Hot Summer Nights

III

Todo lo referido a Julian fue altamente evitado por Enzo, con su mayor esfuerzo logró sacarlo de su vida tres días, y lo peor es que mientras más lo evitaba más pensaba en él, patético. Ya completamente dado por vencido fue al parque a la hora que sabía que Juli iba a estar.

Por la culpa acumulada de tres días, que no sabía si era por el incidente o por borrarse, paro en un kiosco y compro una bolsa de caramelos de limón . Considerando que desde que se juntaban a patinar nunca pagó nada, era como redactar una carta de disculpas con su sangre, bueno no para tanto pero desde cuando salen 30 pesos cada caramelo? Antes con 30 pesos te comprabas el almuerzo para el cole.

Apenas hizo la subida para llegar al skatepark vio a Juli charlando con los pibes de las bicis, nunca les había hablado y hoy no iba a ser diferente, encaró para el otro lado y agarró el skate.

Un rato largo y un par de palos boludos fueron suficientes para que se sentará en una esquina y prendiera un pucho.

-Eu, que te haces el otro gil?- No pudo evitar sonreírle a su amigo que se estaba sentando a su lado. Sin palabras de por medio saco la bolsa de caramelos del bolsillo y se los dio.

-¿Uhhhh como sabes que son mis favoritos?- El sarcasmo con el que se lo dijo saco todas las sospechas de Enzo de que en efecto estaba enojado porque no le había respondido los mensajes los últimos días pero se rió antes de abrazar al más alto -Gracias.

Esa tarde se dieron cuenta como iba cambiando la temperatura a medida que pasaban las horas, ya cuando el sol desapareció del todo, el viento ya estaba bastante fresco y los corrió de vuelta a la casa del morocho. Marta cuando los vio llegar les dijo que hoy les iba a preparar lomitos caseros.

Ya con sweaters se acomodaron en reposeras afuera, temas del kuelgue de fondo y un pucho en la mano de cada uno. El silencio duró un rato largo, Enzo pensó hacerse una siesta pero Juli empezó a cantar, no tenía la mejor voz del mundo pero le re gustaba hacerlo y como buen amigo como mínimo tenía que escucharlo.

-Canta esa que me gusta.

-¿Cuál?- No le iba a responder, el rubio ya había empezado a buscar el tema mientras preguntaba.

-Paso todo el dia pensando en vos ¿Que hay de malo en todo esto- cantaba bajito casi acompañando a Santiago Motorizado, la canción  se la había mostrado Juli cuando tenían catorce y Enzo que no le prestaba mucha atención a las letras le gusto solo por como la cantata su amigo, después busco la letra y le pareció hermosa. -Perdón si estoy de nuevo acá,  pensé que habías preguntado por mi, me gusta estar de nuevo acá, aunque no hayas preguntado por mi, voy a quedarme un poco acá, cuidarte a vos siempre en la derrota.

Cuando terminó la canción Enzo le regaló una sonrisa tranquila al mayor que se la devolvió con los ojos apenas abiertos del sueño que tenía, pero brillaban con un cariño que sólo había recibido de él y de su vieja, pensó en darle la mano como hacían cuando eran chicos y Juli le daba miedo la oscuridad, bajaba su colchón al piso y las manos creaban un puente entre estos, siempre esperaba a que su amigo se durmiera para dormir el.

-¿Vamos a la cama?

-Invítame un café primero.

-Dale pajero, camina.

. • ○ • .

Sus amigos nacieron uno después del otro, Ciro, Mari y Lara al último. Así que los tres findes que venían estaban ocupados por jodas el sábado a la noche. Ya habían llegado picados a lo de Ciro hacía un rato y para las dos de la mañana Juli se había ido con una amiga de Lara.

Enzo Intentó integrarse a la charla de un grupito de pibes que iban a su curso pero eran re aburridos, "en la pedrera abrieron un bar nuevo en la playa","los otros días no fui a rugby por la lluvia","si entrenas al fallo te sentís re piola despues","la novia de mi viejo se cree que voy a ir con ella a almorzar". Juli hubiera hecho muecas de desagrado re graciosas, pero Juli se había tomado el palo con una mina, porque el no era un virgo boludo y si le daba para encarar a alguien.