba a estar esperándolo en la puerta para entrar juntos. A Enzo le parecía un montón lo unidos que eran, una exageración de él y Juli, pero él no era nadie para decir cuánto tiempo estar con alguien. Igual los chistes de que eran novios nunca se los ahorraban.

La fiesta era en la casa de Lara, la novia de Ciro, poca gente y todos conocidos, los del curso y amigos de amigos, no eran las jodas mas divertidas, mas bien una juntada grande . Lo bueno es que Juli no se iba a ir con nadie y habían llevado un porrito que le regaló su hermano, ya tenían la noche asegurada.

Ya eran las tres y media de la mañana, Enzo nunca tomaba si fumaba porque le pegaba lindo con un par de secas y ahí estaba echado en un sillón mirando el cielo riéndose de lo que sea que estuvieran hablando. Miró a su izquierda donde el castaño estaba cantando una canción que no era la que sonaba en los parlantes y la paz lo inundó, ese era el efecto que Juli le generaba, ya en un trance total se consentro en el septum chueco de su amigo intentando acostumbrarse a que estuviera ahí.

-Una gula manejo- Julian lo saco del trance aunque tardó un rato en entender lo que le decía.-Revisemos la heladera-No fue necesario mucho más para que los dos encararan para la cocina.

Lara, igual que casi todos en la fiesta, estaba cagada en guita, la casa era gigante y la heladera siempre estaba llena, dándoles un montón de opciones a los angurrientos de los amigos.

Revisaron rápido, sacaron queso y jamón en un tupper y Juli busco una pepsi de litro y medio. Subieron como si esa fuera su casa a la terraza y armaron campamento. Juli estaba re loco, no podía parar de sonreír y Enzo no se quedaba atrás, la diferencia era que el segundo hablaba más de lo normal cuando estaba fumado.

-Fa, esta hermoso el cielo, lleno de estrellas, acá que estamos en la loma del orto brillan más.

-Mal, son una banda.- La voz del castaño se perdió con la música de la fiesta que sucedía debajo de ellos, Enzo intercalaba entre mirar a Juli y el cielo.

-Tu cara parece el cielo, lleno de puntitos- y paso el dedo índice de un cachete al otro pasando por la el puente de la nariz del mas bajo, Juli cerro los ojos por inercia. -Me gusta cuando hay muchas estrellas.

. • ○ • .

Cuando entraron a la habitación de Juli el sol había salido hace un rato, Mati los había alcanzado con más miedo que le vomiten todo el auto a que lo pararan en un control y se dieran cuenta que no sólo manejaba con alcohol en sangre, sino que tampoco tenía carnet.

Llegaron y después de unos minutos ayudando al más grande a subir las escaleras le abrió la ducha, a ver si así le bajaba un poco el pedo que habia alzado despues de bajar de la terraza. Mientras tanto Enzo acomodo la sábana con elásticos de la cama que compartian en la casa de Juli. Tecnicamente era la habitacion de su viejo, pero el estaba de viaje y esa habitacion tenia baño, tele y aire acondicionado.

Ya con el aire prendido se cambió con las vermudas de Jean por los short de fútbol que había dejado en el placard de su amigo y siempre usaba para dormir, enchufo el celu y se acomodo en la cama para ver historias. Juli entró a la habitación con el flequillo mojado en los ojos, la euforia se había ido en la ducha y de pedo podía caminar del sueño, se puso un boxer limpio y se acostó dándole la espalda a Enzo que recién se rescataba de la presencia del mayor.

Los minutos pasaban y el más chico no tenía nada de sueño, pensó en ver una película pero no quería despertar al otro.-Dale la puta madre dormite- se dijo a sí mismo bien bajito, pero no había forma, se había desvelado cuando vio el sol. Giro a la derecha y contó los lunares de la espalda de su amigo, obviamente no era la primera vez que lo veia sin remera, pero quizas si una de las pocas en las que se dedico a prestarle atención en mucho tiempo, bajo la mirada de sus hombros hasta encontrarse con la cintura mínima que tenía Julian.

Antes de que el tema cintura fuera del todo procesada, Juli se puso boca arriba. Y ahí estaba, el cuarto, "dos por uno". Dos pequeñas esferas plateadas le decoraban el ombligo, conectando la apenas visible marca de los abdominales y el vello que bajaba hasta el elástico del boxer. La imagen era un montón y Enzo le dio la espalda, las hormonas nunca lo ayudaron y ahora no era excepción, no quería mirar más, no debía mirar más.

Su cabeza reproducía dos cosas en loop, su propia conciencia gritando "La puta madre, la puta madre, la puta madre" y la imagen del piercing. Sentía el estómago revuelto del asco que le generaba la mínima idea de haberse calentado por su amigo. Pero la horrible realidad es que estaba medio duro y el calor sofocante no era solo en los cachetes. Se levantó rápido intentando no despertar al mas grande y abrió la ducha fría, porque si algo le daba más asco que su situación era pajearse pensando en su amigo.

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Dos para que se enganchen
y quieran más muajaja
'🐀

Hot Summer NightsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora