Hot Summer Nights

IV

Juli si se acordaba de cuando conoció a Enzo, más bien se acordaba de lo que sintió la primera vez que lo vio. El nunca dudo de que le gustaba, Robin de los jóvenes Titanes le gustaba tanto como Raven cuando era chiquito, pero nunca lo dijo, de pibe no le parecía algo que decir, a sus amigos también les gustaba Robin. Ya cuando cumplio doce se dio cuenta que no de la misma forma que él.

Antes de que pudiera meter la cabeza en la crisis de "¿soy gay?" recordó que Raven también era muy bonita y prefirió mantener esa idea primero.

El problema fue cuando la tercera semana de primer año la preceptora entró al curso seguido de un morochito con los jeans rotos. No se sentaron juntos, ni el primer día ni dos meses después, pero Julian era demasiado consciente de la presencia de Enzo. Una tarde volviendo del cole a su casa se acordó de Robin, Enzo no era como Robin ni ahí, no podía decir que era lindo, pero tampoco podía negar que todas las clases no prestaba atención por mirarlo.

Con un trabajo de artesano logró acercarse sin que se notara lo desesperado que estaba por ser su amigo y ese fue el principio del fin para Julian. Enzo se convirtió en su mejor amigo en un par de meses y para las vacaciones antes de entrar en segundo ya pasaban todas las tardes juntos, pero en esos meses también se enamoró de su amigo. Los primeros años fue solo un crush de pendejo, ya después de los 15 el asunto era serio, ahora Enzo no sólo le generaba un cariño inmenso, Enzo lo calentaba un montón, la piel trigueña, la sonrisa perfecta y las piernas marcadas lo hacían bosta.

Cualquier tipo de esperanza de que Enzo lo viera de la misma forma había muerto hace años, así que se tragó todas las frustraciones posibles y se dedicó a hacerse el boludo. Fue mucha práctica y bueno haber conocido a Fede a los 15.

Fede era uno de los pibes que andaba en bici en el skatepark, flaquito, re flaquito y lleno de tatuajes, las mechas que en ese momento eran azabache ahora sólo mantenían el color en la raíz, mientras que las puntas brillaba un rubio lavado. Fumaba un montón y tocaba la guitarra en una banda de punk, eran nada que ver, coincidían en muy pocas cosas, la más importante fue haber ido a las 1 am al parque un seis de enero.

Julian se había escapado de unos quinces de una compañera de curso, Enzo no había ido porque estaba engripado y la mesa dulce fue un fiasco, el parque le quedaba a sólo 10 cuadras y aunque no tenía la tabla prefería estar solo ahí que escuchando "El tren" todo saturado por onceava vez en el año. Se sentó en el borde de la rampa, la noche estaba horrible, mucha humedad, caluroso y no se veía ni una estrella de lo nublado que estaba, básicamente una poronga.

-Flaco, no tendrás un pucho de casualidad?- Juli estaría re mintiendo si dijera que no se cago todo, ya se creyó robado hasta que se giró y vio a un pibe de más o menos su edad.

-No fumo, disculpa.

-Tiene sentido- el castaño se giró y lo miró con una cara de perdido que le saco una risa bajita al morocho.- Tenes una cara de buenito, por eso.

 . • ○ • .

Pasaron horas charlando, Juli aprendió a bajar la rampa en la bici de Fede y cuando se aburrieron fueron al mirador del parque, generalmente había bastante gente pero esa noche sólo había una pareja del lado que tenía la peor vista, aprovecharon y se acostaron abajo del árbol mirando la bajada del cerro que estaba irreconocible a esa hora sin todos los autos.

La posta es que Juli no estaba muy seguro de nada, nunca había pasado nada con otro pibe, no sabía leer ninguna señal y no quería que lo cagaran a trompadas, mucho menos que todo el mundo se entere, bueno, que Enzo se entere.

-La verdad no se, pensé hacerme el septum pero con el nazo que tengo seguro me queda horrible- la charla era tranquila, Fede hablaba más obvio, el pibe era medio una radio. Julian se sentía cómodo incluso en los silencios que se formaban entre tema y tema, y la verdad que hubiera preferido que el que vino después de esa última frase fuera eterno cuando Fede le preguntó: