Tiramisú | Chestappen

Sorpresas (7.5)

Pov Max:

Cuando vi que Sergio se fue a bañar aproveché ese poco tiempo para poner en marcha mi plan.

Hoy le pediría matrimonio.

Hice un camino con pétalos de rosas, desde las escaleras hasta la terraza. Coloque una vela aromática en el centro de la mesa y coloque música clásica de fondo, después serví la cena y dos copas de vino, ahora tenía poco tiempo para arreglarme.

Salí corriendo a verme en un espejo y acomodar bien mi cabello, me coloque ropa fina pero cómoda, después agarre la cajita en donde tenía el anillo junto con un ramo de flores amarillas, porque ese era el color favorito de mi solecito.

Cuando estaba devuelta en la terraza, Sergio ya se encontraba bajando las escaleras. Mentiría si digo que estoy bien, por que realmente me estoy muriendo de nervios.

Vi que Checo estaba un poco confundido así que le di una ayudita.

" Sigue los pétalos "

Checo me hizo caso y llegó a la terraza, sus ojos brillaron como estrellas cuando vio todo el lugar, era el momento.

Me agaché colocando una rodilla en el suelo, con espalda firme dirigí mis ojos hacia los de Sergio. Y comencé a decirle todo lo que sentía sobre el.

— Hemos pasado demasiado tiempo juntos, tanto que comprendí que solo tengo ojos para ti, no sabes  cuánto adoro que siempre estés al pendiente de mi, me encanta todo lo que cocinas, tus postres son realmente una delicia, solo me atrevo a disfrutar de ellos, para mi sería un pecado ser feliz con un postre que no hayas preparado tú. Por eso y muchas cosas más, te pido en esta noche bajo la luz de la Luna y las estrellas, que tú, Sergio Michel Pérez Mendoza, te cases conmigo, quiero vivir el resto de mi vida a tu lado, quiero despertarme todos los días y verte a mi lado, quiero que seas el padre de mis hijos, así que, ¿Pequitas, aceptas casarte conmigo? Me darías el honor de presumirle al mundo al mejor esposo. —

Cuando termine de decir todo eso, me di cuenta que Sergio comenzó a llorar, lágrimas empezaron a escurrir por sus mejillas, me levante de inmediato para abrazarlo pero él me ganó, él salió corriendo hacia mis brazos y comenzó a besarme.

— Claro que acepto, por supuesto que quiero ser tu esposo, no sabes cuánto te deseo mi Maxie. —

Sergio colocó su nariz sobre mi cuello y comenzó a inhalar fuertemente mi aromos, su abrazo era como de un Koala, sus piernas dejaron de tocar el suelo y se subieron sobre mi cadera. Lo bueno que tenía una buena resistencia para aguantar la posición en la que estábamos.

— Gracias, en verdad no sabes cuánto te amo mi Pequitas. Te juro que serás la persona más feliz del mundo, conmigo nada te faltará. —

Comencé a dejarle un montón de besos en su rostro, y en cada beso que le daba, una risa salía de sus labios. Era como música para mis oídos.

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Después de cenar, nos dirigimos a nuestra habitación para descansar, realmente hoy fue un día muy agotador, el único descanso que tuve, fue cuando hablé con Marilú, ella es la única persona que sabía sobre esto. Le pedí que me orientara y me diera consejos para dejar mis miedos a un lado; ella es una omega muy linda, fue muy amable conmigo, algo que le agradezco demasiado.

Sergio ya se encontraba dormido a mi lado, estaba fuertemente apegado conmigo. Su aroma invadió toda la habitación, incluso era más fuerte el suyo que el mío. Marilú me explico, que su hijo se tardo para dar a conocer su casta, y cuando eso sucedió él tenía 17 años, los doctores le recomendaron que su hijo pasara su primer celo con un alfa, algo que Marilú y Antonio se negaron, el médico les dijo que su hijo tendría un aroma demasiado fuerte, debido a que su lobo se despertó demasiado tarde, algo que podría ser un peligro para Sergio, debido a que su aroma prácticamente tentaría a cualquier alfa al instante. Así que como medida de seguridad, Sergio comenzó a usar parches para ocultar su aroma, y ocultó a su lobo, rechazándolo.

Se que mi sol sufrió mucho, pero ahora ya no lo haría más. A partir de ahora su vida sería increíble, jamás volvería a sufrir, no me permitiría que una persona tan dulce como él volviera a sufrir, antes muerto a dejar que él sufra.

Decidí que ya era hora que yo también durmiera, mañana también sería un largo día. Así que me acerqué a Sergio para abrazarlo y combinar nuestros aromas, me encantaba dejarlo lleno de mis feromonas, era divertido.

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