Todo Mejora (06)

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Después de la tormenta, llega la calma.

Ya había pasado un mes desde lo ocurrido con Max y su padre.

Con el transcurso de los días, Max perdió el respeto y la admiración que le tenía la sociedad. Su apellido ya no demostraba poder en el, la gente solo se dirigía a él como Sr. Emilian. Jos solo mencionó que su hijo prefirió tomar un mal camino, que era "acostarse con omegas".

En el tercer día, Max consiguió trabajo como gerente general de una empresa mexicana, su capacitación comenzó en la ciudad en la que se encontraba viviendo, sin embargo, el día que termine su capacitación, Max tendrá que mudarse a Mexico, algo que todavía no le ha dicho a su pareja.

Sergio continuó trabajando para Jos Verstappen hasta el quinceavo día, día en el cual Sergio y Max hicieron pública su relación amorosa.

Si antes ya le tenían desprecio a Max, ahora inclusive les daba asco. Aparte de desobedecer la fieles creencias de la familia Verstappen y de la sociedad, ahora resulta que es homosexual y su actual pareja es el chef Sergio, un omega de clase "despreciable".

Fue muy difícil para Sergio pasar por este proceso, todo el mundo comenzaba a murmurar cuando lo veían junto a Max. Luego lo comenzaron a juzgar cada vez que lo veían, si Sergio iba al supermercado, lo miraban con desprecio, si iba a la panadería, murmuraban. No importaba donde fuera Sergio, siempre lo mirarían y hablarían mal de él.

El pecoso ya se encontraba cansado de esta situación, pero no quería darle satisfacción a esas personas, él seguiría amando a su alfa, pase lo que pase.

Sergio se encontraba preparando la mesa para la cena, Max ya no tardaría en llegar.

Pov Max:

Hoy estaba muy feliz, pero también algo nervioso, hoy le daría la noticia a mi omega, le diría que nos mudamos mañana mismo a Mexico. Últimamente el ha estado demasiado triste, cada día su aroma se vuelve más agrio y pesado, siempre trato de tranquilizarlo por medio de mimos y regalos, pero a veces no logro nada. Así que, tal vez la noticia de que nos iremos a México, el país donde él nació, ama y conoce a la perfección; se que le encantará la idea de dejar esta sociedad de personas sin cerebro e irnos a iniciar una nueva vida, una nueva etapa de nuestra relación.

Cuando ingrese al departamento, la cena ya estaba servida, era comida japonesa. Unos deliciosos fideos acompañados con un plato de sushi. Y en una esquina, se encontraba Sergio con su delantal que le había regalado la semana pasada, era un delantal de alta costura con un diseño de patitos. Al subir mi mirada, me encontré con el rostro más divino y reluciente, su sonrisa brillaba tanto como en la noche que lo conocí.

Dime cómo no amar a este ser divino.

Salí corriendo a abrazarlo mientras me daba su beso de bienvenida, el beso que tanto ansiaba todos los días.

Serví un poco de vino en dos copas y nos sentamos para cenar.

— ¿Qué tal tu día, Maxie? Te veo más feliz de lo normal, tu aroma está muy fuerte pero ligero. — dijo Sergio mientras se llenaba su boca de sushi.

— La verdad, hoy te tengo una noticia muy buena pequitas. No sabes cuantos días me estuve aguantando para no decírtelo. — vi como Sergio alzaba sus cejas mientras tenía sus mejillas infladas — Pero primero, debemos de terminar de cenar. —

De repente vi como Sergio comenzó a comerse todo rápidamente, él no era bueno para esperar, así que en 5 minutos, ya no había nada de comida en la mesa, creo que se comió hasta lo mío...

— Ok, tú ganas, te lo diré. —

Vi como mi pequitas se emocionó, hoy si estaba muy contento.

— Como ya sabes, yo ya llevo casi 4 semanas trabajando como CEO, pero lo que no sabes, es que soy CEO de una empresa mexicana. La cual necesita que yo esté presente en sus oficinas, es decir, necesito vivir en la Ciudad de México. — Sergio me miró con algo de confusión — Así que tenemos que irnos a México mañana mismo.

— Espera, ¿por qué me avisas hasta hoy? Pudiste haberme avisado con anticipación, no me gusta que me agarren con prisa, Max. —

Ahora Sergio me miraba con un leve enojo.

— Perdóname, quería que fuera una sorpresa. Crees que no noto tu disconformidad, ya no eres feliz aquí, es mejor irnos a México y comenzar una nueva vida, lejos de todo esto. Solo tú y yo. —

— Lo entiendo, pero... no tengo ganas de hacer maletas. — dijo Sergio mientras me miraba con superioridad.

Ya se a donde va esto...

Cada vez que hacía algo que a Sergio no le parecía correcto, me ponía un tipo "castigo".

Y ahora que lo pienso, creo que si fue algo idiota de mi parte darle esta noticia 12 horas antes de irnos. El también tiene una vida.

Así que termine haciendo la maletas, vendí todas nuestras pertenencias que no podíamos llevarnos, así como también los muebles del departamento.

Mi precioso Aston Martin ya se encontraba manos de un buen amigo mío, me lo compró a un buen precio.

Sergio se despidió de sus compañeros de trabajo, trabajaba en una guardería. Al pobre no le pagaron su quincena por renunciar repentinamente, tenía que haber avisado con anticipación...

Una vez que me asegure que todo estuviera perfecto, nos subimos a un taxi y nos dirigimos al aeropuerto. Y en cuestión de una hora, nos encontrábamos en el avión con dirección a la Ciudad de México.

Era un gran alivio dejar esa ciudad tan horrible, aunque si me dolió dejar Londres, ya no habría más  cenas en el Ritz.

Sergio todavía seguía algo enojado conmigo, pero aún así, él se encargó en traer comida, un gesto que le agradecí dándole un beso en la mejilla.

Después vimos unas películas en nuestra tablet, en la tercera película, Sergio se quedó dormido. Su cabello rizado, sus pecas, sus cejas pobladas, sus lindas pestañas, sus labios carnosos y su suave rostro; todo eso me traía fascinando. Este hombre me tenia a sus pies, no me importaría si tengo que caminar sobre fuego para verlo sonreír, yo daría todo para que él sea el omega más afortunado y envidiado.

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Quedan 4 capítulos de la historia 😔
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Tiramisú | ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora